El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), -como todos los ministerios- es un mundo lleno de complejidades.

Las instituciones públicas son entes difíciles de manejar. No a todo mundo se le queda bien siempre, y no todo el tiempo se hace el mejor esfuerzo para que los proyectos caminen.

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de conversar con Claudia Dobles Camargo, primera dama de la República, quien ha sido abanderada en temas de movilidad urbana y ordenamiento territorial.

En este sentido, Dobles Camargo también se ofreció como voluntaria para llevar a los medios de comunicación una especie de vocería sobre el Plan Nacional de Descarbonización.

La semana anterior pude compartirles la entrevista que también le realicé a Christiana Figueres Olsen, sobre el cambio climático y el Acuerdo de París.

Ambos intercambios tuvieron en común que ambas mujeres han sido escogidas por diferentes actores mundiales económicos y políticos como parte de las personas más influyentes del mundo, y que ambas trabajan por cambiar el modelo económico a través de estrategias contra el cambio climático.

Sin embargo, el enfoque de ambas mujeres no se deberían abordar por separado, sino buscar la manera de concretarlos en una política pública ambiental.

Por esa razón, esta semana les comparto el intercambio que tuve con el ministro de Ambiente y Energía, Carlos Manuel Rodríguez Echandi.

Con él hacemos un breve repaso sobre su vida profesional y algunos aspectos personales. También la entrevista plasma  la mirada que tiene el ministro sobre la descompuesta articulación entre algunos sectores responsables de llevar a buen puerto una política pública ambiental.

Carlos Manuel Rodríguez Echandi ha trabajado cuatro veces en el Ministerio de Ambiente y Energía, tres de las cuales ha sido ministro | Foto por Eduardo Carmona

LO PERSONAL ES POLÍTICO

¿Quién es usted, dónde ha trabajado, porque está en este sector ambiental, etc.?

Yo soy Carlos Morel Rodríguez Echandi. Soy abogado con estudios de posgrado en Derecho de Política Ambiental.

He trabajado toda mi vida en política ambiental; puede que haya sido el primer abogado que se especializó en esa materia en los años 80 y trabajé mucho en todo el movimiento de conservación de base.

Fundé una ONG que cuestionaba las represas hidroeléctricas del ICE; trabajé muchísimo tanto en la creación de parques nacionales, como en las políticas para detener la deforestación.

Esta es mi cuarta vez trabajando en el Ministerio de Ambiente [y Energía], mi primera vez fue en la construcción del SINAC (Sistema Nacional de Áreas de Conservación). Después entré en el 98, con el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez, fui ministro y viceministro a la vez. En el gobierno de Don Abel Pacheco, en el 2002, también ministro, y en el 2006 cuando terminamos el gobierno una ONG internacional me contrató, se llama Conservación Internacional, ahí trabaje por 12 años en temas de política ambiental.

Me concentré en cuatro regiones, una es los países amazónicos en África y en el sureste de Asia: Cambodia, Tailandia, Indonesia y después me vine para trabajar en el gobierno de Carlos Alvarado.

En términos generales esto es. Por lo tanto he trabajado toda mi carrera profesional en temas ambientales. Al principio mucho era conservación, después en una agenda de desarrollo sostenible, en donde sin duda el tema de cambio climático es un tema emergente e importante.

Usted dice que se metió en este mundo desde los 80. En esa época, ¿cómo era la visión de que cuidar el ambiente era importante?

En los setentas yo estuve en el colegio y fueron los años de más alta deforestación. Era una de las cosas que más me impactó.

En aquel momento, la deforestación era tan fuerte y tan arraigada en el modelo de desarrollo que estábamos bajo presión para crear parques nacionales, porque serían los últimos refugios de biodiversidad del país. Y pensamos que la deforestación sólo se lograría detener creando áreas protegidas.

Yo nunca creí que hiciéramos lo que hicimos: detuvimos la deforestación y también creamos un sistema de áreas protegidas. También empezamos a restaurar áreas sumamente degradadas y deforestadas.

A nadie le interesaba mucho este tema; sin duda este país ha avanzado tremendamente. Me parece que el tema de la conservación ha entrado en los valores y principios de los costarricenses.

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¿De dónde viene su interés por el ambiente?

Yo creo que sale de pasar todas mis vacaciones en la finca de mi abuelo en Orosi. Finca de café, al lado de un bloque macizo de bosques, la gran Talamanca; Parque Nacional Tapanti, pasar tantos años [ahí] desde chiquillo tuvo una gran influencia.

