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14 PYMEs turísticas indígenas le esperan en la Zona Sur

27 Abr, 2023
  •  6:20 PM
Esta noticia es de hace 1 año

El programa Raíces trabajó con 14 emprendimientos de los 7 territorios indígenas de la Zona Sur con el fin de mejorar su oferta turística y compartir su cultura ancestral con los turistas.

Este 2023 el programa Raíces, de la incubadora Impact Hub San José, finalizó el primer programa de incubación dirigido exclusivamente para emprendimientos turísticos de territorios indígenas costarricenses, en la Zona Sur de nuestro país.

El objetivo del proyecto fue apoyar las ideas de negocios relacionados al turismo en etapa temprana, además de brindar el soporte necesario para que estos se conviertan en emprendimientos exitosos que potencien el desarrollo económico de la zona y visibilicen la identidad indígena.

El programa también contó con el apoyo de  la iniciativa Finanzas para la Biodiversidad (BIOFIN) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), junto con el Sistema de Banca para el Desarrollo y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).

Así, Raíces seleccionó a 14 emprendimientos que representan de los siete territorios indígenas de la Zona Sur de nuestro país, (dos emprendimientos por cada pueblo).

A partir de ahí empezó la fase uno del programa, la cual de septiembre a diciembre del año anterior trabajó un periodo de incubación en el que los emprendimientos contaron con capacitaciones de parte de Impact Hub, para construir su modelo de negocio y desarrollar su prototipo de empresa.

Paralelamente, las PYMEs ingresaron a una fase de gestión de fondos, en el mes de noviembre, en la que los emprendimientos se prepararon para recibir capital semilla con el cual desarrollar sus proyectos de negocio. Estos fondos no reembolsables y fueron entregados en fases, de acuerdo al avance del programa.

Según indicó la líder el proyecto y miembro de Impact Hub, Carmen Reyes del Valle a Delfino.cr, gracias a un monitoreo previo realizado por PNUD, las organizaciones parte ya tenía claro cuál era el escenario en el que trabajarían, lo que permitió desarrollar el programa con el objetivo de contribuir a la conservación de la biodiversidad, a la revalorización de la cultura indígena y a la igualdad de género en estos territorios.

Esta es nuestra primera edición del programa. Este empezó con una fase de incubación en septiembre y que tuvo cuatro meses de duración, donde los emprendedores recibieron herramientas para definir sus modelos de negocios y para crecer en herramientas de innovación social. El programa buscó que aprendieran fallando, por así decirlo: es decir, que implementaran una prueba y error que les permitiera hacer, reajustar, pedir retroalimentación, reajustar de nuevo y volver a hacer. La idea esta metodología es adaptarse a lo que tenemos, a lo que buscamos y a lo que estamos ofreciendo pero siempre pidiendo retroalimentación para poner ponerlo a prueba".

En total, al proceso de aplicación concursaron más de cien emprendimientos a los cuales se les evaluó oferta turística, innovación, sostenibilidad, cosmovisión y planteamiento, previo a su selección para ser parte del programa para empezar la recepción de los recursos.

Algunos de los seleccionados también son emprendimientos con trayectoria, como veremos más adelante, que gracias a este proyecto pudieron desarrollar sus procesos para ampliar ventas y expandirse a nuevos mercados.

Según Reyes:

Lo más interesante de esto es que hay varias personas que llevan más de 20 años trabajando en turismo pero si tú les preguntabas cómo cuál era su modelo de negocio o si tienen página web, pues te dabas cuenta de que no habían tenido ningún acompañamiento. Por eso lo que hicimos fue, tal cual, agarrar personas muy jóvenes y a personas que llevan más de 20 años en turismo para darles una metodología y un acompañamiento que les permitiera definir sus modelos de negocio, identificar alianzas y trabajar sus catálogos digitalizados, en un proceso que ahora refleje su modelo de negocio sólido y con visión a largo plazo".

En el proceso también participaron la Mesa Nacional Indígena y varios expertos en negocios que apoyaron a los emprendimientos en un esquema de capacitación que se basó en un modelo híbrido de apoyo, con acompañamiento y tareas para que los participantes tuvieran trabajo durante todas las semanas de duración.

A su vez, una vez al mes se realizó una reunión presencial en Buenos Aires que finalizó con un retiro el año pasado.

Finalmente, y entre los meses de enero a abril de este año, Raíces finalizó con la fase de prototipado, en la que los emprendimientos pasaron del papel a la práctica de sus proyectos con visitas de personeros de agencias de viajes y de medios de comunicación a la zona, para probar, en sitio, lo que sus emprendimientos tienen para ofrecer.

Turismo con Raíces

Montañas del Parque Internacional La Amistad desde el territorio indígena térraba (Brörán), en Buenos Aires de Puntarenas.

