Jerarcas del Hospital Nacional de Niños alertaron del incremento preocupante en el número de personas menores de edad que están siendo hospitalizados por COVID-19 en los últimos dos meses, instando a los padres a que eleven el escudo de protección alrededor de los infantes para evitar el contagio.

La alerta sale luego que datos del Hospital de Niños revelaran que mientras en enero ingresaron 19 pacientes, en febrero 6, en marzo 11 y en abril 14; los internamientos subieron en mayo a 32 enfermos y hubo tres de ellos en cuidados intensivos y, en junio, también hubo 32 hospitalizados y esta vez se registraron seis niños en cuidados intensivos.

En total de decesos por COVID-19 señala que tres pacientes fallecieron el año anterior, mientras que en los primeros seis meses de este año ya se han contabilizado otras tres muertes.

Los fallecimientos también preocupan ya que en junio fallecieron dos niños por COVID-19. Ese registro es un triste récord, pues nunca había sucedido más de un fallecimiento en un mes.

La directora del Hospital de Niños, Dra. Olga Arguedas Arguedas, pidió a los padres y encargados de los niños reconocer el peligro de enfermedad en este momento y actuar en consecuencia con su instinto de protección activado al máximo posible.

Recordemos que los niños en este momento son una población vulnerable ante el SARS-CoV 2 pues no tenemos aún la posibilidad de vacunar a los menores de 12 años y la pandemia se ha ido desplazando para afectar a este grupo de edad.

La doctora afirmó que es importante cambiar de actitud frente al virus porque quizás exista cierto sentido de falsa seguridad con los menores dado que, al comienzo de la pandemia, el mensaje de riesgo estaba concentrado en los adultos mayores. Sin embargo, con los nuevos datos, el conocimiento y la progresión de la enfermedad “vemos que personas de todas las edades pueden verse afectadas gravemente por lo tanto la respuesta de cuidado debe ser alta para todos”, dijo la especialista.

El síndrome multi-inflamatorio de la infancia, una complicación grave que se presenta posterior a la COVID-19 en niños, registra en promedio dos casos por mes. Hubo 24 casos en el año 2020 y ya son 11 casos más este año, por lo que en total se registran 35 casos de esta enfermedad.

La directora del centro médico recomendó a los padres y encargados continuar con las medidas sanitarias conocidas, especialmente no mezclar burbujas sociales, usar la mascarilla en los niños mayores de dos años siempre que estén en sitios públicos y espacios cerrados, enseñarles metódicamente a guardar la distancia de 1.8 metros e insistir en el lavado de manos con agua y jabón, de manera frecuente y bien hecha.

Factores de riesgo

Los bebés y niños, al igual que los adultos, también tienen enfermedades de riesgo asociadas a COVID-19.

Los bebés de menos de 1 año podrían ser más propensos a enfermarse gravemente. Otros niños, independientemente de su edad, también podrían tener mayor riesgo de enfermarse gravemente en comparación con otros niños si padecen de alguna de estas enfermedades:

  • Asma o enfermedades pulmonares crónicas
  • Diabetes
  • Afecciones genéticas, neurológicas o metabólicas
  • Enfermedad de células falciformes
  • Enfermedades cardiacas desde el nacimiento
  • Inmunodepresión (sistema inmunitario debilitado debido a ciertas afecciones o por tomar medicamentos que debilitan el sistema inmunitario)
  • Complejidades médicas (niños con varias afecciones crónicas que afectan muchas partes del cuerpo y que dependen de la tecnología y asistencia de envergadura para su vida diaria)
  • Obesidad

Los síntomas de COVID-19 en niños pueden parecerse a los de otras enfermedades comunes, como el resfriado, la faringitis o las alergias:

  • La tos y la fiebre son los síntomas más comunes del COVID-19 en los niños, pero podrían presentar cualquiera de los siguientes síntomas.
  • Fiebre o escalofríos
  • Tos
  • Congestión nasal o moqueo
  • Pérdida reciente del olfato o el gusto
  • Dolor de garganta
  • Dificultad para respirar (sentir que le falta el aire)
  • Diarrea
  • Náuseas o vómitos
  • Dolores estomacales
  • Cansancio
  • Dolor de cabeza
  • Dolores musculares y corporales
  • Poco apetito o mala alimentación, especialmente en bebés de menos de 1 año

El momento crítico para visitar al médico es cuando los padres o encargos notan lo siguiente:

  • Dificultad para respirar
  • Fiebre persistente por más de tres días
  • Rechazo a los líquidos o la alimentación
  • Signos de deshidratación: ojos hundidos, boca seca, ausencia de lágrimas, piel seca, orina escasa y concentrada.
  • Aparición de brotes, manchas o moretes en la piel, ojos rojos, lengua que parece una fresa.
  • Trastornos en el estado de conciencia como somnolencia excesiva, pérdida de interés en jugar o levantarse.
  • Dolor abdominal persistente.