Me acuerdo que una vez un jaguar mató unas terneras en la finca de mi abuelo, yo tenía 12 años. Entonces, mi abuelo envenenó a una de las terneras muertas, el jaguar llegó se comió a la ternera y también se murió.

Y fuimos a recoger al animal muerto, era un jaguar macho. Y eso me impresionó. Eso me marcó. Yo no me sentí mal porque al animal lo mataron, sino que me sentí impresionado por ver lo majestuoso del animal.

A mí me encantaban los animales. La verdad es que, más que el bosque a mí lo que me gustaba era los animales. Una vez un cocodrilo me mordió el dedo y aún tengo la marca.

En mi casa hubo 11 peceras, tuvimos ocho loras, estaba llena de animales.

Mi mamá tenía una gran afición por las plantas; mi abuelo era coleccionista de aves y de plantas.

Todo esto generó esa sensibilidad, y ya cuando tuve 16, 17 años me di cuenta de que estábamos destruyendo el país. Leí algunos libros, algunos aportes de los conservacionistas de Costa Rica que estaban haciendo su esfuerzo; todo eso tuvo una gran influencia en mí.

"La segunda infancia", así se refiere Carlos Manuel sobre los muñecos de jaguares y otros animales que guarda en su oficina. | Foto por Eduardo Carmona

CAMBIO CLIMÁTICO & DESCOMPOSICIÓN SOCIAL

Hablemos sobre desplazados climáticos, por ejemplo Bangladesh y el de Mozambique, donde ya es visible esta situación.

¿Cómo diría usted Don Carlos Manuel que esa será una realidad cada vez más cercana a nuestras latitudes?

—Ya lo estamos viendo. Y lo que podamos ver en Bangladesh de Mozambique, lo podemos ver también en otros países.

Por ejemplo el conflicto en Siria, la guerra civil en Siria de alguna manera fue magnificada por un problema de cambio climático.

Resulta que en Siria hay muchas etnias. Hay una etnia de sirios que vivía en el interior, en zonas semiáridas, donde viven de actividades ganaderas, y después de cuatro o cinco años de sequía extrema perdieron todo posibilidad de subsistencia. Y tuvieron que emigrar a las ciudades en el momento que se dio el conflicto civil; ellos fueron marginados por sus rasgos étnicos, y esto ocasionó que se le metiera más combustible al conflicto social y político que ya existían Siria. Eso está documentado.

Pero no nos vayamos tan lejos quedamos aquí, en Centroamérica hay una zona entre Guatemala, Honduras y El Salvador que se llama el Trifinio, es una zona altamente degradada. Áreas totalmente deforestadas. Mucho ha sido por el uso irracional del suelo y los ecosistemas.

Los hijos de estos campesinos no tienen ningún futuro [en esa zona], ¿qué es lo que está pasando? A medida que el impacto del cambio climático se va acentuando al arco seco de Centroamérica, y el lado norteamericano pone más barreras para las migraciones ¿dónde cree que irá toda esa gente?

Van a empezar a bajar, a países donde hay mayor estabilidad y posiblemente hay una mejor opción de las que hay en Guatemala, Honduras y El Salvador, que aparte del problema concreto de uso de suelo sequía y cambio climático se le suma el problema de delincuencia.

En Costa Rica vemos el tema migratorio simplemente como Nicaragua, y como un tema asociado a la inseguridad o a la falta de estabilidad política, pero a eso se le sumará el problema de los migrantes climáticos del norte de Centroamérica.

No tengo la menor duda de que esto es una tendencia clara; esto va a suceder y no estamos preparados.

Y de ahí la importancia de que podamos trabajar con estos países para que estas áreas sean recuperadas y restauradas. Cosa que sí se puede hacer.

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¿Cómo se podría recuperar?

La restauración ecológica es algo interesante. No es una ciencia nueva. Empieza por la restauración de suelos.

Implica mejores prácticas agrícolas, un trabajo más técnico de los ministerios de agricultura, pero también del trabajo de los ministerios de ambiente, en el tema forestal.

Son temas que yo llamaría de una agenda agroambiental, donde las instituciones ambientales y de agricultura tienen que trabajar más en conjunto.

Existen varias iniciativas interesantes en Centroamérica las llamamos adaptación basado en ecosistemas.

Entonces, si un campesino que vive en zonas altamente degradadas tiene que adaptarse al cambio climático (en cambio climático tenemos dos tareas, la de adaptación y la de mitigación), es lo que tenemos que hacer rápidamente en nuestros países, adaptarnos.  

