Crecen el ingreso y la producción

El Informe de Política Monetaria (IPM) dado a conocer por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) el lunes recién pasado nos trae buenas noticias. Vamos a crecer más, podremos en conjunto consumir e invertir más. Pero las personas en promedio no han recuperado su capacidad de consumo, y el efecto negativo es mayor en las personas con menores ingresos.

Los términos de intercambio o sea el poder de compra de nuestras exportaciones han aumentado respecto a las previsiones del anterior IPM de abril de este año. Este cambio positivo se produce por el abaratamiento de los derivados del petróleo, fertilizantes y fletes. Ello lleva al ente emisor a aumentar su estimación del crecimiento del Ingreso Nacional de este año de un 3 a un 4% generando mayor capacidad para consumir y para invertir en nuestro país. Para 2024 el nuevo estimado permanece casi igual con un crecimiento de 3,8%, solo superior al de abril en 0,1 puntos porcentuales.

Concomitante a este cambio en el ingreso nacional se incrementa el aumento proyectado del Producto Interno Bruto (PIB). De un aumento estimado en abril de 3,3% el PIB en 2023, el BCCR pasa a señalar ahora un crecimiento de 4,2%. Para el año entrante el crecimiento esperado también aumenta, aunque un poco menos, pasando de 3,6% a 3,8%.

El impacto favorable de los términos de intercambio en el crecimiento del ingreso nacional compensa el efecto desfavorable del incremento en las ganancias de los factores de producción de propiedad foránea y de la mayor carga por pago de intereses del sector público al extranjero, e incluso hace que se reduzca la brecha entre el crecimiento del ingreso y el del PIB, sobre todo para el 2024.

…pero no se ha recuperado el poder de compra de las familias

Los elementos negativos de la recuperación económica en curso que hacen que no se haya aún recuperado la capacidad de consumo de las familias se dan por la disminución en los niveles de ocupación respecto a los prevalecientes antes de la pandemia, por la disminución de los ingresos promedio en términos reales de los trabajadores y por la inflación diferenciada por grupos de ingreso que ha afectado más a las familias más pobres.

En efecto, las cifras de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del trimestre terminado en junio de este año, dadas a conocer en estos días, nos indican que todavía no se ha recuperado el nivel de ocupación que teníamos antes de la pandemia. Las mujeres han sido mucho más afectadas por la pérdida de puestos de trabajo, pues hubo en junio 70.181 mujeres ocupadas menos que en febrero de 2020, y el número de hombres ocupados disminuyó en la mitad, 35.450. La proporción de pérdida de ocupaciones de mujeres es aún más elevada que la de los hombres por el menor nivel de ocupación de las primeras. Estas cifras de disminución en el número de personas ocupadas no toman en cuenta el aumento de la población durante estos tres años, lo que agrava el problema.

Los datos de ingreso promedio por la ocupación principal de los trabajadores de la ECE nos permiten calcular que en términos reales en junio de este año fueron un 6% menores a los del último mes igual antes de la pandemia, junio de 2019.

Después de la COVID-19 ha crecido y se ha recuperado la producción total. La tasa de desempleo es menor. Pero no se han recuperado ni los niveles de ocupación ni de ingreso real de los trabajadores.

Con relación a los niveles de ocupación hay buenas y malas noticias

Con respecto a ocupación este IPM del BCCR nos señala algunos elementos positivos que se deben considerar. Las ocupaciones que han desaparecido se dan en el sector informal, mientras el sector formal sí recuperó el nivel previo al COVID-19 desde el primer trimestre de 2020, y fue en junio de este año mayor en un 3,7% a marzo de 2020.

También es favorable la disminución del subempleo pues las personas ocupadas laboran más horas. El subempleo se ubica en 6% de la población ocupada, el nivel más bajo desde que se inicia la ECE en 2010. Cuando las empresas empiezan a crecer después de una recesión primero aumentan las horas trabajadas por sus empleados y solo después contratan nuevos trabajadores.

El IPM de julio realiza un interesante ejercicio comparando la ocupación actual con la tendencia de ocupación durante el período 2010 a 2019 antes de la pandemia.

Solo aumenta respecto a la tendencia el número de ocupados de quienes tienen calificaciones laborales altas, y lo hace muy significativamente en un 15,7%. Los ocupados de calificación media disminuyen en 5,1% y los de calificación baja en un muy doloroso 13,9%.

Si lo vemos por nivel de educación comparando con los datos últimos antes de la pandemia, en tanto el total de ocupados disminuye en un 4,7 el de personas con educación de secundaria incompleta o menos disminuye en 12%

Ya se ha recuperado respecto a la tendencia la mayor parte del empleo formal pero aún es inferior a la tendencia en un 3,2% en tanto los empleos informales son un 6,1% menores.

Los resultados del menor número de ocupados y su mayor impacto negativo en mujeres, en personas con calificaciones laborales medias o bajas, en el sector informal y con menor educación son preocupantes por sus efectos en el bienestar de la población y en especial en el de las personas con menos ingresos. Estas últimas además se han visto más afectadas porque la inflación ha sido mayor para las familias con mayor proporción de su gasto en alimentos y en otras necesidades básicas

Capacitación, educación, oportunidades

La conclusión sigue siendo la urgencia y la importancia de incrementar y mejorar la capacitación laboral para las demandas de trabajo actuales y futuras, y de extender y profundizar la capacidad de generar habilidades en matemáticas, ciencia, uso del lenguaje y de relaciones interpersonales de nuestra educación secundaria.

Este es el camino para generar más empleabilidad y atender de manera real las necesidades de las familias que han visto disminuir sus recursos. Pero, claro, mientras se aprende a pescar se debe comer. Los programas sociales deben crecer y ser más eficientes.

Continúan los buenos resultados fiscales

No puedo dejar de señalar que tanto este IPM como el informe del Ministerio de Hacienda Al Día con Hacienda con las cifras fiscales de junio de este año señalan los muy importantes logros en el manejo de las finanzas públicas que deben merecer el aprecio del país.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.