— En reiteradas ocasiones hemos tratado de prender la luz sobre varios de los múltiples abusos que se han perpetrado en esa especie de república independiente que es el Poder Judicial, de donde hasta hace nada los costarricenses sacaban insostenibles pensiones de lujo heredadas para luego regalarnos frases como “hay gente que trabaja como peón y quieren ganar como magistrado”. #NeverForget

— ¿Recuerdan cuando a finales del 2017 la exdiputada Epsy Campbell trató de poner los focos sobre las plazas “gemeleadas”? Nadie le dio pelota. A nosotros tampoco. Pero esperen que empiecen a sumar las calculadoras y a destaparse las cañerías...

— Por lo pronto, vamos a la noticia del momento. Si ya el prestigio de la Sala III (el más alto tribunal penal de Costa Rica) estaba por los suelos ahora podríamos decir que simple y sencillamente no vale nada. Recordemos que de aquel Titanic de corrupción o ineficiencia (según a quién usted le pregunte mientras la ley lo resuelve) han brincado uno tras otro cada uno de los músicos de la orquesta...

— Eso sí, salvo Celso Piñata Gamboa, a quien hicieron echado para que llevara palo a solas tooodooos los demás van saliendo con sabrosa pensión de lujo en mano.  Como dice el gringo Paer: ¡Qué ricoooouuu!

— Otra salvedad: El Último Mohicano, Jesús Ramírez, todavía no se retira. El magistrado de hule está tranquilo esperando que pasen los dos meses de suspensión para regresar a “trabajar” en lo propio. El barco, tal cual quedó, es completamente suyo. Y lo sabe.

— ¿Y los suplentes? Bueno, por ahí hay de todo. Hoy conoceremos el caso de Rosibel López Madrigal, Jorge Enrique Desanti Henderson y María Elena Gómez Cortés a quienes ayer el Semanario expuso como candidatos al título de carebarros del año merced a una maniobra que les permitió “al suave” cobrar su pensión y además recibir dietas por su trabajo como magistrados. De nuevo, citemos a Paer: ¡Pero qué ricoooouuuU!

— Todo, por supuesto, cortesía de la casa (o bien, de nosotros), como bien lo explica el Sema:

En distintas fechas del 2017, el Poder Judicial contrató a estos tres funcionarios jubilados para que realizaran suplencias y para ello aplicó sucesivos nombramientos de solo un día que se extendían por un mes exacto. Luego, se les hacía una breve pausa de apenas uno, dos o tres días laborales, y se les confeccionaba un nuevo nombramiento”.

— La “movida” permitía VIOLENTAR LA LEY (sí, dentro del Poder Judicial) pues el artículo 63 de la Ley Orgánica del Poder Judicial claramente indica que si una persona jubilada ejerce la suplencia de una magistratura por más de un mes debe suspenderse el goce de su pensión o jubilación.

— ¿El resultado de la fechoría? Cito al Sema:

“En algunos de esos meses, algunos suplentes recibieron más de ₵10 millones (en monto bruto) al sumar el monto de su jubilación y lo que percibieron por dietas”.

Rosibel López (actual presidenta interina de la Sala III) se limitó a decir que “A mí me llamaban, me necesitaban, y yo llegaba”. Y luego: “Se lo garantizo que a mí nunca me han pagado un centavo más de lo que a mí me corresponde, y nunca jamás buscar una estrategia para que me paguen más porque yo gracias a Dios tengo principios y valores. Y tampoco comprometer a alguien, no; más bien, para mí es venir y prestar un servicio”.

— Acto seguido dejó claro que no aspirará a ser magistrada en un puesto definitivo (¡No varas!). Y aquí es donde vemos un patrón que se repite otra vez en la Sala III. 1. Se sospecha o comprueba que un magistrado o magistrada está implicado en comportamientos irregulares o ilegales. 2. Alega que gracias a Dios tiene principios y valores y que no ha hecho nada malo. 3. “Decide” no aspirar a ser nombrado o renombrado...

— Lo triste no es que en Costa Rica no haya vergüenza, lo triste es que mientras este tipo de personajes sigan pensando que viven en un olimpo dentro del cual no les aplica la ley (pues solo ellos mismos la aplican a los demás) nada va a cambiar. ¡Seguirán burlándose del pueblo!

— Por que sí, cuando se trata de delitos de cuello blanco perpetrados desde el corazón del Poder Judicial la que aplica es la histórica “yo no sé qué es corrupción” del ex fiscal general Jorge Chavarría y apague y vámonos. ¡Aquí no ha pasado nada!

— De don Carlos Chinchilla y su salida desgraciada ya nadie se acuerda y probablemente este país piensa que sale más barato pagarle una pensión de lujo que tenerlo adentro de La Casa de los Sustos pero la verdad sea dicha una y mil veces: si a él no le da vergüenza lo que hizo a nosotros, como país, debería mancharnos la cara. ¡Lo elegimos presidente de la Corte!

— Sí, nosotros. Que elegimos a los diputados. Que eligen a los magistrados. Que eligen a su presidente. Que no se nos olvide nunca nuestra responsabilidad, preocupados por si Keylor es titular o no contra un equipo que no sabemos ni pronuciar mientras elegimos a un diputado cuyo apodo es “Rata” y quien le consigue una reelección automática a un magistrado que bien podría compartir ese sobrenombre. ¡Somos corresponsables!

— ¿Es este el sistema que queremos? Pregúnteselo. Una y mil veces. Porque es cierto que hemos (así, con plural inclusivo) logrado muchos cambios en el último año... pero también es cierto que nos faltan muchos más. Si no me cree lea la nota completa. Entienda cómo ha venido funcionando el sistema, por mucho, mucho tiempo. Y sepa que todas y todos lo hemos permitido.

Bonus track: En CR HoyJueza aseguró a diputados que magistrada Julia Varela es parte del “cartel del lobby”.

Hidden trackTSE envía denuncia contra diputada de Restauración que amenazó magistrados de la Sala IV.

Esta nota es parte del Reporte: En Costa Rica nunca nadie tiene culpa de nada ¡somos el país de las coincidencias! del 6 de setiembre.