El artista costarricense, Lucho, lanzó el pasado 22 de octubre de este año su primera colección de NFT (Non Fungible Token) con 2222 obras pintadas a mano.
La colección, llamada “MoodyLuchos”, explora el proceso catártico de las diferentes emociones humanas que el artista percibió durante un año y medio a la hora de crear su arte.
Lucho lanzó sus obras en alianza con BlockEureka, cuya galería es la primera de Latinoamérica de arte digital y NFTs.
De acuerdo con BlockEureka:
Los NFT son la manera de certificar que una obra digital es única y original: puede ser un dibujo, un tuit, un video, una imagen jpeg, un GIF y mucho más. Técnicamente, se trata de bloques de datos registrados en la blockchain, es decir, un archivo cifrado que contiene los metadatos que permiten identificar al titular y que describen la obra asociada al NFT”.
Cabe destacar que esta es la primera colección de NFT de un artista centroamericano en el mundo. Además, MoodyLuchos es la colección de arte de NFTs pintada a mano más grande del mundo.
Se puede encontrar la colección de Lucho en la plataforma de OpenSea, la cual es el mercado más grande y popular para la compra y venta de NFT en el mundo.
Cada obra de MoodyLuchos se puede adquirir con un valor de 0,22 ETH (Ether), la criptomoneda del blockchain de Ethereum. El coleccionista puede decidir si recibe el trabajo físico o donarlo a la galería BlockEureka donde será exhibido en espacios artísticos.
Según BlockEureka, Ethereum es una “plataforma de open source, que sirve para programar contratos inteligentes”.
Además la galería indicó que:
Como red blockchain, Ethereum es un libro de contabilidad público descentralizado para verificar y registrar transacciones. Los usuarios de la red pueden crear, publicar, monetizar y usar aplicaciones en la plataforma y usar su criptomoneda Ether como pago”.
El 10% de las ganancias de la colección se va a utilizar para crear un espacio para que artistas de todo tipo de arte puedan expresarse libremente.
BlockEureka explicó:
Uno de los mayores desafíos durante el proceso artístico de Lucho fue la falta de un espacio donde pudiera desarrollar sus obras, que en muchos casos eran grandes y requerían más espacio del que puede brindar una casa”.