La Organización de las Naciones Unidas (ONU) instó a Costa Rica a identificar los productos altos en grasa, sodio y azúcar a través del etiquetado frontal.
El mensaje se da luego de que la ONU en Costa Rica organizara un foro donde los gobiernos de Chile, México y Argentina, y la academia de esos países compartieron sus experiencias en torno a esta medida.
En la conversación, presentaron el proceso y los resultados de la implementación en sus países del etiquetado frontal de advertencia en productos altos en grasa, azúcar y sodio, como medida para brindar a la población información para la toma de decisiones sobre su alimentación y, así, reducir los índices de enfermedades crónicas no transmisibles.
La ONU invitó a la Asamblea Legislativa a desarrollar una nueva iniciativa de ley para avanzar en esta materia, dado que el proyecto #22.065 lo proponía pero fue dictaminado negativamente por mayoría en la la Comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Legislativa el pasado mes de febrero.
El proyecto buscaba la utilización de símbolos de advertencia en el frente de los paquetes de productos para informar a las personas consumidoras sobre el exceso de nutrientes críticos, además, de advertencias sobre presencia de cafeína y edulcorantes especialmente dañinos para las niñas y los niños. También incluía restricciones en cuanto a publicidad y promoción y tenía componentes educativos.
Nydia Amador, miembro de la Asociación Costa Rica Saludable, explicó que dicho proyecto abogaba por "facilitar la comprensión y toma de decisión del consumidor, sobre el contenido de nutrientes críticos e ingredientes que, por su consumo excesivo, representen riesgos para la salud de las personas”.
Amador indicó que los diputado alegaron que las instituciones y órganos consultados para analizarlo "no lo han visto conveniente, pero ignorando el criterio de expertos en el tema".
De acuerdo con el Asesor en Nutrición y Actividad Física de OPS/OMS, Fabio Gómes, datos del 2019 reflejan que el 44% de las muertes en Costa Rica están asociadas a tres factores de riesgo relacionados con hábitos alimenticios: glucosa elevada, hipertensión y sobrepeso u obesidad.
Adicionalmente, la representante de UNICEF en Costa Rica, Patricia Portela de Souza, recordó que cerca de un 34% de niños, niñas y adolescentes que viven en Costa Rica tiene sobrepeso y obesidad.
Si queremos atender esta situación que consideramos una emergencia de salud pública, debemos no sólo brindar la oferta programática institucional, sino también desarrollar estrategias de comunicación para el cambio de comportamiento y normas sociales que nos lleven a realizar cambios de patrones alimenticios de los niños, niñas, adolescentes y sus entornos, ya que éstos constituyen un factor de riesgo potencial para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta”, mencionó.
Casos en la región
Chile detalló que luego de la entrada en vigor del etiquetado frontal en 2016, aumentó en un 30% la capacidad de las personas para clasificar los alimentos según su impacto para la salud. Además, registraron una reducción en la compra de productos altos en calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio.
Camila Corvalán, académica de la Universidad de Chile, afirmó que estos cambios en el comportamiento no responden solamente a cambios en la toma de decisiones de los consumidores, sino a reformulaciones que ha realizado la industria alimentaria en sus productos en el marco de la implementación de la ley de etiquetado, que se reflejan principalmente en la reducción de azúcar y sodio.
El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell, calificó el impacto del etiquetado frontal tras su implementación en el año 2020 como "inmediato" y "de buena aceptación por la población".
En ese país, las investigaciones han demostrado que, gracias al etiquetado, la compra de bebidas azucaradas por parte de adolescentes y adultos se redujo un 48%, mientras que la compra de dulces, chocolates y postres se redujo en 41%; 43% la de cereales azucarados y 39% la de papas fritas.
Además, el 72% de las personas encuestadas en México consideró que las etiquetas frontales son útiles para tomar decisiones sobre los productos que consume.
En Argentina, la implementación del etiquetado frontal fue aprobada a finales de octubre de 2021 y se estableció un plazo de 6 meses para que las personas productoras incluyan las advertencias en los empaques y envases.
Silvina Calle, Asesora del Senado de Argentina, explicó que la medida no prohíbe alimentos ni los califica como “malos” en su totalidad, pero se le comunica de forma clara a las personas consumidoras cuando hay exceso de nutrientes críticos, como parte de su derecho a la información.
La actividad fue organizada por el Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica mediante sus agencias especializadas: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).