Por Indira González – Estudiante del Soccer Club de ULACIT
En un mundo globalizado, donde año tras año se incorporan al entorno laboral muchos profesionales con bachilleratos, licenciaturas, maestrías y cursos técnicos que los acreditan con los conocimientos académicos para ejercer un puesto determinado en una empresa. La competencia para incorporarse como trabajador requiere aspectos diferenciadores que se desarrollan durante el periodo de preparación en la institución donde realice los estudios, de ahí la importancia de prepararse en un lugar que brinde oportunidades para mejorar y desarrollar este tipo de habilidades blandas.
ULACIT ha decidido darles una educación holística a sus estudiantes, implementando un programa con diferentes clubes tales como Civic, Green, The Great 28, Young Women, International y, durante el 2019, implementó un programa para becar e incluir dentro de su comunidad estudiantes deportistas en los clubes como soccer, volleyball y basketball. Los líderes dentro del deporte pueden desarrollarse y reaccionar con autoridad. Este tipo de liderazgo puede trasladarse a la parte laboral, según Blanco (2019) “defendían sus ideas con vehemencia. Gritaban o se alteraban, reclamando la razón. Pero solucionaban problemas. Personas así son las que hacen que las empresas se muevan hacia adelante. Siempre dan lo mejor de sí, por el simple placer de trabajar bien.” Para practicar un deporte, es indispensable una actitud resiliente, dicha manera puede trasladarse al ámbito laboral. Hay diferentes tipos de liderazgos, todos necesarios, y trabajar en equipo para un club los desarrolla unas veces como líder de un proyecto, otras como ayudante, y se van experimentando diferentes roles en un grupo de trabajo, similar a formar parte de una empresa y estar dentro de un grupo de trabajo.
Dentro de un grupo de trabajo, la comunicación asertiva es indispensable para el buen manejo y las buenas relaciones entre los integrantes, el club se comporta como un microambiente laboral. Según Fernández (2009) “la comunicación interna está determinada por la interrelación que se desarrolla entre el personal de la institución”. El club tiene reuniones semanales que ayudan a actualizar los quehaceres y un tipo de “rendición de cuentas” que acostumbra a los integrantes a estar bajo un mando o una persona encargada. La preparación se da a lo largo del curso de bachillerato, lo que genera que se dé una experiencia y al ir finalizando el plan de estudios esos estudiantes sean mentores de los integrantes que vayan sumándose al programa para así simular la realidad empresarial de tener personal a cargo, empezar a incluirlos dentro del rol en las actividades, delegando responsabilidades para que los nuevos integrantes aprendan el funcionamiento y puedan integrarse dentro de la dinámica.
Hay que sumarle a este trabajo educativo el tiempo que se pasa en actividades deportivas, como entrenamientos, partidos amistosos y partidos oficiales. En este tiempo se generan y salen a la vista los diferentes tipos de liderazgo que unen y crean lazos entre los participantes del club. En estos momentos, dentro de las empresas, se considera que: Un gran líder es el que crea y estimula el liderazgo en la gente. Es un inspirador, un coach, un consejero, un aliado; no el jefe que da órdenes, omnipotente, omnisciente y omnipresente. Es capaz de rodearse de gente mejor que él y compartir el poder con quien tenga el mejor conocimiento sobre un tema (Calderón, 2019).
La capacidad de solucionar conflictos y luchar hasta el final durante una competencia deportiva, ayuda y genera en cada uno de los integrantes del club ese carácter para poder afrontar situaciones difíciles. Esta experiencia extracurricular marcará la diferencia en un mercado altamente competitivo, donde los títulos no son los que serán la diferencia, sino todo el tema extra que cada profesional pueda darle a la empresa o institución donde quiera desarrollarse.