El sector bananero del país anunció esta semana que ha alcanzado que el 53% de su área de sembradío sea certificada como carbono neutro.
Según el sector, en los últimos cuatro años se han compensado un total de 291.101 toneladas de CO2 en los bosques del sector. Además, cuentan con la indicación geográfica IG que permite la identificación de la procedencia y la calidad del producto, y certifica las condiciones en las que ha sido producida la fruta.
El Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) otorga varias certificaciones a estos sectores agrícolas. Para esto se deben analizar las emisiones directas e indirectas de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso e hidrofluorocarbono, en todas las actividades relacionadas a los cultivos, como almacenamiento, empaque y transporte de la finca al muelle.
Jorge Sauma, gerente general de la Corporación Bananera Nacional (CORBANA) indicó que:
El 100% de las fincas bananeras en Costa Rica cumplen con un adecuado manejo de los desechos sólidos, reciclando todo el plástico que utiliza, además en todas las fincas se redujo en un 90% el consumo de agua y el 100% de las fincas cuentan con alguna certificación ambiental internacional”.
Por otro lado, gracias a las más de 130 millones de exportaciones de cajas de banano, Costa Rica logró mantener en sus puestos de trabajo a los 140 mil trabajadores que dependen directa o indirectamente del sector.
El 9 de marzo del 2015 la oficina de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Energía declaró a la Finca San Pablo, propiedad de CORBANA, como la primera finca carbono neutral en el país y la meta de la industria bananera es que el 100% de las fincas se alcancen esta meta.
Los productores de Costa Rica están adscritos a la Comisión Ambiental Bananera, un ente interinstitucional que regula los aspectos ambientales de la producción de banano y da seguimiento a los requerimientos ambientales impuestos por el sector.