Debemos irnos preparando. El cambio climático viene, lo que no queremos es que sea de tal magnitud que nos pase por encima como una aplanadora. Por ahí va el tema de mitigación.

Tenemos que aceptar que habrá cambio climático, y que tendrá efectos. Eso significa que todo lo que hicimos antes, en términos de producción agrícola, uso de suelo tiene que cambiar. Tenemos que empezar a movernos hacia sistemas agroforestales y silvopastoriles, es decir, meter más árboles a la finca. Todo esto no lo hemos hecho.

Desde el quinto piso del Minae se observa la construcción del nuevo edificio legislativo. | Foto por Eduardo Carmona

La mayoría de programas a nivel internacional que tratan sobre cambio climático hacen proyecciones de aquí a 2050, ¿cómo visualiza usted el mundo para 2050?

El tema es el impacto social del cambio climático, lo que está sucediendo en el Trifinio, la agente no puede producir, y entonces están forzados a migrar a otro país.

Veo conflicto social, exactamente como el de Siria. Conflictos migratorios muy fuertes, y usted sabe qué los conflictos migratorios muchas veces terminan en conflictos bélicos.

Al ejemplo de Siria debemos ponerle atención. El cambio climático disparó una migración que alimentó el descontento popular ante un régimen totalitario, y simplemente le metió combustible. El problema se volvió incontrolable. Esto está pasando en muchos lugares del mundo.

Tal vez en algunos lugares del mundo la gente conecta los puntos entre cambio climático y el conflicto humano, pero otros no los conectan. Cada vez más los científicos sociales y otros lo entienden mejor. Los gobiernos también empiezan a visualizar.

El cambio climático va a exacerbar todas las fricciones y los conflictos sociales y humanos que hoy tenemos.

DESCARBONIZACIÓN

”A nivel internacional el Plan de Descarbonización de Costa Rica ha sido recibido muy positivamente, no porque entraron al análisis del detalle, sino por el simbolismo y el significado político.

Somos un país que apunta a un cambio. Aún cuando las emisiones de Costa Rica representan un porcentaje muy pequeño a nivel mundial, nosotros en este gobierno vemos el cambio hacia un nuevo modelo de desarrollo, hacia una nueva economía, hacia un nuevo paradigma de movilidad.

Apuntamos a una sociedad más justa y más próspera de la que tenemos actualmente. Nuestro objetivo no es exclusivo en cuanto a bajar emisiones, sino movernos hacia un nuevo paradigma.

Queremos cambiar la base del combustible. Yo espero que en 10 ó 15 años no deba depender de un automóvil, sino poder desplazarme en transporte público.

Si usted se fija, quienes están a favor de esto son aquellos que tienen la vida por delante, aquellos que entienden que esto es un tema de sobrevivencia.

Los que hoy quieren seguir con el combustible fósil y defienden este sistema colapsado de transporte están muy equivocados”.

En términos económicos don Carlos Manuel, ¿cuánto tendría que invertir un país como Costa Rica para ver los primeros avances en esta dirección?

Esos son los estudios que siguen ahora. Lo que presentamos por el momento es una hoja de ruta en la que establecimos una visión de largo plazo.

Pero la gente sólo piensa en el costo, yo empezaría esta discusión con una pregunta fundamental ¿cuál es el costo de no hacer el cambio?

RESISTENCIA AL CAMBIO

Me cuenta Carlos Manuel Rodríguez que, antes de los años 90 muchas personas admiraban al ICE por su labor. Sin embargo, Rodríguez junto a otras personas entendían el impacto ambiental que causan los proyectos hidroeléctricos y por eso se encaminaron a luchar contra tales proyectos.

Dice el jerarca que al inicio, como en todo, enfrentaron gran resistencia, pero que después lograron cambiar poco a poco el paradigma.

Incluso hoy, 30 años después, comenta, siguen viendo los frutos de aquellas primeras luchas.

“En el año 88, cuando yo empecé la campaña para salvar el Río Pacuare, que fue una de mis primeras luchas, recuerdo que al día siguiente de salir registrada la asociación con la que íbamos a luchar (que se llamaba pro-ríos), salió una página de publicidad del ICE. Nunca se me olvida.

Se veía una represa hidroeléctrica y un hombre con uniforme y casco amarillo, con el pie puesto en la represa; muy macho, muy masculino, y decía el anuncio:

"El ICE mueve montañas, mueve la tierra, le da órdenes a la naturaleza... Le da beneficios al país", no-sé-qué. Esa era la campaña del ICE.

