En la actualidad, el envejecimiento es un fenómeno que representa un desafío mundial. Nuestro país no es la excepción, la población adulta mayor va en aumento y esto genera una necesidad de herramientas que promuevan el bienestar de esta población.

La salud mental es un aspecto fundamental para una buena calidad de vida, más aún en esta etapa de la vida. Según datos de la OMS los trastornos de ansiedad afectan al 3,8% de la población de edad mayor. Estos se enfrentan a desafíos como la pérdida de su círculo social (amistades y familiares), de su independencia o en muchos casos la sensación de aislamiento.

La participación en programas artísticos —ya sea en pintura, música, danza, teatro, etc.— brinda a las personas adultas mayores, una serie de beneficios como la exploración de su identidad, la socialización y creación de redes de apoyo.

El arte otorgaría la oportunidad de conectar con personas que los entiendan y compartan sus intereses y pasiones. Promoviendo la generación de nuevos vínculos de amistades, intercambio de experiencias y un sentido de comunidad en esta población.

Además, otros beneficios como, por ejemplo, la estimulación en la salud cognitiva. Diversas investigaciones han demostrado que el participar de actividades artísticas estimulan la memoria, la concentración, la motora y la agilidad mental. Este tipo de actividades ayudarían a ejercitar su cerebro y mantenerlos activos y saludables.

Además de los beneficios individuales, también existe un impacto en la sociedad en general. Al brindarles la oportunidad de participar activamente en la cultura y las artes, se les reconoce como miembros valiosos de la comunidad, capaces de contribuir con sus conocimientos y talentos. Esto promueve la inclusión y el respeto hacia los adultos mayores, superando estereotipos negativos asociados con el envejecimiento. Esta participación puede ser una fuente de enriquecimiento cultural para la sociedad en su conjunto, al valorar y preservar la sabiduría y la experiencia de las personas adultas mayores.

En un país como Costa Rica, donde la población de adultos mayores sigue en aumento, es esencial reconocer la importancia de los programas artísticos para promover la salud mental y el bienestar de esta comunidad. El arte ofrece un medio poderoso de expresión, socialización y estimulación cognitiva para los adultos mayores. A través de la participación en actividades artísticas, pueden encontrar alegría, sentido de pertenencia y una voz en la sociedad.

Es fundamental que el gobierno, las instituciones culturales y la sociedad en general se unan para fomentar y apoyar la implementación de programas artísticos accesibles para las personas adultas mayores en todo el país. Estos programas deben ser inclusivos, adaptados a las necesidades y capacidades de esta población, y promover la participación activa y el intercambio intergeneracional.

Es hora de reconocer y valorar el potencial transformador del arte en la vejez y garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de beneficiarse de esta invaluable fuente de bienestar y creatividad.

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