Tasa de Política Monetaria bajó 300 puntos base durante el 2023.
La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) acordó este miércoles 20 de diciembre disminuir el nivel de la Tasa de Política Monetaria (TPM) en veinticinco puntos base (0,25) para ubicarla en 6,00%, la sexta reducción a ese indicador tras la escalada de subidas iniciada en diciembre de 2021.
La Tasa de Política Monetaria es la tasa de interés que cobra el Banco Central en sus préstamos a un día plazo en el Mercado Interbancario de Dinero. Se trata del principal instrumento de política monetaria que tiene el Central en su esquema de metas de inflación, y es el que define el corredor de tasas de crédito y depósitos que tiene la institución.
Un aumento en la TPM hace que los bancos tengan que pagar más por recibir recursos del Banco Central, y por ende trasladan esos costos a las tasas que cobran a los préstamos de sus clientes. De este modo, si es más caro para las personas adquirir préstamos, desistirán de hacerlo y sus bancos también dejarán de pedirle recursos al Central, limitando la circulación de dinero y por ende la inflación. Los ajustes en la TPM suelen verse reflejados en la Tasa Básica Pasiva unos seis meses después de aplicados.
Al explicar las razones del ajuste el Banco Central afirmó que a nivel internacional, aunque la inflación tiende a la baja, se espera que esta se ubique dentro de las metas establecidas por los bancos centrales hasta el año 2025, ya que a pesar del tono restrictivo de la política monetaria a nivel global, hay diferencias en las decisiones de diferentes países, como la pausa en el aumento de tasas en naciones avanzadas y las reducciones graduales en las economías latinoamericanas.
Asimismo las autoridades del Central explicaron que la actividad económica en Costa Rica sigue mostrando un crecimiento robusto, con mejoras en el mercado laboral, incluyendo un aumento en el empleo formal, disminución en las tasas de desempleo y subempleo, y aumentos en los salarios reales; al tiempo que los indicadores de inflación general y subyacente en noviembre permanecieron por debajo del límite inferior del rango de tolerancia, con variaciones interanuales negativas en algunos casos, especialmente influenciadas por la disipación de los choques externos que afectaron la inflación en 2022.
Además el Central dijo que las expectativas inflacionarias se mantienen dentro del rango de tolerancia, con proyecciones que indican la posibilidad de deflación al final de 2023, pero con la expectativa de retorno a la tolerancia a inicios del segundo semestre de 2024.
De acuerdo con el Banco Central, aunque hay espacio para reducir la TPM, persisten riesgos tanto externos como locales, que podrían alterar las proyecciones de inflación. Estos riesgos incluyen posibles choques de oferta, problemas en el comercio global, eventos climatológicos y conflictos geopolíticos, así como cambios en el mercado financiero interno.