Por Fabián Murillo Fonseca - Estudiante de la carrera de Administración de Negocios
El teletrabajo es una modalidad que llegó para quedarse, llevamos casi un año bajo los efectos de la pandemia de la COVID 19 y aunque ya muchas empresas regresaron a la modalidad presencial, otras decidieron mantener el trabajo a distancia, ya que los resultados han sido muy beneficiosos para las dos partes (empleadores y empleados). Los gastos de las organizaciones bajaron, porque ya no necesitan edificaciones para mantener a todos sus empleados laborando, y el colaborador se ha ahorrado sus gastos de transporte aunque ha incrementado su gasto en internet y servicios básicos.
El hecho de que tantos colaboradores se queden de ahora en adelante laborando desde sus casas cambia mucho el paradigma económico, y nos hace pensar que la demanda de ciertos servicios van a bajar, como el transporte público y privado entre semana, puesto que muchos trabajadores ya no necesitan trasladarse; muchos oficentros van a estar vacíos, ante la reducción del tamaño físico de una oficina; y también habrá una disminución en la demanda de comida en sodas y restaurantes, cerca de las oficinas. Lo interesante de estos cambios en los servicios es que sabemos que por ley básica de la economía, cuando una demanda decrece una oferta incrementa. Este hecho nos obliga a reinventarnos cada vez más; por ejemplo, ¿qué vamos a hacer con esos oficentros vacíos?, ¿cómo va a afectar el teletrabajo, el transporte público y privado?
El cambio no es el fin de una empresa o de una economía siempre y cuando la compañía desee innovar ante el cambio, un ejemplo de la demanda creciente que hay a raíz del teletrabajo es la necesidad del trabajador de buscar áreas verdes o actividades diferentes para su cotidianidad, desde que el aislamiento no es un requisito obligatorio, la necesidad del ser humano de buscar espacios sociales, físicos y naturales que se salgan de su rutina, se ha vuelto esencial. Ante esta realidad, sería de esperar que una empresa de transportes que se dedicaba a transportar trabajadores de su casa al trabajo debería enfocarse en transportar a civiles a lugares de interés y recreación como áreas verdes fuera de la ciudad. Los oficentros deben pensar en cómo llenar los locales vacíos, respondiendo al nuevo estilo de trabajo, ¿por qué no transformar sus oficinas para humanos en oficinas para computadoras? donde se pueda almacenar el hardware de una empresa o bien con la alta demanda de servicios a domicilio bien podría convertirse en un centro de almacenamiento y distribución. Como costarricenses, debemos sentarnos a analizar cómo ha afectado el teletrabajo mi entorno, y cómo puedo adaptarme a este cambio de panorama?
Costa Rica como tal sí está preparada para recibir el teletrabajo, empecemos porque contamos con un sistema eléctrico y de internet estable que otros países no tienen, por lo que trabajar desde la casa es positivo; sin embargo, también es bueno tener en cuenta factores que nos van a cambiar el panorama diario. Nos enfrentamos a un reto que nos obliga a pensar en algo nuevo que pueda ayudar al país, y para esto debo empezar por adaptar mi negocio al cambio acelerado.
No es la primera ni la última circunstancia de esta índole que Costa Rica ha presentado, lo importante es tener claro que como país tenemos una meta: el desarrollo. Debemos adoptar y transformar los avances de las modas y tecnología a nuestro favor, como lo han hecho países como China, donde el comercio físico y digital son uno solo para el disfrute máximo del cliente.