El Ministerio de Salud de Costa Rica confirmó la noche de este martes que el país registró casos confirmados de COVID-19 causados por las variantes del SARS-CoV-2 identificadas en el Reino Unido y Sudáfrica.

A través de un comunicado de prensa, Salud informó que el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) logró detectar la variante VOC202012/01 (linaje B.1.1.7) del Reino Unido en una paciente costarricense de 35 años de edad, que inició síntomas el 27 de enero de 2021 y que actualmente se encuentra recuperada. Ella, según Salud, no requirió hospitalización y se está investigando ahora el origen del contacto.

Preliminarmente las autoridades sanitarias afirman que este caso no ha derivado en otras infecciones.

Por otro lado, la variante 501Y.V2 (linaje B.1.351) de Sudáfrica fue detectada en un paciente extranjero, de 65 años de edad, que inició síntomas el 31 de enero de 2021 y que estuvo hospitalizado en un centro médico de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Esta persona, según Salud, forma parte del grupo de 20 turistas franceses que resultaron positivos en las pruebas de COVID-19 tras su ingreso al país el pasado 16 de enero.

De ese grupo de turistas, 16 ya se han recuperado y salido del país, mientras que cuatro permanecen internados en centros médicos de la CCSS. Asimismo, la investigación epidemiológica arroja que los casos en este grupo de extranjeros resultaron en el contagio de otras dos personas en el país, una de las cuales se encuentra hospitalizada.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, para la variante sudafricana no se ha identificado hasta el momento un aumento en la severidad de los casos. Sin embargo, diversos estudios indican que se asocia con mayor transmisibilidad y disminución en la capacidad de los anticuerpos neutralizantes por lo que podría presentar mayor potencial para causar reinfecciones.

En el caso de la variante del Reino Unido, los estudios preliminares señalan un aumento en la transmisibilidad y aunque los datos son variados, algunos estudios sugieren una presentación clínica más grave.

"Estas variantes presentan cambios en la proteína S del virus, específicamente en el dominio de unión al receptor celular (RBD). El RBD es una región relevante para la interacción del virus con su hospedador. Estos cambios deben vigilarse detalladamente porque afectan regiones de importancia biológica para el virus y los procesos de infección así como la respuesta inmune", explicó el Dr. Francisco Duarte, coordinador del Laboratorio de Genómica del Inciensa.

Dada la importancia de estos hallazgos, Inciensa continuará con la vigilancia genómica del SARS-CoV-2 en nuestro país, con el fin de identificar nuevas variantes genéticas o estructurales de importancia epidemiológica para el diagnóstico, prevención y control de la enfermedad.

Según el reporte semanal de la pandemia de COVID-19 enviado por la OMS hoy, Costa Rica se convierte en el primer país de Centroamérica y el 102 del mundo que registra casos confirmados del SARS-CoV-2 en la variante del Reino Unido; así como el segundo de Centroamérica y 52 del mundo en registrar casos de la variante sudafricana.

Las variantes del Reino Unido y Sudáfrica están catalogadas por la OMS como "variantes de preocupación".

El informe enviado hoy por la Organización señala que la variante británica aumenta entre 36% y 75% la transmisibilidad del virus y también aumenta la gravedad del cuadro clínico y por ende la mortalidad. Sin embargo, por ahora, no se ha evidenciado que esta variante tenga impacto significativo en perjuicio de las vacunas de Moderna, Pfizer/BioNTech y Oxford/AstraZeneca.

Para el caso de la variante sudafricana se afirma que su transmisibilidad aumentó en 1.5 veces respecto a otras variantes circulantes. Ese dato tiene un intervalo de confianza del 95%, lo que implica que puede variar entre 1.20 y 2.13 veces el resultado real. Sin embargo, no hay datos sustantivos a la fecha que señalen que el cuadro clínico que se desarrolla por la infección con esta variante sea más grave, pero sí se ha detectado una disminución en la capacidad neutralizante de los anticuerpos, lo que aumenta el riesgo de reinfectarse.

La variante sudafricana sí ha demostrado tener implicaciones negativas en la eficacia de las vacunas contra la COVID-19 existentes.

Según la OMS, en los tratamientos producidos por Moderna y Pfizer/BioNTech se mostró una reducción de la actividad neutralizante de la vacuna, pero se desconoce el impacto en la protección contra la enfermedad. En las vacunas de Novavax y Johnson & Johnson se detectó una menor eficacia de la vacuna en Sudáfrica en comparación con territorios sin presencia de la variante; mientras que para la vacuna de Oxford/AstraZeneca se encontró una eficacia limitada de la vacuna contra la enfermedad COVID-19 leve a moderada, con amplios intervalos de confianza y un impacto indeterminado sobre la enfermedad grave; además que la neutralización serológica se redujo sustancialmente en comparación con las cepas originales, en base a un pequeño número de muestras analizadas.