El presidente del Banco Central de Costa Rica, Roger Madrigal López, presentó el Informe de Política Monetaria en el que se destacó que actualmente se proyecta que la inflación del país se mantendrá por encima del rango meta de 3% ±1, hasta el segundo semestre del 2024.

El Banco Central reafirmó como su meta controlar la inflación, que en junio anterior alcanzó un valor interanual del 10.02%, la más alta registrada desde abril del 2009. Además, la inflación acumulada los primeros seis meses del año ya alcanzaba el 7.35%.

Desde el Banco Central se indicó, vía comunicado de prensa, que “las presiones inflacionarias iniciaron en el 2021, como resultado de factores tanto de demanda como de oferta. La recuperación de la economía, luego de la recesión del 2020 como consecuencia de las restricciones aplicadas para enfrentar la pandemia del COVID-19, propició un aumento en la demanda mundial de mercancías, de insumos para su producción y de servicios de flete marítimo. Esos factores se sumaron a choques de oferta por razones geopolíticas y climáticas, que afectaron a los mercados de hidrocarburos y a la producción agrícola, así como a problemas en las cadenas globales de suministro”.

El BCCR concluye que “esas fuerzas llevaron a un incremento de los precios de las materias primas en los mercados internacionales y de los costos del transporte marítimo, que impulsó al alza a la inflación internacional, situación que se acentuó a partir de febrero del presente año con la invasión de Rusia a Ucrania”.

Para contener el ritmo acelerado de la aceleración el Banco Central ha aumentado seis veces la Tasa de Política Monetaria (TPM) desde diciembre del 2021 cuando la TPM estaba en 0.75% elevándola hasta el 7.5% esta semana, alcanzando su valor más alto registrado desde octubre del 2010.

Desde el Banco aseguraron que la Junta Directiva “considera necesario continuar con el proceso de incrementos graduales y ordenados de la TPM, hasta ubicarla en una posición neutral; es decir, en un nivel compatible con la ausencia de presiones inflacionarias o desinflacionarias y con expectativas de inflación que convergen a la meta”.

Dato D+: La Tasa de Política Monetaria es la tasa de interés que cobra el BCCR en sus préstamos a un día plazo en el Mercado Interbancario de Dinero. Es el principal instrumento de política monetaria que tiene el Central en su esquema de metas de inflación y define el corredor de tasas de crédito y depósitos que tiene la institución. Un aumento en la TPM hace que los bancos tengan que pagar más por recibir recursos del BCCR y por ende trasladan esos costos a las tasas que cobran a los préstamos de sus clientes. De este modo, si es más caro para las personas adquirir préstamos, desistirán de hacerlo y sus bancos también dejarán de pedirle recursos al Central, limitando la circulación de dinero y por ende la inflación

Adicionalmente, como complemento al aumento en la TPM, la Junta Directiva dispuso incrementar en forma escalonada el requerimiento de encaje mínimo legal (EML) en moneda nacional, para llevarlo del 12,0% vigente a 15,0% a partir de la segunda quincena de julio. El Central aseguró que el propósito de esta medida es “evitar que los excesos de liquidez que muestran los intermediarios financieros exacerben las presiones inflacionarias" y sacó a consulta pública una propuesta para aplicar el encaje mínimo legal a las cooperativas de ahorro y crédito, las cuales están actualmente exentas de ese requerimiento desde octubre de 1997 y en su lugar, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley Orgánica del BCCR, mantienen una reserva de liquidez en igual porcentaje que el EML y cambiar la composición de la reserva de liquidez para las cooperativas no supervisadas y asociaciones solidaristas.

Con relación al crecimiento de la economía se mantiene la proyección en 3,4% para este año, y para el 2023 se ajustó la proyección a la baja, estimando un crecimiento del y 3,2%, lo cual es 0.7 puntos porcentuales menor a la proyección realizada en abril.

Según se detalla en el Informe de Política Monetaria, el crecimiento de la producción en el 2022 estaría impulsado por “un mayor dinamismo de la demanda externa, principalmente de las exportaciones de servicios, pero sería contrarrestado por una demanda interna más moderada, como consecuencia de la contracción en los términos de intercambio y la moderación de la inversión privada, acompañada de una mayor caída de la inversión pública”.

Por otro lado, para el 2023 el crecimiento “estaría sujeto al aumento de la demanda interna, por el efecto de la ganancia de los términos de intercambio y su impacto en la mejora del ingreso disponible y, en menor medida, a la demanda externa. Esto último debido al menor dinamismo de las exportaciones como resultado de la desaceleración prevista en el crecimiento de los principales socios comerciales”.