La salud mental es universal. Está presente, interviene e influye en todo aquello en lo que el ser humano participa y forma parte. Se concibe incluso desde antes del nacimiento, a todo lo largo del ciclo de vida, y hasta que la persona fallece. Además, contempla la capacidad adaptativa del individuo en las distintas esferas de su vida, desde el componente familiar, laboral, social, lúdico, deportivo, académico, hasta el espiritual.

Todo sistema de salud maduro promueve, trabaja activamente, y considera como un eje fundamental, las intervenciones en prevención, promoción, concientización y tratamiento de la esfera mental. De esta manera, la Organización Mundial de la Salud ha privilegiado acciones en la Psiquiatría de la atención primaria, así como el adecuado abordaje de los trastornos de ansiedad, afectivos, psicóticos, por consumo de sustancias, y la prevención del suicidio, entre otros, en todos los niveles de prestación de servicios. En la vida real, todas estas condiciones se entremezclan con enfermedades físicas, la historia de vida, los estresores ambientales, con las que se generan interacciones complejas; cuando esto ocurre, se amplifica el malestar, empeora el pronóstico, y se complica el plan de tratamiento. El profesional en salud tendrá el reto, entonces, de ayudar a incorporar estrategias de prevención, pero cuando estas dinámicas ya están instauradas, en identificarlas, diferenciarlas entre sí, para luego proponer un plan remedial.

En particular en Costa Rica, debido el incremento en la tasa de suicidio, así como en las mediciones indirectas del deterioro de la salud mental (por ejemplo, a través del aumento en el número de incapacidades por fenómenos psiquiátricos), se le ha dado recientemente una mayor atención al tema en los medios de comunicación. Diversos actores sociales, como la Fundación Amy Alas Abiertas, y equipos de trabajo profesional, han promovido la consciencia y las acciones de prevención y tratamiento en el campo.

Es por esto que un grupo de profesionales, bajo la tutela y apoyo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica, y como proyecto de la Vicerrectoría de Docencia, se dio a la tarea de generar un documento actualizado y práctico, que pretende establecer una guía para la adecuada exploración de la salud mental en cualquier población de pacientes. Somos conscientes del valioso aporte que durante muchos años tuvo en diversas generaciones de psiquiatras y psicólogos el texto titulado El Examen Psiquiátrico del Paciente, del Dr. Zeirith Rojas Alfaro, pero también, sabemos que se requería de una renovación de conceptos pero, sobre todo, de cambios en la metodología didáctica.

Así, 33 autores, 28 de ellos costarricenses, cuatro colombianos y uno hondureño, dedicados a la Psiquiatría, Psicología Clínica, Neurología, Medicina Interna, Radiología y Neurorradiología, Biología Molecular, Neuropsicología, Geriatría, Especialidad en Trastornos del Sueño, y Psicología Forense, echamos manos a la obra, con la intención de transmitir nuestro conocimiento y experiencia en la evaluación de pacientes desde la perspectiva de cada una de esas disciplinas. Específicamente en el área de la Psiquiatría, participaron subespecialistas en Psiquiatría de Interconsulta y Enlace, Neuropsiquiatría, Psicogeriatría, Psiquiatría de Niños y Adolescentes, Psiquiatría Forense y Psiquiatría de las Adicciones.

Nuestro objetivo fundamental nos tomó 5 años, y muchísimos fines de semana, y consistió en generar una guía introductoria y motivacional para el aprendizaje de la exploración y la semiología psiquiátrica en los distintos escenarios clínicos. Creemos firmemente que la aplicación de este conocimiento permitirá ejecutar una recolección sistemática y ordenada de los elementos suficientes para llegar a un adecuado diagnóstico, paso fundamental antes de la elección de intervenciones, ya sean farmacológicas o de otro tipo. De esta manera, esperamos que la información expuesta se aplique en los contextos de la medicina general, de la atención primaria y de la especialización no psiquiátrica, pero, de igual manera, que sea un documento de formación y consulta para los médicos y los profesionales en las diferentes áreas de la salud mental, incluidos los residentes de psiquiatría y los profesionales en psicología, entre otros.

Vale la pena mencionar que, para lograr el resultado final, se siguió un riguroso proceso de seis revisiones escalonadas y ordenadas, en donde cada capítulo debía contar con la aprobación del editor para ascender a la siguiente etapa. La primera revisión la realizó precisamente el editor del manual, la segunda la completó el grupo de autores, la tercera fue generada por tres estudiantes de Medicina de la UCR a través de horas estudiante, la cuarta por un equipo de dos filólogas, la quinta por personal del BINASSS y, por último, el editor volvió a revisar la totalidad del documento.

Nuestros retos son muchos, y sabemos que en el futuro el documento se nutrirá de la retroalimentación de sus lectores, de la investigación planificada sobre el modelo didáctico que propone, y desde ya planificamos su migración al formato digital en los siguientes años.

Todos los autores del Manual de Exploración y Semiología Psiquiátrica estamos muy emocionados con este proyecto, sobre todo porque creemos firmemente que con él, los profesionales en Medicina en cualquiera de sus ramas, así como el personal de Psicología, podrán mejorar sus capacidades diagnósticas; esto se traducirá, en el mediano plazo, en intervenciones más efectivas en las personas que así lo requieran. Esperamos, por lo tanto, aportarle un grano de arena al sistema sanitario costarricense, en su pretensión de adaptarse a los requerimientos y retos actuales.

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