Los tiburones martillo volvieron a ser especies silvestres y ya no comerciales este 2020, luego de que un fallo de la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia, emitido en el mes de junio anterior, así lo dispusiese.

El fallo, que se dio a conocer este mes de noviembre, derogó el Decreto Ejecutivo 40.379 firmado por la Presidencia de la República, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y el de Agricultura y Ganadería (MAG) el 28 de abril del 2017.

Este decreto otorgaba al Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) la potestad de elegir cuáles especies podría el país exportar al mercado internacional, incluso si entre las elegidas se encontraba alguna en amenaza de extinción.

Previo a este decreto, era un comité especializado y científico el que avalaba cuáles especies en peligro de extinción se podían comercializar; pero tras la promulgación de esa norma el mando quedó en manos de Incopesca, que incluyó a especies como el tiburón martillo, el tiburón ballena y el caballo de mar dentro de su lista de exportación, según explicó el director de la Fundación MarViva, Jorge Arturo Jiménez, a AmeliaRueda.com este lunes.

Con esta medida además, se eliminó la participación de expertos científicos de las organizaciones no gubernamentales involucradas en el tema, de la academia, y del MINAE en la toma de decisiones.

Por ello y en el año de 2017, la propia MarViva demandó al Estado ante el Tribunal Contencioso Administrativo, pues para la organización el decreto era nulo al no haber respetado el procedimiento de consulta obligatorio para la emisión de un decreto que implica efectos a terceros.

En esta primera instancia, el caso fue rechazado en el Contencioso Administrativo y por eso los denunciantes presentaron una apelación más en esta instancia (que también fue rechazada) para luego elevar el caso a la Sala Primera donde finalmente se logró revertir la decisión tomada hace 3 años.

El caso fue resuelto el 18 de junio del presente año, bajo la sentencia 1408-S1-18, firmada por los magistrados Luis Guillemo Rivas Loáiciga, quien presidió, Román Solís Zelaya, Iris Rocio Rojas Morales, William Molinari Vílchez y Damaris Vargas Vásquez.

Según datos de MarViva, solo en aletas de tiburón el país exporta $1 millón al año y otro millón de dólares en otros productos como filetes, un monto que beneficia únicamente a "una o dos empresas"; además, recordaron que la Contraloría General de la República ya había señalado que el Estado no conoce con exactitud cuánto se pesca en el país ni cuánto es el recurso que queda, por lo que los datos varían hasta un 40% de un año a otro.

El sedoso tiene un colapso de hasta el 70% de su población ¿cómo justificamos el seguir exportando tiburón para mantener a 1 o 2 empresas que generan 1 o 2 millones de dólares, cuando en nuestro país nadie hace sopa de aleta de tiburón? Para suplir a un mercado asiático nosotros estamos afectando a nuestras poblaciones", sostuvo Jiménez en 2018.

El tema de la pesca y comercialización de estas especies fue una piedra en el zapato de la Administración Solís Rivera pues, según detalla una nota de la BBC Mundo en febrero de 2016, esta causa llevó al entonces Presidente de la República a ser considerado "Enemigo de los tiburones 2016" por la organización alemana SharkProject, que consideró que en su mandato se presentaron serios retrocesos en la protección de esta especie.