Maureen Porras, Valeria Zumbado, María José Cervantes, Danna Araya Morera, Fátima Guevara Mora y Montserrat Venegas Gómez representaron a Costa Rica en Brasil.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025 (COP30) que se realizó en Belém, Brasil, llegó a su fin el pasado 22 de noviembre. En ese espacio ministros, presidentes y altos jerarcas de 190 países se dieron cita para discutir sobre acciones para contrarrestar el impacto del cambio climático.

En la cumbre también hubo espacio para que jóvenes se acerquen a las negociaciones, compartan sus experiencias y vivan desde adentro lo que es y mueve una COP. De Costa Rica, Delfino.cr tuvo la posibilidad de conversar con cuatro mujeres que se hicieron presentes en la cumbre para ampliar su experiencia.

Maureen Porras y Valeria Zumbado

Maureen Porras y Valeria Zumbado, de 27 años, fueron elegidas para representar al Parlamento Joven de Mujeres por el Clima como observadoras dentro de la delegación oficial de Costa Rica en la COP30, el mayor espacio global de negociación climática.

Ambas explican que llegaron a la COP tras un proceso de formación y empoderamiento política dentro del Parlamento Joven, que incluyó capacitación técnica, desarrollo de proyectos de ley, controles políticos y espacios de incidencia en la Asamblea Legislativa.

Como parte final del programa, dos representantes fueron seleccionadas para vivir una experiencia internacional de alto nivel, y la COP30 se convirtió en el escenario ideal para este cierre. Porras dijo:

Venimos a aprender cómo funciona un espacio donde todo se negocia por consenso, a mostrar que las juventudes también somos el presente y que podemos incidir”.

Dato D+: El Parlamento Joven de Mujeres por el Clima tuvo su origen en el 2024, con un primer grupo conformado por 41 chicas, de entre 16 y 30 años de edad, y a la edición de este año se sumaron 49 nuevas integrantes. Esta iniciativa es impulsada por Misión 1.5 con el apoyo de la Embajada de Francia y la Suiza.

Gracias al respaldo del Ministerio de Ambiente y Energía, ambas integraron la delegación oficial tica, lo que les permite ingresar a las salas formales de negociación y aprender directamente de diplomáticos y especialistas con años de experiencia. Porras comentó:

Esta vez la delegación vino como con varias personas interministerial y hemos tenido la oportunidad de aprender de ellas para que en algún momento también nosotras podamos tener la oportunidad de incidir de esta manera".

Durante la primera semana participaron en la agenda de la delegación y durante la segunda colaboraron con Wildlife Conservation Society, dando seguimiento a temas clave como el Objetivo Global de Adaptación, los Planes Nacionales de Adaptación y el programa de mitigación global.

Maureen, politóloga y activista por los derechos de las mujeres en Puntarenas, llegó al tema climático al identificar que su territorio enfrenta múltiples vulnerabilidades socioambientales. Valeria, ingeniera ambiental, trabaja directamente en proyectos de acción climática, lo que le ha permitido conocer en campo las necesidades de las comunidades.

Ambas coinciden en que estar en la COP les permite comprender cómo las decisiones globales se reflejan en el país y por qué Costa Rica toma ciertas posturas, "todo debe construirse por consenso entre más de 190 países”, compartieron.

Las jóvenes también han seguido de cerca los debates de género. Participan en la constituyente de mujeres y género, que emitió un pronunciamiento exigiendo que los acuerdos sobre pérdidas y daños consideren a mujeres, niñas, pueblos indígenas y poblaciones vulnerables.

Además, fueron parte de un panel internacional sobre movilidad y género, donde se evidenciaron retos comunes como la falta de legislación para migrantes climáticos y la limitada participación de mujeres en espacios de decisión.

Ambas destacan que la COP les permite comprender la magnitud del desafío climático, las negociaciones y la formación de posiciones.

María José Cervantes

La costarricense María José Cervantes, de 30 años, participó en la COP30 como representante del World Food Forum (WFF), una plataforma global de la FAO liderada por jóvenes que impulsa políticas, soluciones e iniciativas vinculadas a los sistemas agroalimentarios.

Cervantes forma parte del Youth Policy Board para América Latina y el Caribe, desde donde coordina procesos consultivos, genera recomendaciones de política y lidera la implementación regional de un plan de acción global para mejorar el acceso a financiamiento y fortalecer capacidades de los jóvenes en el sector agrícola.