Al año siguiente de nosotros empezar a trabajar como una hormiguita, [el ICE] sacó otra [publicidad] que decía: "El ICE en armonía con el ambiente".

Cambiaron el discurso.

Sólo el discurso. Yo como costarricense le puedo decir que no podría estar más satisfecho de saber que empecé mis luchas ambientales peleando contra el modelo hidroeléctrico, y hoy como ministro de Ambiente y Energía haber parado el proyecto El Diquís.

Saber que posiblemente nunca más vamos a necesitar una represa hidroeléctrica. Personalmente nada me satisface más.

Porque aún cuando la hidroelectricidad es una fuente limpia, desde el punto de vista ambiental es tremendamente dañina, afecta a grupos sociales débiles y marginados.

Muchos amigos del sector energía se quejan de que este Ministerio lo maneja grupos conservacionistas, pero la mitad de los ministros han sido del sector energía. Así que tampoco es un argumento de peso.

También, hay algunos fundamentalistas que están a favor del proceso para autorizar la explotación de petróleo y dividir este Ministerio en dos sectores, cuando más bien el mundo se dirige en otra dirección.

España, Bélgica y Suecia han  juntado ambiente con energía. No es una casualidad.

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Entrevista al ministro de Ambiente y Energía, Carños Manuel Rodríguez Echandi | Foto por Eduardo Carmona

¿Y LA POLÍTICA PÚBLICA?

Para terminar retomo el tema que Carlos Manuel Rodríguez mencionó acerca de la recuperación de zonas degradadas, de cómo es posible restaurarlas mediante una agenda agroambiental.

Sin embargo, el ministro menciona que en Costa Rica esta agenda solo funciona en lo glamuroso. Es decir, en los temas en los que están de acuerdo.  

Funciona en la materia donde estamos de acuerdo: forestal, plantaciones, agroforestería, conservación de suelo, agricultura, pero cuando llegamos a químicos ahí pegamos.

Es interesante ver todo lo que hay alrededor del tema de químicos

¿Son ellos más permisivos, o qué es lo que sucede alrededor de este tema?

Vamos a ver. El país ha aumentado aproximadamente un 300% el uso de agroquímicos en los últimos 30 años sin necesariamente haber aumentado la productividad.

Las empresas agroquímicas venden un paquete. Es como esos doctores en Estados Unidos que recetan los opiáceos; diay, ¿y cómo no? Si ellos trabajan para las empresas que los producen. Y entonces ahora tiene de esa crisis tremenda por la dependencia que tienen.

El MAG [Ministerio de Agricultura y Ganadería] tiene un conflicto de juez y parte.

En este sentido, el plan de descarbonización incluye en aspectos fundamentales al MAG, ¿qué le hace falta a este Ministerio para responder de acuerdo a las expectativas?

—Tiene que reinventarse, el cambio climático será una aplanadora.

Pero bueno todo es un proceso. La viceministra [Ana Cristina Quirós Soto] es una persona que está muy clara con estos temas.

También, hay que entender que toda esta gente durante su formación académica no traían todos estos procesos.

Una autocrítica institucional, ¿qué le hace falta al MINAE para fortalecer su gestión?

Al Minae le falta pasión y compromiso en el trabajo del personal. Muchos son empleados públicos que, ni fu ni fa. Hay otros que son muy excepcionales como los guardaparques, pero a otros les hace falta pasión.

Lo otro es que, todos opinan y nadie toma de decisiones. Aquí se necesita que bajo una estructura descentralizada se tomen decisiones para que el Ministerio camine más fuerte y serio.

¿Están acostumbrados a que únicamente los jerarcas toman la decisión?

Eso y la ley del mínimo esfuerzo.

Carlos Manuel Rodríguez Echandi: "El MAG tiene que reinventarse" | Foto por Eduardo Carmona

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Cuando hablamos de proyectos concretos es más fácil entender la posible manera de actuar respecto de X materia.

En sí mismo el Plan de Descarbonización es una política pública que hasta el momento solo ha trazado una visión de largo plazo. Peor es nada.

Sin embargo, el camino para llegar hasta los aspectos concretos será duro, más si como expuso el ministro de Ambiente, este Plan involucra a instituciones que, antes de reinventar el modelo de desarrollo, primero deben reinventarse a sí mismas.

De otra manera sería como dar patadas de ahogado. Una institucionalidad débil no podrá llevar a cabo uno de los proyectos país más ambiciosos del mundo.