He seguido observando la información del Gobierno sobre la pandemia, así como las medidas cambiantes y confusas detrás de las cuales es difícil adivinar cuál es la estrategia general que se está siguiendo.
El triunfalismo no sirve. Basta de repartir saludos y felicitaciones a todo el mundo. Todos sabemos los que se están entregando a resolver esa situación, por lo tanto no perdamos el tiempo en repartir flores. Cuando esto haya pasado será el momento de repartir monumentos, medallas y pergaminos. Tampoco es momento de politizar la tragedia, y eso no lo debe hacer ni el Gobierno ni ningún partido político y quien haga una crítica debe fundamentarla, y acompañarla de una proposición realista sin pretender sacar provecho político de la situación. La calidad y alcance de la información cada vez es más incompleta. Ya hace muchos días que eliminaron las gráficas de las presentaciones del ministro, de manera que la gente no percibe la gravedad de la situación que están viviendo. Como va el histograma de nuevos contagios, de casos totales de recuperados, de hospitalizados, de cuidados intensivos. No quieren que tengamos miedos, pero si no sabemos lo que pasa despreciamos las medidas sanitarias necesarias.
Compartir datos es un deber del Gobierno, ocultar datos es una falta de seriedad en democracia. Se presentó un recurso a la Sala IV por parte de periodistas para que el Ministerio de Salud comparta hasta el último detalle los datos de la pandemia. El Ministerio de Salud dio argumentos muy poco serios para justificar su silencio, los que fueron descalificados por la Sala y obliga al Gobierno a entregar la datos dentro de ¡un mes! ¡Por favor, estamos en una emergencia! Un mes es demasiado tiempo. Esos datos caben incluso en una llave USB sin ningún problema y se complementa con una conferencia zoom, skype o teams. Si existiera la voluntad real de aceptar colaboración de todos los científicos del país que puedan aportar algo. Incluso a los científicos del CIMPA les serviría trabajar con otros, abriendo sus puertas. Ya está visto que la proyección que hizo el CIMPA que se presentó en julio no aportaron nada y sigue lejos de la realidad, mientras otros modelos desarrollados por científicos independientes están mucho más cercanos a lo que realmente sucede, se comparten libremente, pero no han sido considerados para nada. A pesar de lo mencionado, el ministro en la conferencia del 7 de agosto, mencionó una y otra vez al modelo del CIMPA y no se refirió para nada al dictamen de la Sala IV, y a la necesidad de integrar a todas las capacidades relevantes a resolver este problema. Incluso ayer en Repretel Noticias se mencionó el acceso a un simulador que está en la página web de El Financiero, que por su fácil uso permitiría a muchos tener una mejor comprensión de algunos de los mecanismos del contagio. Por ejemplo, no está claro cuál es el sistema de muestreo que se está aplicando. Tendría que haber un sistema general estadísticamente robusto de muestreo para todo el país y que aumentará el número de muestras en los sitios donde se esté perdiendo el control (pero sobre la misma matriz de muestreo para que los resultados sean comparables).
En mi modesta opinión, la estrategia propuesta por Tomás Pueyo de “La Danza y el Martillo” no es realista dentro de las posibilidades de control real por parte de las autoridades y cultura de colaboración de los ciudadanos (que haría sentido, pero es teoría no probada, y como muchas de las teorías económicas y de comportamiento social los supuestos no se cumplen). Para que la estrategia funcione hay que saber danzar muy bien y además saber usar el martillo, ser buen carpintero. Pero no sabemos danzar ni somos buenos carpinteros. La Danza en lugar de ser un Vals de Strauss se transforma en un Carnaval de Río, y el Martillo es tan blando e incoherente que es como si fuera de corcho; nadie le hace caso pues no da ni para una Chichota. Es así como en una semana unos pierden el trabajo y pasan hambre, a la semana siguiente muchos se contagian, otros son hospitalizados y otros mueren.
La aplicación simultánea de la danza y el martillo
El propósito del martillo es evitar contagios, hospitalizaciones y muertes y el colapso del sistema sanitario. El propósito de la danza es poder abrir la actividad productiva y comercial para evitar el desempleo, el hambre y el colapso de la economía. ¿Pero porque alternar el martillo y la danza y no aplicarlos simultáneamente? ¿Es que acaso un buen bailarín no puede ser también un buen carpintero?
¿Cómo debe ser el Martillo?
Debe ser una Mandarria de 6 libras que caiga con todo su peso sobre aquellos que no cumplen las simples y efectivas normas para evitar el contagio y no seguir en la discusión poco fértil de si sirven no sirven: lavado frecuente de manos con agua y jabón, uso de alcohol para las manos y si es necesario para la cara, no tocarse la cara ,usar guantes permeables así cuando se echa alcohol moja y desinfecta también las manos y no contamina lo que toca (por ejemplo cuando toca productos en una tienda), usar mascarillas y caretas, en lo posible las dos cosas. Al llegar a casa sacarse los zapatos y desinfectarlos, quitarse la ropa y lavarla y luego ducharse, mantener el distanciamiento, incluso abrir los brazos al cruzarse con otras personas para que no se acerquen. Todos los trabajadores de todo tipo deben seguir estas instrucciones y tener alcohol disponible. Los taxis, buses, Uber, restaurantes, tiendas etc, etc. deben trabajar con capacidad reducida de al menos 50%.
¿Cómo debe ser la Danza?
Todos los que danzan deben seguir estrictamente las reglas del martillo (bajo riesgo de altas multas, incluso cárcel). La declaración de zonas amarillas, naranjas y rojas deben servir sólo como orientación para las acciones de identificación y testeo de las autoridades de salud y no para controlar los desplazamientos de vehículos que debieran ser libres y sin horarios. Todas las actividades deben reiniciarse, con excepciones como las escuelas y sitios de enseñanza y eventos masivos. Se debe volver a las restricciones vehiculares previas a la Pandemia ( dos números por día), para el transporte no deben haber restricciones horarias de ningún tipo para evitar aglomeraciones en buses y taxis. El Sol no se tapa con el dedo: se debe autorizar UBER ¡(de lo contrario aumentan los desempleados). Todo el comercio debe/puede trabajar a dos turnos y escalonados a través del día ( 16 horas), pero con 50% de capacidad. La industria y los servicios públicos y privados deben obviamente cumplir con todos los protocolos, pagar sus impuestos y cumplir con proporcionar las condiciones apropiadas a sus trabajadores, especialmente en las zonas rurales. Las cuarterías con apoyo del Estado deben reconvertirse (tampoco se puede tapar el Sol con el dedo) y ofrecer condiciones dignas y humanas a las personas.
En la Danza junto al martillo, todos debemos colaborar seriamente; el Estado, las empresas, los ciudadanos. Quién no lo haga debe ser seriamente sancionado por atentar contra la salud y la vida.
Buenos bailarines y con un martillo estricto evitarán contagios, hospitalizaciones y muertes y al mismo tiempo permitirán que la gente trabaje y no pase penurias ni hambre.
La transparencia
Resulta que, de acuerdo con la información distribuida, las cifras de proyección del CIMPA ahora se volvieron realistas, pero detalles de cómo se obtienen aún no son compartidos. Aún no se integra a otros centros de investigación universitarios y a especialistas independientes, aún no existe un sistema de testeo estadísticamente válido, aún hay una fila de varios miles de tests sin resultados. La verdad es que no sabemos cuál es la situación de contagio. Solo sabemos de los hospitalizados y los muertos. Se requiere reflexión y humildad para vencer esta pandemia.
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