Por Jimena Guiselle Sánchez Hernández - Estudiante de la carrera de Contaduría

¿Pueden los medios digitales manipular al público con opiniones a conveniencia? Cada vez es más difícil diferenciar la verdad y lo falso de una información. La cantidad inmedible de referencias alteradas por los medios de comunicación es masiva y complicada de rastrear sin ninguna herramienta. Manipular la verdad se ha vuelto una fantasía para quienes lo hacen y la audiencia se deja llevar más por opiniones que por datos reales (Sánchez-Olmos, 2020). Es importante recalcar la incidencia que tienen los métodos de investigación en este tema, ya que la posverdad es una tendencia que ha ganado más terreno en las personas. Estos pueden comprobar lo cierto en medio de las falacias que están revolucionando el mundo digital. Considerando el impacto de las herramientas de indagación, se puede decir que los medios comunicativos deben ligar este elemento potencial a su mensaje para cambiar la perspectiva de las personas a través de datos altamente comprobados que alejen la posverdad de persuadir lo auténtico y que exista una clara identificación de fuentes veraces.

Por este fenómeno los noticieros deben realizar una correcta selección de las herramientas en la investigación. Al ser noticias expuestas a los consumidores, debe tener contenido probatorio. Es importante tener un objetivo claro y extraer muestras verídicas, como las fuentes primarias que provienen directamente de la población. Además, para el Dr. Sampieri (2014) “el investigador cualitativo utiliza técnicas para recolectar datos, como la observación no estructurada, entrevistas abiertas, revisión de documentos, discusión en grupo, evaluación de experiencias personales, registro de historias de vida, e interacción e introspección con grupos o comunidades’’ (p. 9). Los datos más valiosos son precisamente los que se buscan de manera leal, sin afectar a los demás. Por consiguiente, tendrán en sus manos valores certeros que estarán lejos de la mentira.

Actualmente las redes sociales son un medio muy poderoso donde se presentan los acontecimientos más virales. Los representantes deben informarse antes de realizar una recomendación pública, y acudir a círculos investigativos cercanos. Se ha visto cómo las personas son capaces de aplicar criterios de la posverdad con el único objetivo de ganar más visitas y tendencias, quedando vacía la información real (Domínguez y García, 2020). Los influenciadores tienen un dominio muy grande sobre sus seguidores, en efecto, esto podría repercutir en muchas de sus decisiones. Bajo esto se encuentra el respeto moral y la salud de los individuos. Por ese motivo, en estos pioneros de transmisión está una gran responsabilidad de ejercer el título que han ganado en este campo y garantizar que lo publicitado sea certero.

A menudo se argumenta que la posverdad ha influenciado tanto a las personas a través de medios digitales y que las herramientas investigativas no son suficientes para enfrentar este fenómeno. La posverdad puede manipular las pistas con la finalidad de causar una intensa sensación de control (Herreras y García-Granero, 2020). Es admisible porque bien es cierto el gran poder de este movimiento. No obstante, cuando exista un medio que destaque su honestidad, aplicando criterios metodológicos, de modo que los usuarios puedan distinguirlo, sucederá el cambio. Como resultado deberán diferenciarse de la competencia llevando en alto lo que el público merece saber.

Las personas creen que la posverdad ya se apoderó de todo. Mientras lo más coherente es admitir que con entrevistas, ilustraciones, videos o algún instrumento de investigación directo, los medios de comunicación pueden proporcionar información sincera. Es pertinente usar datos valiosos en la investigación, pensar en la afectación que puede generar una noticia falsa, estar seguro de cómo ejercer adecuadamente un poder sobre los que tienen los ojos puestos en un personaje, y verificar registros con investigadores o instituciones. Para lograr esto se debe crear una nueva cultura que rete esta manifestación. La clave está en ofrecer contenido veraz identificable en la audiencia.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Domínguez, D. C. y García, E. (2020). Profesionales y posverdad: La responsabilidad colectiva como arma contra la falacia digitalizada. ADResearch ESIC: International Journal of Communication Research / Revista Internacional de Investigación En Comunicación, 21(21), 70–82. https://doi.org/10.7263/adresic-021-04
• Herreras, E. y García-Granero, M. (2020). Sobre verdad, mentira y posverdad. Elementos para una filosofía de la información. Bajo Palabra: Journal of Philosophy, 11(24), 157–175. https://doi.org/10.15366/bp.2020.24.008
• Sampieri, R. H., Collado, C. F., Lucio, P. B., Valencia, S. M. y Torres, C. P. M. (2014). Metodología de la investigación (6.a ed.). McGraw-Hill Education.
• Sánchez-Olmos, C. (2020). Máscaras de la mentira. El nuevo desorden de la posverdad. Revista Prisma Social, 31, 423–429.