He Jiankui, científico chino que lideró un equipo de investigación que llevó a término el primer nacimiento de bebés genéticamente modificados fue condenado a tres años de cárcel, al pago de tres millones de yuanes (≈429.381 dólares) y a la prohibición de por vida para ejercer profesionalmente cualquier actividad relacionada con la salud.

Según informó la agencia estatal Xinhua, la condena fue dictada por un tribunal de Shenzhen (sureste de China) en un juicio que el resto de agencias internacionales de noticias han calificado como "de sorpresa y a puerta cerrada". El delito por el que se le declaró culpable fue "la edición genética ilegal de varios embriones humanos con fines reproductivos".

El caso se remonta al 2018 cuando Jiankui anunció al mundo, a través de un vídeo colgado en YouTube, haber realizado con éxito la modificación genética de dos embriones concebidos mediante la Fertilización in Vitro (FIV) y que al nacer fueron nombradas como "Lulu" y "Nana".

La modificación genética se realizó mediante una técnica conocida como CRISPR y consistió en hacer que Lulu y Nana fueran inmunes al virus del SIDA.

El Tribunal Penal de Shenzhen determinó que Jiankui, motivado por la fama y la fortuna, rompió deliberadamente las regulaciones chinas sobre investigación científica y gestión médica, además de haber falsificado documentados y proporcionado información falsa sobre sus estudios para así reclutar siete parejas en las que el hombre estuviera infectado con VIH y la mujer no, para desactivar en los fetos el gen CCR5, empleado por el virus del SIDA para acceder al sistema inmunológico humano.

De acuerdo con la información divulgada por la agencia Xinhua, en el juicio se señaló que un tercer bebé genéticamente modificado por el equipo de Jiankui nació sin complicaciones "semanas atrás".

El científico nunca expresó remordimiento por sus actos y en su lugar afirmó sentirse orgulloso porque el padre de Lulu y Nana había perdido toda esperanza de vida, sosteniendo así que su técnica podría ser la única manera de curar alguna enfermedad.

Si la tecnología está disponible, podemos ayudar a la gente que lo necesita. Lo que hemos hecho es abrir una igualdad de oportunidades para tener familias sanas.
-He Jiankui

La sentencia dictada este lunes también también abarca a Zhang Renli, con dos años de cárcel; y Qin Jinzhou con uno y medio. Ambos miembros de instituciones médicas de la provincia china de Guangdong y quienes a criterio del tribunal fueron colaboradores indispensables en el experimento.

La inhabilitación para ejercer en el campo de la medicina aplica a los tres condenados a cárcel este lunes, así como a todos los involucrados en el experimento, cuya identidad o número aún se desconoce.

Buena parte de la comunidad científica internacional ha desaprobado el experimento y firmado manifiestos contra la modificación genética humana dados los riesgos inesperados que la técnica puede acarrear. Revistas científicas se han negado a publicar los estudios de Jiankui.

Documentos filtrados del equipo muestran que algunos de los embriones no fueron modificados correctamente, y aunque se tuvo la posibilidad de no implantarlos en la madre, el equipo siguió adelante con el procedimiento.

La técnica empleada por el equipo de Jiankui presenta algunos inconvenientes: para evitar que el virus del SIDA infecte los glóbulos blancos el procedimiento elimina 39 nucleótidos (de los 6000 millones que componen el ADN humano) del gen CCR5. Sin embargo, durante el proceso pueden eliminarse o introducirse nucleótidos adicionales que podrían generar peligros en la salud del bebé; o también que la alteración no se vea reflejada en todas las células, generando así humanos con dos genomas distintos.

Estudios posteriores realizados a las bebés Lulu y Nana han arrojado que su esperanza de vida pudo haber sido disminuida en al menos un 20%, mientras que sus capacidades intelectuales podrían haber sido aumentadas, ambos "imprevistos" del experimento.