Su llegada a Belém se dio tras asumir un rol central en la construcción y ejecución del plan de acción del WFF, un trabajo que desarrolla junto a aliados como CATIE, ICA, SICA, CCAD y UNESCO.

Durante la COP30, Cervantes tuvo una agenda intensa: participó en aproximadamente diez eventos,  reuniones bilaterales con socios del programa  y colaboró con la Agenda de Acción Climática de la ONU. Su labor también incluyó representar las voces de los procesos consultivos globales en temas como financiamiento, salud del suelo, transición justa y agricultura sostenible.

Cervantes destaca la importancia de que más jóvenes, especialmente mujeres del Sur Global, participen en estos espacios. Afirma que la acción climática real se define tanto en las negociaciones como en los pabellones, donde se construyen alianzas y proyectos concretos.

Desde su experiencia trabajando directamente con productores en Costa Rica, considera vital que las políticas climáticas respondan a las realidades del campo y apoyen a las juventudes rurales, un sector históricamente olvidado.

Nadie piensa que ya mañana puede que no tengamos hamburguesas, no tengamos su café en la mañana porque no hay jóvenes en el campo, porque nunca se les creó un ambiente habilitador. Por eso estar aquí es importante. Decir que  los jóvenes acá, estamos haciendo tantas cosas, estamos regenerando el suelo, estamos haciendo producción orgánica, porque  ahí es donde queremos ir y si no tenemos políticas habilitadoras, vamos a tener que renunciar al campo".

Para ella, la COP es un espacio que abre los ojos: inspira, conecta y demuestra que las juventudes no solo son el futuro, sino actores esenciales del presente en la transformación de los sistemas alimentarios y la respuesta climática global.

Poder compartir el trabajo que he realizado a través de los diferentes espacios y sentirme inspirada por lo que hacen otras personas también. Para mí es muy valioso recibir esa inspiración. Me llevo muchas cosas para compartir en Costa Rica".

Danna Araya, Fátima Guevara y Montserrat Venegas

Las estudiantes del Colegio Humanístico de Nicoya de 17 años Danna Araya Morera, Fátima Guevara Mora y Montserrat Venegas Gómez, también dijeron presente en Brasil. Ellas viajaron a la COP30 como parte del programa Decarbonize, la iniciativa escolar multinacional  dedicada a la educación climática.

Ellas fueron seleccionadas gracias al destacado desempeño académico y su participación activa en proyectos ambientales.

Decarbonize reúne a cientos de centros educativos de más de 85 países, y cada año su red global de estudiantes elabora un manifiesto internacional con ocho demandas clave para asegurar un futuro sostenible.

Entre ellas, destacan el fortalecimiento de la educación climática, la participación activa de jóvenes en espacios de toma de decisiones y la creación de políticas que respondan a las realidades y preocupaciones de las nuevas generaciones. “Aunque venimos de contextos muy distintos, compartimos la misma preocupación por el planeta. Somos capaces de contribuir al cambio y queremos que se nos escuche”, afirma Montserrat.

Durante la cumbre, Venegas Gómez participó como panelista en tres pabellones internacionales (Canadá, Pakistán y Australia) donde presentó el manifiesto y explicó cómo gobiernos, organizaciones y ciudadanía pueden implementar las propuestas estudiantiles.

Además, colaboró como voluntaria en el Children and Youth Pavilion, apoyando actividades dirigidas a jóvenes de todo el mundo presentes en la conferencia. Ella asegura que compartir con jóvenes de múltiples países la motivó a continuar trabajando por un mundo más sostenible.

Uno de los mayores aprendizajes que tuve en la COP es que no estamos solos en la lucha contra la crisis climática y hay personas alrededor del mundo que también están trabajando duro por construir un mundo mejor".

Agregó:

Tengo la suerte de estar en un colegio en donde de verdad apoyan las iniciativas de proyectos climáticos y los profesores están sumamente comprometidos con la educación climática de los estudiantes, pero no muchos de los estudiantes aprecian el privilegio de tener estos espacios”.

También destacó el valor de ser escuchada como joven en un espacio dominado por adultos y negociadores.

"Como una joven de 17 años en un lugar lleno de personas adultas, profesionales, todos con saco y corbata, es muy fácil sentirse muy pequeña, pero este viaje me enseñó que no hay que tener un saco y una corbata para que la gente te escuche, mientras se este desarrollando lo mejor, no solo para mí, sino para todos como sociedad, hay personas que te van a apoyar, y eso siempre se agradece", cerró.