No todos los días uno tiene el chance de amanecer con la vista de la imagen que está aquí arriba. Esta es la entrada al Rincón Ecológico Cultural Térraba, ubicado en el territorio indígena térraba (o Brörán), en Buenos Aries de Puntarenas.

El Rincón es, literalmente, un paraíso natural construido hace más de 45 años, el cual empezó como un esfuerzo de su propietario, Paulino Nájera Rivera, con el objetivo de recuperar la flora, la fauna y la cultura del pueblo Brörán que estaba siendo amenazada (como lo ha estado muchas, muchas veces a lo largo de los años).

Esta finca familiar de 63 hectáreas, que cuenta con cuatro cabinas rústicas de madera, una casa del árbol, una casita cónica para parejas y un espacio colectivo con capacidad para catorce personas, es uno de los emprendimientos que formaron parte de la primera edición de Raíces y que fueron visitados en los viajes de familiarización del programa.

Para ello, Raíces comandó dos viajes de este tipo, los dos realizados en marzo, en los cuales los asistentes pudieron disfrutar de lo que los emprendimientos apoyados tienen para dar, en una oferta que incluye no solo gastronomía ancestral y una atención de altura, sino también actividades de kayak y senderismo dentro de los territorios y la posibilidad de acceder, de primera mano, a la cultura milenaria a la que estos emprendedores nos acercan con sus negocios.

Jessica Soto, emprendedora propietaria del proyecto Simbiótica, en Bella Vista de Boruca, en Buenos Aires.

La primera de las emprendedoras que conocimos en nuestra gira fue Jéssica Soto Rojas, propietaria del proyecto Simbiótica, ubicado en Bella Vista de Boruca, en Buenos Aires de Puntarenas.

Soto, quien se describe a sí misma como herbalista, señala que el suyo es un emprendimiento que busca interactuar con el espacio y sus seres, "para lograr un crecimiento mutuo, equilibrado y sostenible" donde el turista pueda disfrutar de una finca agroecológica que tiene senderos de bosque, restaurante y un vivero con árboles frutales, así como una bio-fábrica y jardines con plantas medicinales, tintóreas y comestibles, de especies nativas e introducidas, cuyos frutos se convierten en la materia prima principal de este negocio.

Parte de lo que mencionábamos sobre la buena comida de la zona se encuentra en este lugar:

Restaurante Simbiótica, en Bella Vista de Boruca, en Buenos Aires.

Según señaló Soto sobre el programa Raíces:

Ha sido una dicha porque solos no podemos hacer nada. El impacto que generamos es mínimo en comparación a cuando trabajamos en colectivo y estoy agradecida y honrada de trabajar en este colectivo”.

Su opinión es similar a la de Paulino Nájera, quien sostiene su emprendimiento con su esposa Fidelia Rivera Fernández,  una reconocida artesana indígena costarricense cuyo arte ha trascendido de tal forma que fue de las primeras mujeres indígenas en presentar su obra en el Museo de Arte Costarricense, además de ser una de las artesanas que elaboró la estola que la expresidenta Laura Chinchilla Miranda le llevó al Papa Francisco en su gira a Europa de 2013.

El compromiso de estos emprendedores es que quienes vengan a visitar el lugar vivan su experiencia, su tradición, su historia y su cultura, respetando a las costumbres de la zona.

Muchos no conocen la historia porque ha sido un trabajo que hemos empezado a hacer hasta ahora porque hoy es importante. Por eso los chicos del colegio llevan la marca de Térraba en sus uniformes para reconstruir esa historia”, señaló Nájera durante la gira en la zona.

Historia, aventura y cultura

Y hablando de un destino turístico que a la vez es sostenible tanto ambiental como histórica y culturalmente, otra de las oportunidades que los emprendimientos turísticos del programa Raíces ofrecen a los visitantes es la de hacer kayak a lo largo del río Diquís.

Esto es lo que ofrece el emprendimiento Eco Aventuras Dí Crí, un negocio que se centra en el territorio indígena de Rey Curré y que ofrece al turista un viaje en kayak por el Térraba.

La experiencia es "una vivencia auténtica de nuestra historia y cotidianidad, ya que siempre hemos conectado con el río para nuestras actividades tradicionales. Aquí podrán apreciar la importancia única que tiene este río, destacando los lazos, usos y costumbres ancestrales", según señala el emprendimiento.

Su propietario es Noel Lázaro Estrada, quien nos indica que para el negocio es importante aprovechar los recursos que brinda esta cuenca y que están libres de explotación o contaminación, pues es un río que ha sido utilizado desde hace siglos como medio de transporte y alimentación por los territorios indígenas de la zona.

Para nosotros es importante que el recorrido no sea solo correr un río. Ustedes están haciendo un recorrido histórico de nuestra comunidad, de la relación espiritual que tenemos con él y de la forma en la que lo respetamos”.

