Por Connie Jonnine Watson Martland – Estudiante de la carrera de Contaduría
En el ámbito empresarial escuchamos hablar sobre los escudos fiscales y sus beneficios, pero la mayoría de las personas dudan de su legalidad y aplicación, pero ¿son realmente los escudos fiscales una herramienta de la cual podemos hacer uso? ¿Son los escudos fiscales legales? En este artículo abordaremos los conceptos, usos e implementación de los escudos fiscales en las empresas, así como la forma en que la Ley No. 9635 de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, rige la aplicación de estas herramientas para evitar la erosión de la base imponible en el cálculo de los impuestos.
Se conoce como escudos fiscales a la estrategia que se utiliza para reducir el pago de los impuestos mediante desgravaciones fiscales, es decir, la medida en la que se suprime o se aminora un gravamen. Un escudo fiscal es todo aquel gasto deducible establecido en la Ley del Impuesto sobre la Renta, el cual debe descontarse en el Estado de Resultado de la empresa para obtener el beneficio antes de impuestos (Ley N. º 7092, 1988). Por tanto, podemos considerar los escudos fiscales como una herramienta legal a disposición del contribuyente para una disminución en los pagos de impuestos, lo cual permite una mejor optimización de los flujos de efectivo. Sin embargo, estos escudos fiscales son herramientas altamente fiscalizadas por la administración tributaria para evitar abusos, elusión y evasión de impuestos.
Algunos ejemplos de escudos fiscales son los gastos financieros y la depreciación. Pero, en general, todos los gastos (operativos, financieros y extraordinarios) representan un escudo fiscal porque merman los beneficios antes de impuestos de las empresas.
Los escudos fiscales tienen ciertas características entre las que destacan las siguientes:
• Solo funciona cuando la empresa genera utilidades y no pérdidas. De otro modo, no habrá un Impuesto sobre la Renta.
• Los escudos fiscales son importantes, sobre todo cuando el gasto involucrado no genera una salida real de dinero, es decir, cuando permiten pagar menos impuestos, aunque no exista un desembolso de efectivo.
• Para cuantificar el escudo fiscal se multiplica la tasa impositiva por el gasto o monto deducido.
Tal como lo mencionamos anteriormente, la Administración Tributaria busca regir estos escudos, por lo que a continuación mencionamos algunas medidas que fueron incorporadas en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (Ley N. º 9635, 2018):
1- No se considerarán gastos fiscalmente deducibles los correspondientes a operaciones realizadas, directa o indirectamente, con personas o entidades residentes en países o territorios calificados por la Administración Tributaria como jurisdicciones no cooperantes.
2- Se impone limitación del 20% a la deducción de intereses no bancarios.
3- No podrán ser deducidos como gastos de intereses, para efectos del cálculo de la deducibilidad máxima, los provenientes de las comisiones bancarias de formalización de crédito y el diferencial cambiario, así como los gastos por intereses provenientes de deudas con el Sistema de Banca para el Desarrollo, o con bancos y entidades financieras extranjeras.
4- Establece que el gasto máximo deducible por donaciones es de 10%.
5- Se incorpora una norma antielusiva.
Finalmente podemos concluir que, aunque los escudos fiscales son herramientas legales beneficiosas, debemos ser sumamente cuidadosos con sus aplicaciones, y apegarnos a lo permitido por la ley para evitar incurrir en alguna falta ante la Administración Tributaria que conlleve algún proceso no deseado como el pago de multas e infracciones, o inclusive un proceso legal.
