El Instituto Nacional de Estadística y Censo publicó el día de hoy un informe sobre la mortalidad materna y su evolución reciente, con datos consolidados al año pasado, que muestran que, a pesar de que en la última década el país mantenía una reducción casi constante entre el 2014 y el 2018 en la razón de mortalidad materna (expresada por cada 10.000 nacimientos), en 2020 esta tendencia se revirtió pasando de 2,02 en 2019 a 3,44 en 2020, lo que representó un crecimiento del 70% y el valor más alto registrado en los últimos 10 años.

Dato D+: la defunción materna es definida como aquella muerte que se da durante el embarazo o en los 42 días de haber terminado el embarazo, por cualquier causa vinculada o agravada por el embarazo o su manejo. No incluye accidentes o casos incidentales.

La razón de mortalidad materna durante el 2020 se vio incrementada no solo porque la cantidad de defunciones maternas registradas crecieron, pasando de 13 en 2019 a 20 en 2020, sino también porque la cantidad de nacimientos registrados se redujo de 64.274 a 58.156, entre 2019 y 2020, y la razón de la mortalidad materna se calcula con la cantidad de defunciones entre la totalidad de nacimientos en un periodo de tiempo. Por este motivo, a pesar de que la razón de mortalidad materna registrada en 2020 fue la más alta de la década, no fue el año con mayor cantidad de defunciones maternas en el pasado reciente, siendo que en 2012 se registraron 22 defunciones maternas, pero ese año hubo 15 mil nacimientos más que los registrados el año pasado.

Según señalaron desde el INEC, al analizar las defunciones por región, se destaca que cinco de las siete provincias presentaron un incremento significativo, siendo Cartago la provincia con el panomora más desfavorable, pasando de 0 muertes maternas en tres años consecutivos (2017-19) a siete muertes maternas por cada diez mil nacimientos el año anterior. Mientras que en Guanacaste se pasó de dos a cero muertes maternas, por cada diez mil nacimientos, entre 2019 y 2020.

Al analizar las causas de las muertes y comprar las muertes obstétricas directas —aquellas que resultan de complicaciones, intervenciones, omisiones o tratamientos incorrectos durante el embarazo, parto o puerperio— de las indirectas —aquellas que derivan de una enfermedad preexistente o que aparece durante el embarazo pero no debido al embarazo—, el informe destaca que la relación entre muertes directas e indirectas paso de 5 a 1 en 2019, a 1,6 a 1 en 2020, es decir, mientras en 2019 por cada muerte indirecta ocurrieron cinco directas, en 2020, por cada muerte indirecta ocurrieron aproximadamente dos directas.

Al analizar el grupo de causas directas, la mayor proporción correspondió a hemorragias postparto y preeclampsia y eclampsia, ambas con un 36,4 %; las otras causas directas restantes estuvieron relacionadas con embarazo ectópico, aborto y con una infección de membranas. El grupo de las causas indirectas, corresponden una a COVID-19, y las restantes a VIH, enfermedades neurológicas y otras enfermedades que complican el embarazo.

Según señala el INEC la reducción de la mortalidad materna es una prioridad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cuya primera meta del objetivo 3, responde al imperativo ético de “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas, en todas las edades” y se propone la reducción del indicador mundial a 70 muertes por cien mil nacimientos, en el caso de Costa Rica ese indicador se superó con creces desde hace varias décadas.