En la era digital actual, el pensamiento computacional se ha convertido en una habilidad fundamental para interpretar y comprender el mundo que nos rodea.  Más que el hecho de aprender a programar, el pensamiento computacional implica desarrollar habilidades de resolución de problemas, lógica y creatividad que son esenciales en una amplia gama de áreas y disciplinas.  El pensamiento computacional puede transformar la educación, preparando a los estudiantes para ser no solo consumidores de tecnología, sino también creadores activos e innovadores.

Desde una edad temprana, los seres humanos emplean recursos disponibles para resolver problemas.  Por ejemplo, un niño que cuenta con los dedos está utilizando una forma básica de computación para realizar cálculos simples.  Del mismo modo, entender cómo funcionan las computadoras puede ser una extensión de este proceso de aprendizaje intuitivo, permitiéndonos comprender mejor cómo funcionan las cosas en el mundo que nos rodea y cómo razonar mejor para la toma de decisiones empleando habilidades asociadas a la programación como la abstracción, el reconocimiento de patrones, la descomposición de un problema en partes y el diseño de algoritmos.

La integración del pensamiento computacional en el currículo escolar tiene el potencial de mejorar la comprensión de otras materias.  Por ejemplo, el pensamiento algorítmico puede ayudar a los estudiantes a resolver problemas matemáticos de manera más eficiente, mientras que la comprensión de la estructura de datos puede mejorar su capacidad para organizar y analizar información en Ciencias y en Estudios Sociales, a su vez, el pensamiento lógico es de utilidad en el análisis y comprensión de textos en la materia de Español.  Promover el pensamiento computacional en la educación, brinda oportunidades significativas para mejorar el aprendizaje y la productividad de los estudiantes en todas las áreas del currículo.

Es fundamental promover la enseñanza del pensamiento computacional en las escuelas desde una edad temprana. Esto no solo prepara a los estudiantes para posibles carreras en tecnología, sino que también mejora su capacidad para resolver problemas de manera crítica y creativa en una variedad de contextos.  Al enseñar a los estudiantes a programar, los estamos capacitando para ser creadores activos de tecnología, no solo consumidores pasivos.

El pensamiento computacional fomenta la creatividad y la innovación al capacitar a los estudiantes para crear soluciones tecnológicas a problemas del mundo real, es mucho más que aprender a programar; es una mentalidad para el siglo XXI que prepara a los estudiantes para tener éxito en un mundo cada vez más digital y tecnológico.

Al integrar el pensamiento computacional en la educación costarricense, no solo estamos propiciando la formación de futuros programadores, sino también capacitando a los estudiantes para comprender mejor el mundo que los rodea y para ser creadores y solucionadores de problemas activos.  Al proporcionarles las habilidades y herramientas necesarias para desarrollar sus propias aplicaciones y proyectos, estamos preparando una generación de innovadores y emprendedores.  Invertir en la enseñanza del pensamiento computacional, es invertir en el futuro de nuestros estudiantes y en el futuro de nuestro país.

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