Primero de diciembre y ya todos sentimos que casi casi alcanzamos las vacaciones.

En algunos lugares se crean montañanas de pendientes, como si el mundo se fuese a acabar la tercera semana de diciembre, mientras que, en otros, se acepta resignadamente que quedarán para enero.

En casi todos hay alguna actividad de Navidad, así que no está de más recordar algunas cosas: Es una fiesta de la empresa, donde siguen aplicando las políticas de la empresa, por ejemplo en temas de acoso sexual.

  • Si la fiesta la organiza uno de los jefes o directores en su casa, en una finca o en cualquier otra parte, debe siempre recordar que por más vacilón sigue siendo un representante patronal cuyas conductas se entienden como conductas de la empresa, con todo lo que eso implica. No es un sombrero que se pueda quitar y poner.
  • Por tratarse de un evento organizado por la empresa, si ocurren accidentes o lesiones en el mismo, aplicaría la póliza de riesgos profesionales.
  • Si la actividad se lleva a cabo en un lugar diferente al centro de trabajo, es importante revisar que cuentan con las pólizas necesarias en caso de un accidente, lesiones, etc.
  • Todos los proveedores, como el cáterin, meseros, entretenimiento, música y demás, deben contar con su propia póliza de riesgos profesionales, estar registrados ante la CCSS y entregar facturas autorizadas.
  • Si en la actividad se permitirá el consumo de licor, hay que estar atento a lo que puede pasar cuando alguien se emborrache, porque en ese estado, hay un amplio rango de cosas que pueden salir muy mal.
  • Establezca reglas claras de previo, por ejemplo, sobre el consumo de licor, ingreso bajo la influencia de alcohol o drogas, comportamiento, etc. Que no tiemble el pulso para aplicar sanciones si fuese necesario, aunque sea una fiesta.
  • No aplique medidas de impunidad alegando que es Navidad. Si alguien está generando un problema, lo mejor es sacarlo de la actividad antes de que el problema se haga más grande.
  • Que no se obligue a nadie en la oficina a participar en amigos secretos, rellenos de botas o contribuciones a caridades o en regalos colectivos. Esas participaciones deberían ser voluntarias, no forzosas. Lo mejor es hacer una invitación abierta, que participen los interesados y abstenerse de hacer comentarios respecto a los que rechazan formar parte de estas actividades.

Y recuerde: Lo que pasa en la fiesta, no se queda en la fiesta. Usualmente queda en el expediente de recursos humanos.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.