— El día de ayer el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE, como el ICE pero con una I adicional y sin huelga) presentó un nuevo estudio del efecto que tendría la reforma fiscal—con base en el texto sustitutivo aprobado en primer debate— y de cómo se distribuiría la carga tributaría si se aprobara el proyecto...
— La investigación, realizada por José Antonio Cordero Peña, Luis Ángel Oviedo Carballo y Rudolf Lücke Bolaños, concluye: “A pesar de la regresividad de los impuestos indirectos, en su conjunto la reforma fiscal propuesta es progresiva”. Eso es clave: en su conjunto.
Dato D+: Para realizar este estudio los investigadores tomaron en cuenta los capítulos de la reforma que tocan el Impuesto de Valor Agregado (IVA) y el Impuesto de Renta.
— Parte de lo que señaló la investigación es que, aunque el IVA es un impuesto regresivo no amplía significativamente la regresividad del actual Impuesto General de Consumo y más bien el aporte total de los hogares de mayores ingresos aumentaría con el cambio al IVA.
— Ahora bien, la conclusión del informe no estuvo libre de críticas por parte de quienes indican que, aunque el decil 1 (el 10% de hogares de menores ingresos) en efecto aportaría menos porcentaje de sus ingresos que el decil 10 (el 10% de hogares de mayores ingresos) lo cierto es que su aporte es mayor que en el caso de 7 de los otros 8 deciles.
— En concreto: el decil 1 aportaría con el plan fiscal un 2.35% de sus ingresos en nuevos impuestos mientras que para los deciles del 2 al 8 el porcentaje fluctúa entre 1.45% y 2.19% —con excepción del decil 5 que aportaría el 3,04%—.
— ¿Por qué sucede esto? La explicación sencilla es también la más obvia —y dolorosa—: los hogares más pobres tienen un ingreso tan bajo (en promedio ¢140.700 mensuales...) que cualquier aumento en los impuestos que tienen que pagar les afecta más que a la mayoría de los otros grupos.
— Así las cosas, aunque la reforma sea globalmente progresiva —que sí lo es, la carga en general, cae en los deciles más altos— también es cierto que no dejaría de tener un impacto inmediato de corte negativo en los sectores más vulnerables.
— Porcentualmente no parece mayor cosa (0.38 p.p.) pero sí es un dato significativo: estamos hablando de alrededor de 18.000 personas que con la reforma estarían quedando por debajo de la línea de la pobreza.
Dato D+: En Costa Rica actualmente un 20,03% de la población vive por debajo de la línea de pobreza, incluyendo un 5.69% que vive por debajo de la línea de pobreza extrema.
— El Gobierno por su parte aseguró que tomaría medidas para mitigar ese efecto, incluyendo otorgar 3.500 pensiones adicionales del Régimen No Contributivo, que saldrían precisamente de lo recaudado por el IVA a la canasta básica… Muy bien eso, pero claramente sigue siendo una cifra que se queda corta frente a los 18.000 recién aludidos.
— Acá es clave entonces rescatar las palabras del buen Leonardo Quijano: “Sería interesante ampliar el plan con medidas de devolución y otros mecanismos de compensación, si este sector —alude a quienes se oponen al plan— no estuviese tratando de traerse el proyecto entero abajo. Cosa que provocaría, por cierto, efectos que SÍ serían profundamente regresivos”.
— ESE es el tango. Ok, si la población más vulnerable va a salir golpeada con el ajuste pero la población más privilegiada es la que más va a poner con el ajuste entonces el Gobierno tiene que encontrar la forma de “apalancar” el golpe al decil #1 devolviéndole...
— “Uno esperaría que el Gobierno asuma en alguna forma la atención de las personas que caen por debajo de la línea de pobreza como resultado de la reforma”, dijo el investigador Cordero Peña y lo secundamos todos.
— Y claro, el tema realmente incómodo de todo esto, sigue siendo justamente que —según la última Encuesta Nacional de Hogares del año pasado— las personas más pobres, son las que más dependen de las transferencias del Estado (becas, subsidios, etc.)... y esas transferencias se verían en peligro ante una crisis fiscal que es a todas luces inminente si no se aprueba la reforma...
— ¿Ya ven por qué es este un tema tan pero tan complejo?
— Así las cosas, el estudio probablemente no logrará ponerle fin a la discusión de la progresividad-regresividad de la reforma —que a veces pareciera más un pleito ideológico que una conversación técnica— ya que quienes aseguran que la reforma es progresiva verán sus datos confirmados mientras que quienes aseguran que es regresiva podrán seguir sosteniendo que el decil más pobre estará aportando más que la mayoría de otros grupos y ambos tendrán su razón.
Esta nota es parte del Reporte: UCR, 2 criterios y un destino; entonces ¿es progresiva o regresiva la reforma?