Cámaras empresariales habían solicitado al Banco Central aplicar una reducción a la TPM de por lo menos 75 puntos base.

La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) acordó este jueves 18 de disminuir el nivel de la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 25 puntos base (0,25) para ubicarla en 5,75%, la séptima reducción a ese indicador tras la escalada de subidas iniciada en diciembre de 2021.

Con esta decisión el Banco Central desoyó a múltiples cámaras empresariales que entre ayer y hoy le solicitaron al BCCR aplicar una rebaja de la TPM de por 75 puntos base por considerar que mantener una TPM tan alta favorece la depreciación del colón lo cual consideran “está desangrando al sector productivo del país".

Para contener la inflación a finales del 2021 el Banco Central ajustó la TPM pasándola de 0,75% en diciembre del 2021 a 9% en noviembre de 2022 (+8,25 puntos porcentuales en 11 meses), sin embargo, y a pesar de que la variación de precios en 2023 fue deflacionaria (-1,77%), el Central no ha querido reducir la TPM al mismo ritmo que la subió, y desde marzo de 2023, cuando comenzó a bajarla, la ha llevabo ahora a 5,75% (-3,25 puntos porcentuales en 10 meses).

Entre las razones para no aplicar una mayor rebaja a la TPM desde el Banco Central aseguraron que “los cambios en la TPM han de ser graduales y prudentes, de manera que sea posible reaccionar oportunamente y en la dirección que corresponda, si las condiciones macroeconómicas y la valoración de los riesgos así lo requieren”.

La Tasa de Política Monetaria es la tasa de interés que cobra el Banco Central en sus préstamos a un día plazo en el Mercado Interbancario de Dinero. Se trata del principal instrumento de política monetaria que tiene el Central en su esquema de metas de inflación, y es el que define el corredor de tasas de crédito y depósitos que tiene la institución.

Una rebaja en la TPM hace que los bancos tengan que pagar menos por recibir recursos del Banco Central, y por ende trasladan esa reducción a las tasas que cobran a los préstamos de sus clientes. De este modo, con una TPM más alta es más caro para las personas adquirir préstamos, desistirán de hacerlo y sus bancos también dejarán de pedirle recursos al Central, limitando la circulación de dinero y por ende la inflación. Los ajustes en la TPM suelen verse reflejados en la Tasa Básica Pasiva unos seis meses después de aplicados.

En el contexto internacional, la desaceleración de la inflación continúa y, en algunos países, se aproxima al objetivo de sus bancos centrales. Si bien la inflación ha disminuido, este proceso ha tomado más tiempo del inicialmente previsto, por lo que, en general, los bancos centrales mantienen el tono restrictivo de la política monetaria, y destacaron que en las últimas reuniones de política; en algunas como la estadounidense han señalado que valoran una reducción gradual y en torno a 75 puntos base (p.b.) en el transcurso del 2024, pero otras indican que lo harán hasta tanto la reducción de la inflación sea sostenida.

En el ámbito nacional, el crecimiento económico ha sido robusto, impulsado tanto por la producción de las empresas del régimen definitivo como de los regímenes especiales de comercio. El Índice Mensual de Actividad Económica creció a una tasa interanual de 5,3% y a una tasa media de 5,6% en noviembre pasado; no obstante, en los últimos meses esta tasa se ha moderado.

Los indicadores del mercado laboral, por su parte, continúan con mejoras en el empleo formal y en los salarios reales, y las tasas de desempleo y de subempleo nuevamente disminuyen, aunque también decrece la tasa de participación laboral la cual para noviembre del año anterior 2023 fue de tan solo 49,4%.

En diciembre del 2023 el indicador interanual de inflación general fue negativo por sétimo mes consecutivo, mientras que el promedio de los indicadores de inflación subyacente continúa en valores positivos, pero bajos, por lo que ambos se ubican por debajo del rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación (entre 2 y 4%). Específicamente, al término del 2023 la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor fue de -1,8% y la del promedio de los indicadores de inflación subyacente fue 0,2%.

La trayectoria de la variación de precios en los últimos siete meses ha sido deflacionaria y ha estado determinada por la evolución de los precios de los bienes, en especial, de los alimentos y de los combustibles. Lo anterior es consecuente con la disipación de los choques de oferta externos, donde destacan la reducción en los precios de las materias primas. A estos factores se agregan elementos de índole interno como la política monetaria restrictiva y la apreciación de la moneda local.

Adicionalmente, aunque el dato más reciente de la variación de precios se ubicó a 3,77 puntos porcentuales del rango inferior de la meta del Banco Central, señalaron que las expectativas inflacionarias a 12 y 24 meses sí están dentro del rango de tolerancia definido para la inflación.

Las proyecciones del Banco Central señalan que el choque desinflacionario tendrá una persistencia mayor a la estimada inicialmente. Estas proyecciones, en su escenario central, contemplan una inflación negativa en el primer trimestre del año y un retorno al rango de tolerancia hacia finales del 2024.

Desde el Central añadieron que todavía persisten riesgos externos y locales, algunos de ellos renovados e incrementados, cuya materialización podría desviar la inflación de la senda proyectada, de los cuales destacaron:

  1. Los relacionados con choques de oferta y la fragmentación del comercio global, debido a fenómenos climatológicos y a conflictos geopolíticos; estos últimos agravados por las tensiones en el Medio Oriente, en particular en el mar Rojo. El precio de los servicios de transporte marítimo se ha incrementado, lo que hace prever un impacto negativo en las cadenas globales de suministro y, por lo tanto, amenaza con nuevas presiones alcistas en los precios de algunos bienes y servicios.
  2. A lo interno, no se descarta una eventual recomposición del portafolio de instrumentos financieros, que podría incrementar las expectativas de variación cambiaria y, por ende, las expectativas de inflación, especialmente en un contexto de excesos de liquidez que hasta el momento han sido gestionados en el mercado de

Por último desde la Junta Directiva del BCCR indicaron que todavía se identifican riesgos a la baja en el crecimiento económico, asociados la dinámica de los principales socios comerciales del país menor al contemplado en las estimaciones analizadas.