Una reciente investigación de científicos italianos y costarricenses confirmó las sospechas sobre que los volcanes Irazú y Turrialba están interconectados internamente por lo que ocurre en una estructura puede tener efectos en la otra.
El estudio, publicado el pasado 12 de julio en la prestigiosa revista científica “Earth Planet and Space”, encontró que la actividad eruptiva del volcán Turrialba iniciada el 5 de enero del 2010 afectó el sistema hidrogeológico de ambos volcanes.
Las erupciones y la intensa desgasificación del volcán Turrialba generaron la expulsión de grandes cantidades de agua y, según explica la investigación, parte de esos fluidos se obtuvieron del acuífero superficial del volcán Irazú, que alimenta el lago del cráter principal.
Cabe resaltar que los dos colosos ubicados en la provincia de Cartago están a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar y separados uno del otro por 10 kilómetros de distancia.
La investigación fue liderada por Dmitri Rouwet del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, y contó con la participación de los vulcanólogos costarricenses Gino González, Raúl Mora y Carlos Ramírez.
González explica que gracias a un análisis en las nacientes de ríos también se ha podido concluir que el volcán Turrialba crea un efecto de “sombra lluviosa” sobre el volcán Irazú, porque funciona como una "enorme sombrilla" que absorbe más cantidad de lluvia pesada proveniente del mar Caribe.
Otro de los hallazgos de la investigación es que el volcán Irazú libera gran parte de su energía mediante sus acuíferos. Calcularon que alrededor de 85 Mega vatios (MW) son liberados por uno de los afluentes del río Sucio, que atraviesa el Parque Nacional Braulio Carrillo y es visible desde la carretera entre San José y Limón.
Actualmente, hay un claro movimiento del flanco norte del volcán Irazú y el río Sucio transportará el material que vaya a caer. Por eso es importante evaluar el impacto que pueda tener un eventual colapso en infraestructura aguas abajo, como el puente sobre el río Sucio y otras edificaciones, para trabajar desde ahora en la prevención de un posible desastre”, concluyó González.
Para González el que los volcanes tengan una conexión no necesariamente representa un mayor peligro, sino que más bien nos habla de la complejidad de los sistemas volcánicos y que como científicos "poco a poco" descifran.