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— El café de la mañana de ayer nos lo tomamos con la noticia de que la Procuraduría de la Ética Pública abrió una investigación contra el exrector de la UNED Luis Guillermo Carpio Malavassi, por haberse pensionado con goce de una cuestionada cesantía que se aprobó con un documento que estaba firmado por el propio funcionario.
— En la colada la Procuraduría también investiga al actual rector interino de la institución, Carlos Montoya y la coordinadora de la unidad de Recursos Humanos Ana Lorena Carvajal por haber obviado las recomendaciones institucionales que referían al pago de dicho monto.
— El caso se remonta a la segunda quincena de octubre del año pasado, cuando CRHoy informó que el rector Carpio se acogería a su jubilación a partir de diciembre del año pasado esquivando el tope de 12 años de cesantía que estableció la Sala Constitucional en junio.
Dato D+: La cesantía es un derecho laboral contemplado en el Código de Trabajo que busca brindarle a las personas una compensación económica por cada año laborado y equivale aproximadamente al salario de un mes. Hasta 2018, el tope de cesantía estaba en 20 años de reconocimiento, sin embargo, en el marco de la discusión sobre la situación fiscal del país, en julio de 2018 la Sala Constitucional emitió un criterio que limitó a 12 años el pago de este rubro para las instituciones del sector público. La medida es de acatamiento obligatorio para todas las instituciones del sector público, sin importar si son de gobierno central, instituciones autónomas o municipalidades, o bien, sin importar si están cobijadas por una convención colectiva que a la fecha señalase un monto diferente.
— Y es que por ahí viene el tema, pues cuando al exrector se pensionó, el cálculo de su cesantía se hizo en base al artículo 51 del estatuto de personal de la UNED, que asegura que los empleados de esta entidad tienen derecho a un tope de 20 años en caso de jubilación. Este dato es evidentemente, contrario a lo que dijo la Sala meses antes.
— Así, uno podría entrar en una discusión que señale si este era un derecho adquirido del trabajador o no y varios temas más, pero el problema no fue ese: el problema fue que esa discusión no se llevó a cabo, pues la UNED se saltó hasta una recomendación de su propio Departamento de Recursos Humanos que señalaba que era mejor preguntar en el caso específico y a Carpio se le pensionó con todo, con un documento que... firmó él mismo. Es ahí y por eso, que la Procuraduría pegó el grito al cielo.
— La cosa, sin embargo, no se queda ahí: según el criterio 200-2010 de la Procuraduría General de la República a los rectores no les toca cesantía, pues "al encontrarse el Rector, Vicerrectores, Auditor Interno, Directores y Jefes Administrativos y Académicos, bajo una relación de servicio a plazo fijo, no genera ese tipo de contratación ningún derecho al pago a la cesantía, que prevé el inciso e) del artículo 85 del Código de Trabajo, una vez que sobreviene su finalización. Lo anterior, aún cuando pudieran tener el derecho a la pensión, en tanto reúnan los presupuestos establecidos en el régimen de pensiones o jubilaciones de que se trate".
— El tema se las trae porque precisamente por esto de estar haciendo pagos de cesantías a pesar del criterio procurador, la otra Procuraduría, la de la Ética Pública, ya tiene abierta una investigación contra la UNED y contra su auditor interno Karino Alberto Lizano, pues en Recursos Humanos del centro universitario aseguraron desconocer este criterio de que a los puestos interinos no les aplica el derecho y han procedido con los pagos como si nada pasase.
— A Carpio, por otro lado, la cosa le seguirá haciendo ruido, pues ese mentado documento que firmó, justo antes de adelantar su jubilación (se iba a ir a fin de año pero en medio de los cuestionamientos, dejó el puesto a inicios de noviembre) le validó los 20 años de cesantía completos y no hubo criterio de ente procurador, constitucional ni ninguno, que impidiera que el funcionario se fuera con derechos que ya no le estaban estipulados.
— Así es como llegamos a la noticia de ayer y a la Procuraduría de la Ética tallándole los talones al tema, un tema que por cierto, en medio de crisis fiscal, no le cae precisamente bien a las finanzas del país que apenas empiezan a alegrarse por ya ver algo de luz en el túnel del déficit fiscal.
Esta nota es parte del Reporte: Relajo en la UNED mientras Hacienda se permite ser optimista.