Ante la pregunta, ¿cuál es la primera causa de muerte en el periodo perinatal? Muchos responderían que las hemorragias, infecciones, o hipertensión gestacional; pero la sorpresiva verdad es que estas son superadas por el suicidio (Al-Halabi, S. et al, 2021).

El suicidio es tema tabú, nadie quiere hablarlo, porque existe el mito de que al hablarlo se le da la idea a la otra persona de cometerlo; y en el periodo perinatal, comprendido entre la concepción y un año postparto, está acompañado de otro mito; la creencia de que el embarazo o el tener un bebé son factores protectores y evitarán que la madre cometa suicidio.

Lo cierto es que el periodo perinatal es un momento de vulnerabilidad psíquica, donde se pueden desarrollar o incrementar enfermedades psiquiátricas con mayor prevalencia que en otros momentos de la vida.

Si bien, el suicidio no es tan frecuente, la ideación suicida es común entre las gestantes y mujeres en postparto, con una tasa estimada entre un 5 y un 14% (Lindahl, V. et al 2005).

En algunos trastornos mentales perinatales, como la depresión postparto, desorden bipolar o psicosis postparto existe un mayor riesgo de ideación suicida, intento suicida o suicidio. Y no se habla de esto.

Algunos de los factores de riesgo son una edad maternal joven, no tener pareja, embarazo no planeado y tener antecedentes personales y familiares de enfermedades psiquiátricas. Sin embargo, la ideación suicida es un factor determinante a considerar en la valoración del riesgo de conductas suicidas (Orsolini L. et al, 2016). Por lo anterior, adquiere especial relevancia el lema de la campaña por el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, #EscucharEsPrevenir.

La maternidad implica cambios biológicos, cambios de imagen y de rol; muchas madres la viven también como la pérdida del proyecto profesional; y puede darse sensación de malestar, seguida por la culpa y la autovaloración como “mala madre”.

Y aun así, no existen protocolos para el cribado de esta población, y detectar a tiempo sintomatología depresiva o ideación suicida. Es de suma importancia establecer colaboración entre ginecólogos, pediatras y psicólogos, con el fin de dar seguimiento a las madres, y evitar así una tragedia devastadora, con grandes consecuencias para las familias y altos costos a nivel social.

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