Kayak en el río Térraba con Eco Aventuras Dí Crí.

El recorrido se complementa, en la zona, con una visita al Santuario Canij Yimba Cajc, del emprendedor Daniel Leiva Leiva, el cual ofrece cabañas, senderos, santuarios, pozas, miradores, tours de un día y también servicios alimentación, con el objetivo de "cuidar esto porque si no, de aquí a 20 años, ya no vamos a tener ese espacio”.

El santuario Yimba Cajc Busca rescatar el pasado para fortalecer el presente. El santuario tiene gastronomía, tiene arte y tiene un fuerte componente ecológico, con cabañas, hospedajes, nacientes, senderos, miradores y flora y fauna, siempre protegiendo y respetando nuestro espacio".

Cabañas para hospedaje en el Santuario Canij Yimba Cajc, en el territorio indígena de Rey Curré.

Y es que ese acercamiento cultural es otra de las ventajas que entrega esta experiencia donde el turista podrá no solo comer rico, pasear y ser bien atendido, sino que además estará cerca de la historia de estos territorios que rememoran la lucha por la defensa de su cultura, empezando por la conquista española hasta llegar a las luchas recientes por recuperación de territorios indígenas y de defensa del Di-Crí, su río sagrado, ante los intentos externos para imponer proyectos.

Uno de los ejemplos de esa lucha es la tradición del Juego de los Diablitos, cuyo significado varía de un territorio indígena a otro pero que en Rey Curré representa la lucha contra la imposición española en la zona.

Así lo recordó el escultor y artesano Rafael Gonzalez Leiva, quien produce las máscaras que se presentan en este juego donde se recuerda la lucha de los territorios indígenas, personificados por diablitos, contra los españoles, simbolizados en la figura del toro.

En esta tradición los indígenas, que se encontraban en una posición de inmensa desventaja militar frente a los cañones conquistadores, crearon máscaras con rasgos demoniacos para espantar a sus adversarios, profundamente católicos, en batalla.

Según González, quien hoy trabaja las máscaras a mano y en un solo tronco, “gracias a eso a los indígenas no nos eliminaron y gracias a ellas es que todavía seguimos en el mundo”.

Por ello el escultor enseña este arte a niños y adolescentes de la zona para transmitir este conocimiento a las nuevas generaciones:

Como queda sobre carretera pasan muchos turistas que ven al niño jugando con las máscaras y le dicen ‘¿Quien se la hizo?’ Y el niño ‘¡Yo!’ y así se la venden, se ganan su plata y mantienen la tradición viva”.

Máscaras del artesado Rafael Gonzalez Leiva, en el territorio indígena de Rey Curré.

Ese trabajo por preservar y defender la identidad indígena también aflora en el Jardín del Idön Lodge y Restaurante, de la emprendedora Elides Solano Rivera.

Este negocio está orientado a la gastronomía Brorän y busca exhibir los sabores, olores y colores de la cocina tradicional de Térraba, a partir de la construcción de un rancho gastronómico que potencie y promueva su gastronomía ancestral.

Solano empezó con este emprendimiento “de a poquitos”, desde más de hace 20 años y su objetivo es "es respetar a la naturaleza con prácticas ancestrales para que la gastronomía sea medicina, con un contenido de equilibro natural de la biodiversidad", frente a la expansión de los sembradíos de monocultivo de la zona.

Nosotros trabajamos toda la parte cultural pero para este proyecto trabajamos la parte de gastronomíatradicional, explicando las prácticas tradicionales de agricultura tradicional de nuestro pueblo. La agricultura orgánica se basa en el consumo como lo realizaban nuestros antepasados, con prácticas mucho menos importadas para preservar las técnicas propias de nuestra tradición en la gastronomía”.

El Jardín también ofrece servicios de hospedaje y tours privados para los turistas que visitan el lugar.

Jardín del Idön Lodge y Restaurante en el territorio indígena de Térraba, en Buenos Aires de Puntarenas.

A estos emprendimientos también se unen Mina Ka Jú, de la reconocida lideresa indígena Doris Ríos Ríos, el cual busca acercar al visitante a la cultura y al estilo de vida indígena, a partir de tours culturales, actividades dentro de la comunidad y de una oferta amplia de gastronomía ancestral.

Los interesados en conocer más sobre este negocio pueden llamar al 8704-9384 o escribir a [email protected] para más detalles.

Ríos trabaja en el territorio de Chiná Kichá, de donde también es originaria Petronila Ríos, del emprendimiento Siwa Ká, un proyecto que pretende rescatar las costumbres y tradiciones del pueblo por medio de una caminata ancestral que llega a una catarata donde se explica el procedimiento de recuperación de tierras y su importancia para los pueblos originarios y su futuro; del disfrute de la gastronomía cabécar y su rescate; y de un taller llamado “Reflexión sobre nuestro pasado” que se realiza en un rancho cultural donde se conversa sobre las actividades realizadas y un expositor relata una historia propia de la cultura.

