El Secretario General de las Naciones Unidas expresó profunda preocupación por las informaciones que aseguran que numerosos civiles habrían sido ejecutados y otros más secuestrados por un grupo armado en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria.
En un comunicado de su portavoz, António Guterres ofreció este miércoles [25 de diciembre, hora local] sus condolencias a los familiares de las víctimas y reiteró la solidaridad de la ONU con el Gobierno y pueblo nigerianos.
“Los ataques de cualquier actor de un conflicto armado contra civiles, trabajadores humanitarios e infraestructura civil violan las leyes humanitarias internacionales”, recalcó Guterres, subrayando que los responsables de tales atrocidades deben rendir cuentas ante la justicia.
“Las leyes internacionales humanitarias y de derechos humanos deben respetarse a cabalidad y todos los civiles deben ser protegidos en Nigeria”, enfatizó Guterres.
Por su parte, el coordinador humanitario de la ONU en ese país, Antonio José Canhandula, se dijo “horrorizado” y explicó que, según los reportes recibidos, las ejecuciones y secuestros tuvieron lugar el domingo en la carretera que une Monguno con Maiduguri, en el norte del estado de Borno, y en la carretera entre Damaturu y Biu, un eje clave que conecta los estados de Yobe y Borno.
"A medida que la información nos sigue llegando, la comunidad humanitaria que trabaja en los estados de Borno, Adamawa y Yobe condena esos incidentes violentos y la creciente práctica de los grupos armados de establecer puestos atacando a civiles”, señaló Canhandula.
Situación humanitaria
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Nigeria destacó la necesidad urgente de que las autoridades nigerianas hagan todo lo posible para evitar más violencia y brutalidad y para proteger a la población civil, incluidos los trabajadores humanitarios, contra violaciones tan graves del derecho internacional.
Más de 36,000 personas han perdido la vida desde el comienzo del conflicto, aproximadamente la mitad de ellos civiles. En 2019, nueve trabajadores humanitarios han muerto al intentar brindar asistencia vital a quienes la necesitan desesperadamente en el estado de Borno.
El aumento de la violencia registrado en el área durante el año pasado, especialmente a lo largo de las carreteras principales, deteriora la situación humanitaria.
Desde principios de año, más de 160,000 personas han huido en busca de seguridad y han llegado a campamentos ya congestionados. La inseguridad y los ataques impiden que la población en los estados de Borno y Yobe acceda a servicios básicos, medios de subsistencia y tierras para la agricultura y el pastoreo.
Más de 7 millones de personas precisan asistencia vital y urgente en Borno, Yobe y Adamawa. Muchas familias sobreviven en condiciones difíciles sin asistencia humanitaria. La ONU y las ONG de socorro estiman que no pueden llegar a 1,2 millones de personas.