Creciendo en Costa Rica, era muy común conocer de alguien que tenía un pájaro de mascota. Tal vez un “pajarito de amor”, pero muchas veces inclusive una lora o una guacamaya. Era una práctica tan común que estas especies ni siquiera se sentían como una especie exótica. Pero eso era antes, ¿cierto? La gente ya no hace eso, ¿cierto? Saben que es ilegal, ¿cierto? 

Lamentablemente, no.

En una semana ajetreada, un centro de rescate de vida silvestre nacional puede recibir más de 28 aves confiscadas por el SINAC/MINAE. Estas aves fueron mascota por mucho tiempo, y tienen que ser evaluadas para ya sea ser liberadas a la naturaleza o bien, convertirse en residentes permanentes de estos refugios y santuarios si no pueden ser liberados.

Esto puede sonar como una sorpresa, ya que Costa Rica es conocida internacionalmente por sus iniciativas verdes y hermosos parques nacionales, siempre con el mensaje de querer mantener al país en alto en materia de medio ambiente. Sin embargo, el comercio ilegal de mascotas es una de las amenazas más grandes que nuestro país enfrenta en materia de vida silvestre. Y su raíz viene principalmente de ignorancia.

¿Por qué no pueden ser mascotas estas aves? 

Desde el 2012, el comercio de mascotas exóticas – ya sea porque un animal fue atrapado en la naturaleza, o criado en cautiverio con el propósito de ser vendido – es prohibido en Costa Rica y ha sido ilegalizado desde entonces.  Sin embargo, como les menciono, es una práctica que se ha convertido en parte de cultura tica por décadas. Y ha sido una labor muy dura para revertir, y es por eso que quiero hablar del tema hoy.

Partamos del hecho que muchas de estas especies están amenazadas o en peligro de extinción, por lo que no es una buena idea tenerlas de mascota. Más aún, individualmente, estar en cautiverio genera muchísimo estrés para un animal silvestre; ya que sufren al estar en el espacio equivocado, comiendo la alimentación incorrecta, en jaulas pequeñas, y aún peor, siendo tocados por personas. Nada de estas cosas son naturales para la vida silvestre, y no podemos esperar que se comporten como un perro o un gato.

¿Cuáles son las consecuencias de mantener estos animales como mascotas? 

En resumidas cuentas, una vida en cautiverio. El MINAE trabaja con muchos centros de rescate a nivel nacional para estos casos. Ya que muchas de estas aves no han tenido el especio para comportarse de acuerdo con su instinto, han sido sobre-socializadas con personas, y probablemente no tuvieron la dieta adecuada, no pueden ser regresadas a la naturaleza. Lastimosamente, este es el caso para la mayoría de la vida silvestre en centros de rescate y refugios aprobados por el SINAC.

Entonces, cuando nos enfrentamos con docenas de animales que no pueden regresar a la naturaleza, ¿qué hacemos? Un santuario es la segunda mejor opción para estos casos. De esta forma pueden tener un ambiente seguro supervisado por profesionales en la materia, con el cuidado médico, nutricional y social apropiado.

De igual forma, estos animales no debieron estar en cautiverio para empezar. Esta es una problemática que inicia desde algo tan sencillo como un vecino encontrando un pajarito y decidiendo dejárselo, a algo tan complejo como el mercado negro.

¿Qué es el mercado negro?  

Millones de animales son tomados de sus hábitats para vivir como mascotas, alimentando el comercio ilegal de mascotas exóticas. Según National Geographic, estamos hablamos de millones de animales destinados a sótanos y jaulas, una industria ilegal que mueve entre 7 y 23 MIL MILLONES de dólares al año.

¿Qué podemos hacer como ticos promedios?

La forma más efectiva para detener el tráfico de vida silvestre es reconociendo el peligro que presenta para las personas. Sí, estos animales ya no están en su hábitat, pero siguen siendo salvajes. Son impredecibles y pueden lastimar a las personas, escapar de sus  jaulas y poner a comunidades enteras en peligro.

Adicionalmente, si conoce a alguien que tiene una mascota de esta naturaleza, ya sea un ave o algo más grande, siempre puede llamar al MINAE de forma anónima con la denuncia.

Por último, algo muy importante que podemos hacer es cuestionarnos de dónde viene un animal silvestre cuando los vemos en fotos o videos en redes sociales cuando están fuera de sus hábitats y comentarlo con el resto de personas que ven este contenido. Si, por ejemplo, un día vemos un monito bebé en pijamas, podemos pensar “aww, que lindo”, y seguir con nuestra vida sin pensarlo dos veces. Al detenernos y considerar que este escenario no debería ser aceptable, estamos iniciando una conversación necesaria para generar consciencia y combatir la venta de mascotas ilegales en línea.

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