El más reciente estudio del CIEP (dado a conocer ayer) refleja una ciudadanía confundida, frustrada y desinformada. Aprueba al Gobierno, pero no quiere su continuidad; pide un cambio, pero no encuentra a quién dárselo; nombra los problemas, pero no visualiza soluciones. En general, la fotografía que tomó el CIEP es incómoda y da cuenta de una democracia desgastada, en piloto automático y sin rumbo claro. Evidencia, también, las carencias educativas que acarreamos. Sin ir muy lejos: uno de cada 14 ciudadanos cree que puede votar por Chaves, lo que evidencia un nivel crítico de desinformación básica sobre las reglas del sistema democrático.