Para más información sobre este emprendimiento los interesados pueden escribir al correo [email protected] o llamar al teléfono 8407-6159.

Por su parte, pero esta vez en el territorio de Ujarrás, Raíces apoyo a los emprendedores Nelson Zúñiga Reyes, de Ológa Pú Tours; y a Raquel Vidal Reyes, de Nature Investigation Center Mo.

El primero es un proyecto que ofrece servicios de restaurante y hostel, así como tours que incluyen aguas termales, senderismo y caminatas guiadas, además espacios de relajamiento en el bosque, gastronomía, artesanías, cataratas, miradores, avistamiento de aves y talleres sobre el uso cultural de plantas medicinales. Los interesados en conocer más de este espacio pueden ingresar a sus redes sociales para más información.

Nature Investigation Center Mo, por su parte, es un hospedaje en la zona de Ujarrás que ofrece cabañas y tiendas de acampar a personas que quieran descubrir su bosque nuboso tropical de forma natural, llegando hasta el prepáramo para conocer la fauna de la zona entre la que destacan monos, ardillas, ranas, hormigas, abejas, jaguares y dantas, así como las más de mil especies de árboles, arbustos y plantas que habitan el lugar.

En el territorio de Salitre, por su parte, se encuentra el Refugio Natural Orko Bata de Zacarías Elizondo Figueroa, que es un proyecto que realiza actividades culturales y de ecoturismo en un área de bosque primario y secundario de la zona, así como de regeneración en un área que comprende 200 hectáreas, donde existen caídas de agua y hay una gran diversidad de flora y fauna.

Además, Erika Ortiz Vargas maneja el emprendimiento Kewe Ecolodge, el cual involucra a dos familias indígenas para 12 personas en total, con 6 cabañas de hospedaje y un rancho cultural con cocina para realizar actividades turísticas.

Finalmente, en el territorio de Cabagra los emprendedores Javier Delgado Zúñiga y Digna Rojas Morales esperan a los turistas con los emprendimientos Diwöwak Adventures y Ecoturismo y bienestar indígena Nuevo Amanecer.

El primero es un hospedaje inspirado en bungalows-cabañas equipadas con habitaciones, baño, sala de estar, cocina y porche, en un espacio donde se construirá un rancho tipo palapa a cuatro aguas que tendrá área de cocina y espacio suficiente para ofrecer actividades culturales y de gastronomía local que incluye opciones veganas y vegetarianas.

Nuevo Amanecer, a su vez, ofrece servicios de hospedaje, actividades turísticas, transporte y alimentación con productos de la región y atractivos que incluyen recorridos por senderos en una finca productora y ganadera, donde se realizan actividades como ordeño, talleres de conocimiento sobre productos ancestrales, plantas medicinales y un ritual bribri practicado solo por esta etnia. También se incluye un taller para hacer dulce de caña al estilo tradicional y una caminata para visitar una catarata natural.

Finalmente, el proyecto regresa a Boruca donde la emprendedora Angie Soto Fernández espera con su negocio, Caccha Tours Boruca.

Este es un proyecto que promueve todas los diferentes iniciativas turísticas de Boruca, incluyendo textiles, talleres de tejido, hilos y tintes naturales, actividades gastronómicas, senderismo, hospedaje, plantas medicinales, labrado y tallado de máscaras y diferentes proyectos de personas de la comunidad y al cual, los interesados, pueden accesar por medio del teléfono 8321-7096 o del correo [email protected].

Todo lo compartido en este artículo es apenas un vistazo a la cantidad de opciones que la zona tiene para desarrollar el turismo sostenible y con un particular sentido de calidez y conexión humana. Regresamos entusiasmados de imaginar proyectos similares en otras zonas del país, generados gracias a alianzas estratégicas, colaboraciones interdisciplinarias y un claro sentido de comunidad, más allá de nuestro barrio, en todo el país.

Carmen Reyes, sonriente y orgullosa, nos recordó que el paraíso que visitamos, está a un brinco y medio de la capital:

El objetivo desde el principio fue poner el ojo comunidades indígenas para hacer que la mirada vaya a esos a esos territorios y a la vez, con esta oferta turística, con todo el amor que nos brindan, con todos los servicios y con todos los paisajes, hacer que la oferta turística sea más atractiva para que más gente venga. Para eso se empoderó a los emprendedores y ahora trabajamos en que el país voltee la mirada hacia ellos y vea lo chiva que es venir y lo cerca que lo tenemos: a 4 horas de San José".

Delfino CR

Por Andrea Mora

Periodista, dicen que escritora. Politóloga y herediana sufrida. Pelirroja inquieta. Correo: andrea[arroba]delfino.cr

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