Los bosques amazónicos se extienden a lo largo de nueve países latinoamericanos: Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Colombia, Perú, Guyana, Guyana Francesa y Suriname. De hecho, la Amazonía representa el 43% del territorio suramericano.
Sus bosques proveen al mundo de cerca del 20% del agua fresca no congelada. Además es refugio de 35% de la biodiversidad.
Sin embargo, la deforestación podría alcanzar el 40% del área total y, con ello, la estabilidad ecológica del planeta se vería amenazada.
“La mayor selva tropical del mundo proporciona grandes cantidades de oxígeno, variedad de especies y es capaz de absorber grandes cantidades de carbono, lo que la convierte en un recurso esencial para la vida de todos nosotros. Debemos detener las expansiones agrícolas, ganaderas y mineras, porque si el nivel de deforestación alcanza el 40% se arriesga el futuro de nuestro planeta”, destacó Mauricio López de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).
“En los bosques no solo hay árboles, también viven personas”, destacó la periodista italiana Stefania Falasca en referencia a los tres millones de personas que habitan en la Amazonía, quienes integran alrededor de 300 grupos indígenas y hablan 240 lenguajes diferentes.
“Los pueblos indígenas nunca han estado tan amenazados como hoy. Su vida está marcada por el sufrimiento”, declaró el cardenal Lorenzo Baldisseri y agregó: “la Iglesia no puede ser indiferente. La crisis medioambiental y humana es una sola y la Iglesia está llamada a asumirla”.
El Amazonas será el centro de la discusión del próximo sínodo de la Iglesia Católica, a realizarse del 6 al 27 de octubre del 2019 en la ciudad de Roma (Italia). Un sínodo es un tipo de concilio que reúne a obispos y autoridades eclesiásticas alrededor de un tema específico en una determinada región o territorio.
El sínodo fue convocado por el Papa Francisco tras su visita a la Amazonía, a través de Puerto Maldonado en Perú, en 2018. De hecho, el sínodo se da en respuesta a las peticiones formuladas por los habitantes del Amazonas quienes hicieron llegar cartas al Sumo Pontífice donde le relataban la situación socio ambiental que viven en la región.
"Creo firmemente que el sínodo culminará en una asamblea especial para construir una Iglesia con rostro amazónico y ayudar a implementar una auténtica ecología integrada. Es una cita particularmente urgente en la medida en que nos abrimos paso contra la profunda crisis causada por la excesiva intervención humana y la mentalidad predominante de la extracción y el despilfarro”, destacó Baldisseri, quien es además el Secretario General del Sínodo de los Obispos, a los asistentes del XV Foro Internacional de la Protección de la Naturaleza organizado por la organización Greenaccord en la ciudad de San Miniato (Italia).
“El inconmensurable aumento de las actividades agrícolas, de la actividad minera y de la deforestación de la Amazonía no solo ha dañado enormemente la riqueza ecológica de la región, de sus bosques y de sus aguas, sino que también ha empobrecido fuertemente las realidades sociales y culturales. Ha traído un desarrollo que está lejos de ser humano, sin integración e inclusión, dentro de las regiones amazónicas”, continuó el cardenal Baldisseri.
El cuido de la casa común
El tema amazónico ya era de interés del Papa Francisco desde cuando era arzobispo de Buenos Aires. “Hay una devastación de la Amazonía que amenaza la integridad ecológica y humana”, fueron la palabras que escribió Jorge Mario Bergoglio en el 2007, hoy conocido como el Papa Francisco, las cuales fueron leídas por Baldisseri.
De hecho, durante su intervención en el foro organizado por Greenaccord, el cardenal informó que el sínodo tratará dos grandes temas. El primero está relacionado a “los nuevos caminos de evangelización” y vislumbra el papel de la Iglesia ante la situación que enfrentan los pueblos indígenas.
“Un misionero que va a la Amazonía no solo va a enseñar el padre nuestro. Lo primero que hace es dar el pan”, manifestó el cardenal y añadió: “Como Iglesia nos interesa cuidar a la gente y conformar una pastoral común. A la gente la podemos defender manteniéndola en sus tierras. Sacarla de ellas atenta contra la misma naturaleza”.
El segundo gran tema es el “cuido de la ecología integral” a la luz de Laudato Si, segunda encíclica del Papa Francisco -aunque primera escrita completamente por él- en donde se aboga por el “cuido de la casa común” en referencia a la biosfera del planeta.
“La Amazonía es de todos. Es parte de la casa común”, enfatizó el cardenal.
Si bien se habla de dos grandes temas, lo cierto es que ambos coexisten y, por tanto, el sínodo los abordará en conjunto.
“La desaparición de los bosques es una cuestión humanitaria, no sólo ambiental; revive el colonialismo, basado en el no reconocimiento de culturas y costumbres diferentes a las nuestras. las personas que viven en los bosques no conciben la acumulación, viven en equilibrio con su entorno natural, exactamente lo contrario de nuestra cultura que tiene una actitud depredadora hacia el medio ambiente, más que respetuosa y de conservación. La gente de los bosques sabe cómo utilizar los recursos naturales de manera sostenible. Nosotros, por el contrario, consumimos sin criterios y es por ello que nuestros modelos culturales son responsables de las graves catástrofes naturales, como el cambio climático”, manifestó Andrea Masullo, director científico de Greenaccord.
Proceso preparatorio
Actualmente, la Iglesia Católica ejecuta una etapa de consulta. Para ello, se cuenta con un documento preparatorio que se le hizo llegar a las conferencias episcopales y obispos del terreno amazónico
Sus sugerencias serán incorporadas a un documento de trabajo que será entregado a los “padres sinodales”. Estos, a su vez, lo afinarán para, finalmente, entregarlo al Papa Francisco tras la conclusión del concilio.
Este proceso de “consulta y escucha”, como se le denominó en el seno de la Iglesia Católica, involucra además a personas fuera de la religión católica. En este sentido, y según dijo Baldisseri, se estará invitando a representantes de denominaciones protestantes y otros sectores para que participen en la reunión.
“Nuestro trabajo no es solo para los cristianos sino para todo el mundo”, manifestó el cardenal.
Una vez el documento sinodal es aprobado por el Sumo Pontífice, la ejecución del mismo queda en manos del Discasterio, el cual reúne a los departamentos especializados en la Curia Romana, y este a su vez lo hace a través de las conferencias episcopales de los diferentes países.
Sobre la reacción que pudiera tener el sínodo en actores con intereses políticos y económicos en el Amazonas, Baldisseri declaró: “La Iglesia no es muda, habla en su territorio y eso no gusta a muchos. Tenemos casos de sacerdotes y religiosos asesinados por esta causa. No tenemos miedo de decir la verdad, al contrario, la estamos diciendo a pesar de que incomode”.