Grupo Nación (GN) es un grupo de poder económico cuyos principales accionistas son la familia Jiménez, constituida por tres generaciones. Además, dicha familia tiene acciones mayoritarias en la Florida Ice & Farm (FIFCO), productora de cervezas y bebidas, e históricamente ha estado ligada a diversas actividades económicas, en el pasado a la producción de café y caña de azúcar, por mencionar dos casos; y de manera reciente al sector turístico e inmobiliario, entre otros. Por la cantidad de activos en su propiedad, la familia Jiménez es parte de la lista de los diez empresarios más “ricos” de Centroamérica, según la revista Forbes.
Así, la familia Jiménez se constituye en un actor cuyo peso económico le permite una determinada praxis política e ideológica en nuestro país y región. Para el caso de GN, dicha praxis se realiza, fundamentalmente, pero no de manera exclusiva, con sus periódicos La Nación y La Teja. Con La Nación, este actor político se produce como el “portavoz” del punto de vista de los costarricenses; es decir, presenta su perspectiva ideológica como el punto de vista de “la nación”. Así mismo, en su discurso reúne intereses empresariales nacionales y transnacionales. Con el periódico La Teja evita tematizar contenido político, con lo cual dificulta la generación de explicaciones sobre el acontecer.
Históricamente, GN ha sido considerado uno de los conglomerados mediáticos más importantes de la región, con la mayor concentración de ingreso publicitario, tiraje de impresos y visitas en su sitio web. Sin embargo, en la actualidad, su modelo de negocios se encuentra en crisis. Precisamente, dicho modelo tiene como base la venta de espacio publicitario en los impresos y la magnitud de audiencia (en este caso el tiraje de medios o “circulación”) para producir excedentes económicos (ingresos/ganancias). Para GN, la circulación y la venta de espacio publicitario han representado entre el 75% y el 80% de sus ingresos totales, siendo el rubro de publicidad el más importante, el cual representa alrededor de un 55%-60%.
Una de las fuentes de la crisis del modelo de negocios de los medios de comunicación colectiva tiene que ver con el desarrollo de internet y con los hábitos de consumo de las audiencias. Como se observa del último informe de la SUTEl, el acceso a esta tecnología es alto y se realiza, fundamentalmente, a través de los teléfonos celulares, por cada persona existen aproximadamente 1.7 suscriptores a telefonía móvil; es decir, hay más líneas telefónicas que habitantes. Aunado a esto, del 2011 al 2016 es posible constatar un aumento de la audiencia de internet (43%) y una disminución de la audiencia de periódicos impresos (-44%); o sea, las audiencias parecen migrar al espacio digital y abandonar los impresos.
Esto resulta un problema para el modelo de negocios. Si las personas consultan más en internet y si publicitar de manera digital es más económico que en impresos, entonces, los anunciantes trasladaran su pauta a internet. En consecuencia, se reducirá la principal fuente de ingresos de los medios. En el caso costarricense, como se constata de datos de Kantar IBOPE Media, el ingreso publicitario del mercado de medios impresos muestra una reducción significativa, para el año 2014 facturaba alrededor de ₡73.757 millones; en cambio, para el 2018, la cifra apenas alcanza los ₡28.046 millones, prácticamente, tres veces menos. Lo anterior tiene alcances para GN.
Como se puede observar del gráfico anterior, los ingresos de ambos medios se deterioran a partir del año 2014 y 2015. En cinco años, La Nación ha reducido sus ingresos en un promedio anual de ₡6.031 millones, mientras La Teja ha perdido en promedio ₡2.365 millones. Esta tendencia en la disminución de los ingresos ha sido acelerada, pues las tasas de variación (representadas por líneas del gráfico 1) caen en un promedio anual de 24% (La Nación) y 30% (La Teja); es decir, disminuyen a dos dígitos por año. Lo anterior ha mermado la posición de GN en el mercado de impresos. Para el 2014, cuando aún existía el diario Al Día, GN concentraba alrededor del 76% de los ingresos publicitarios del mercado; en cambio, para el 2018 concentra el 59%. O sea, GN ha perdido alrededor del 17% de su peso en el mercado.
Si se revisa el conjunto de los ingresos de GN en sus estados financieros, el deterioro parece más estrepitoso: en el año 2012, sus ingresos alcanzaban los ₡70.550 millones; en cambio, para el año 2018 la facturación alcanzó los ₡36.898 millones. Esto es el equivalente a pasar de tener la capacidad de producir un estadio como el “Nacional”, el cual costo aproximadamente ₡62.522 millones a tipo de cambio del año 2009, a jugar en canchas abiertas.
Esta pérdida de ingresos se ha traducido en repercusiones financieras y en cambios en la estructura organizacional de GN (ver Pomareda, Carazo y Ramírez), en las que destacan las pérdidas millonarias en utilidades netas en los años 2015 y 2016 de ₡1.501 millones y ₡1.983 millones, respectivamente, así como el despido de 156 trabajadores en el año 2013. Una parte de la familia Jiménez presenta serias dificultades en su modelo de negocios en el marco de la crisis de los medios de comunicación colectiva. Eso sí, el desarrollo tecnológico que ha perjudicado el modelo de negocios de las élites mediáticas ha reducido significativamente los costos para producir medios. Con esta posibilidad, esta tecnología puede ser una oportunidad para que el periodismo crítico retome una de sus máximas históricas: ¡el producir la noticia que va a cambiar el mundo!
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