Ya se está a las puertas de una posible guerra, para algunos ya lo es y para otros todavía no pues es un asunto interno de un territorio que fue Ruso —recordemos que Kiev fue capital del Imperio Ruso—. Ya el precio del oro está batiendo precios históricos, el precio del barril de petróleo se está disparando, las bolsas de valores de todos los países han caído en sus “ganancias” en porcentajes importantes y unas con valores de dos dígitos. Lo anterior implica aumento del costo de todos los insumos que importamos y que, de forma directa, afectarán nuestra producción y por supuesto, nuestros bolsillos.

Actualmente se habla mucho de los aspectos ambientales en muchos aspectos de nuestro pequeño pero “importantísimo” país a nivel mundial. En cierta medida es cierto, pero no todo lo que se ve es cristalino y transparente como el agua o el vidrio más translúcido.

Algunos costarricenses quieren que se prohíba la exploración y explotación de recursos minerales, y no me refiero únicamente a los hidrocarburos y gas natural, sino que se hace extensivo al oro (con la Ley 8904 y sus malísimas reformas o prórrogas).

Guste o no, desde mi perspectiva, Europa siempre ha estado en muchos sentidos adelante de la parte ambiental, para bien o para mal, pues desde el final de la Segunda Guerra Mundial, aprovechó sus recursos internos y externos para hacer productos muy duraderos en el tiempo, los hacían para que duraran muchísimos años.

Con la venia de lo “desechable”, muchos países aplicaron esta regla y Costa Rica no es la excepción… todo se desecha rápidamente y para peores, solo por poner un ejemplo, la gran mayoría quiere todo como nuevo, sin importar si realmente es importante. Un ejemplo sencillo es un simple choque de autos donde apenas se dan un “besito” pero se quiere que el “bumper”, la puerta o la parte que haya sido “besada” tiene que cambiarse. Pero no se entienden las implicaciones de recursos monetarios que esto implica: prendar vehículos, repuestos importados, presas impresionantes con consumos de cientos o miles de vehículos en la presa de combustible adicional, aparte de todos los improperios y horas inútiles no laborables o de no ocio familiar. Ahora, esto dónde se acomoda en lo ambiental, bueno, en primer lugar en la salud nuestra. En segundo lugar, en que queremos un país más verde pero la huella de carbono asociado a todo lo anterior, la estamos dejando en la cadena de las importaciones, repuestos, esperas, consumo de combustibles (falta de una mejor infraestructura vehicular) y un largo etcétera asociado.

Mucho se conoce del consabido “todo tiene que pasar por la capital” pero no hay visos de mejorar y eliminar ese paso obligatorio, ya al menos hay un avance cuando se termine la circunvalación con los diferentes pasos a desnivel y la eliminación de los semáforos que lo único que producen son presas y atraso vehicular.

Parte de las mejoras es, por poner un ejemplo, la zona industrial de Pavas, la cual todo vehículo tiene que entrar —sea por la Ruta 27, la Ruta 1 a Circunvalación— para tomar camino hacia el oeste y luego salir de la misma forma. ¿Cuánto dinero puede ahorrarse a nivel empresarial y a nivel de empleados evitando estas entradas si se tuviera un acceso desde esas carreteras desde el sector oeste hacia el este? Hace varios años leí que las empresas tuvieron que invertir en duplicar o hasta triplicar su flotilla vehicular para poder hacer las entregas a tiempo, solo por los atrasos en las presas o embotellamientos. Realizar las mejoras en esta infraestructura, implica inversión que no necesariamente tiene que ser Estatal, se puede hacer de forma público-privado aplicando mecanismos que realmente funcionen.

Otro tópico ambiental de interés nacional, volviendo al tema del reciclaje que literalmente está en ciernes en nuestra “Suiza Centroamericana”, le cuento lo siguiente:

Unos amigos suizos que nos visitaron, se sorprendieron de que las jaleas que se compran en nuestro hogar vienen empaquetadas en cajitas plásticas en lugar de vidrio… o sea, bote y compre de nuevo, el plástico se bota. El vidrio se puede reutilizar infinidad de veces.

Esto también implica disminución de nuestra huella de carbono entre otras medidas de control ambiental muy en boga actualmente.

Por cierto, gracias a la aplicación de investigaciones geológicas, el quemado de combustibles para producir CO2 que se introduce en bebidas refrescantes producto del quemado de hidrocarburos, se ha eliminado por la producción de pozos en varias zonas del país que tienen CO2 que la naturaleza provee de forma completamente natural, valga la redundancia.

Los ambientalistas se jactan de tratar de disminuir la producción de CO2, de controlar ambientalmente todo, sin embargo, tanto “control” por medio de sensores, computadoras y un largo etcétera, no ha hecho más que aumentar las necesidades de las materias primas que —guste o no— no son reciclables eternamente, lo cual requiere de mayor minería metálica de todo tipo, desde elementos comunes como cobre o hierro hasta las llamadas tierras raras, muy en boga para los vehículos eléctricos.

Las necesidades humanas seguirán existiendo mientras tengamos los pies puestos sobre la tierra, bípedos y simples humanos. Mucho se ha avanzado en mejoras para que los impactos se mitiguen, se controlen o se anulen casi en su totalidad, pero el problema radica principalmente en que se quiere ver todo como un desastre cuando en realidad las cosas no son tan así.

Avancemos, eso es lo que necesita Costa Rica, avanzar y que el desarrollo esté de la mano con el ambiente. En todo sentido.

Personalmente, aplico algo que es muy sencillo y es que, alguna situación ambiental producto de un proyecto o desarrollo tiene una solución desde un punto de vista ingenieril, simple y llanamente.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.