El Centro Nacional de Intoxicaciones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) registró 8097 intoxicaciones por plaguicidas en el periodo de 2012-2020. La mayoría de los casos fueron hombres con un promedio de edad de 30 años y la ocupación predominante es la de peones agropecuarios.

Además, según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), durante el periodo 2010 al 2020 se estimaron 58 muertes por intoxicación con agroquímicos, excluyendo suicidio y homicidio. Las muertes ocurrieron principalmente en la provincia de Alajuela, con San Carlos como el cantón con mayor mortalidad por esta causa.

Los datos forman parte de una serie de reportes presentados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que analizan el impacto de los plaguicidas en ámbitos como el económico y de salud.

Lea: Informe PNUD: “Los plaguicidas que se utilizan en Costa Rica son en su mayoría de alta peligrosidad”

La información del Instituto Nacional de Seguros (INS) y el Ministerio de Salud permite identificar diferentes características vinculas a las intoxicaciones. Por ejemplo, se asocia principalmente al problema el cultivo de banano, piña, café y plantas ornamentales. En cuanto a los cantones con mayor incidencia están Pococí, San Carlos, Parrita y Sarapiquí.

Una de las autoras del documento Diagnóstico de afectación a la salud por uso de plaguicidas en Costa Rica., Rebeca Alvarado Prado, resaltó:

Los estudios y la información que tenemos a nivel país está afectando sobre todo a los trabajadores agrícolas que se enfrentan con esa realidad, sin embargo no son los únicos que se enfrentan a los agroquímicos. Estamos consientes de que en la zona de Limón hay escuelas cerca de donde se hace rozamiento de esos plaguicidas y se han encontrado residuos en los pupitres de los estudiantes.". 

Adicionalmente el informe resalta que los plaguicidas con mayor presencia en los casos registrados por ambas instituciones son carbofurano, el diazinón, el paraquat, el glifosato, el 2.4-D y cipermetrina. Mientras que el grupo químico más frecuente fue el denominado halocarbonados y sufirilos, seguido de organofosforados y carbamatos. Además de los organofosforados.

Sin embargo, los datos de casos de intoxicaciones que manejan el INS y la cartera de salud, no coinciden. Al respecto, Alvarado Prado indicó que la Organización Mundial de la Salud dice que cuando se hacen reportes de intoxicación por plaguicidas, solo se registren un 20% de los eventos.  

La experta puntualizó en que de 2018 a 2020 la CCSS registró 21482 consultas externas al respecto del uso de agroquímicos. Muchos de los reportes dice que fueron referidos a psicología, pues explica que algunos de los efectos de los plaguicidas también se vinculan con ansiedad y depresiones.

Estos datos solo reflejan una parte de la realidad. Es importante que el ministerio de Salud se comprometa en la vigilancia que se tiene con respecto a este evento". 

La profesional en epidemiología también hizo énfasis en el caso de Guanacaste, pues le llama la atención que no figura dentro de las principales provincias de mayor afectación. No obstante, la zona se dedica a actividades de cultivo como caña de azúcar, arroz, café, melón y sandía.

Existen dos hipótesis: Que se utilice de forma muy correcta el equipo de protección personal, pero tampoco se debería descartar un subregistro que pueda existir en este sector".

Ante la consulta de Delfino.cr sobre las posibles respuestas al problema, el Representante Residente Auxiliar del PNUD en Costa Rica, Kifah Sasa Marín, indicó que no hay soluciones mágicas.

Estamos enfrentando un problema multidimensional que tiene que ver desde los mismos comercializadores que recomiendan productores, problemas con importaciones y exportaciones, con los registros, por ejemplo. Tenemos que abordarlo desde diferentes niveles". 

Por su parte, Alvarado Prado puntualiza que se debe exigir más al Ministerio de Salud como ente encargado de velar por el bienestar de las personas. Señala que el protocolo vigente para la regulación de agroquímicos es de 2001 y que se debe actualizar.

Los datos deben revisarse y las diferentes variables que se utilizan para hacer monitoreo y vigilancia al respecto. Que tenga un objetivo no solo que sea un dato. Hacemos un llamado a las autoridades para ver cuáles son esos agroquímicos que deberíamos estar excluyendo o prohibiendo en este momento y ejecutarlos".