Tema fue incluido en el primer borrador del texto de la decisión del Mutirão (el paquete de decisiones que ha sido el más esperado en Belém).
A la mitad de la segunda semana de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), la idea de crear una hoja de ruta mundial que acelere el abandono de los combustibles fósiles se convirtió en uno de los principales temas de conversación, pese a no formar parte formal de la agenda de negociación.
La propuesta de un roadmap formaba parte del primer borrador de una decisión denominada Mutirão, que constituirá el núcleo de un paquete político de Belém para impulsar la acción climática multilateral. Sin embargo, una segunda actualización de la propuesta, difundida este viernes, saca a relucir el tema del documento.
El contraste entre los dos borradores llama la atención, principalmente porque el texto del Mutirão se ha convertido en el documento más esperado de la COP, y la hoja de ruta para eliminar progresivamente los combustibles fósiles se ha convertido en la nueva gran expectativa de resultado de la cumbre.
El borrador, dado a conocer la madrugada de este viernes, encendió las alarmas entre países y organizaciones debido a la ausencia casi total de referencias a los combustibles fósiles, a pesar de que la comunidad internacional esperaba una hoja de ruta clara para avanzar en su eliminación. El roadmap cuenta con el apoyo de más de 80 países, según se afirma entre pasillos.
El nuevo texto presentado por la presidencia de la COP30, encabezada por André Correa do Lago, no incluye planes para transitar hacia energías renovables ni para abandonar progresivamente el petróleo, el gas o el carbón.
Se trata de una omisión que contradice los llamados del propio presidente brasileño, Lula da Silva, y de las naciones que respaldan la primera iniciativa.
Información de Climate Home News indica que el Grupo Árabe, así como un grupo de grandes economías emergentes como China e India, el Grupo Africano y Turquía, país anfitrión de la COP31 del próximo año, se manifestaron en contra de incluir lenguaje sobre combustibles fósiles en el texto.
La directora ejecutiva de Greenpeace Brasil, Carolina Pasquali, calificó la modificación como un retroceso grave, señalando que el texto no aporta herramientas reales para cerrar la brecha hacia el 1,5 °C.
“No hay otra opción para los países que rechazarlo y devolverlo a la presidencia para su revisión”, detalló Pasquali.
Cambios
Hasta ayer, la presidencia de la COP30 buscaba que los países aprovecharan el acuerdo alcanzado en la COP28, el compromiso de avanzar hacia el abandono de los combustibles fósiles, para crear hojas de ruta nacionales que orientaran una transición justa y ordenada, incluyendo la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. No obstante, esa propuesta no contemplaba una hoja de ruta global, solo esfuerzos nacionales.
Otras opciones más débiles incluyen simplemente invitar a los países a compartir casos de éxito o incluso no incorporar ningún texto sobre el tema, como sucede ahora.
La idea de crear una hoja de ruta mundial que acelere el abandono de los combustibles fósiles es uno de los principales temas de conversación en la COP30. Crédito: Pixabay.
A inicios de la segunda semana de la COP, la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, mencionó que la cumbre sería una oportunidad histórica para "profundizar en el ejercicio necesario para salir de la dependencia y avanzar hacia el fin de los combustibles fósiles".
“Tal vez, con eso, podamos darles a todos nosotros —productores y consumidores— la oportunidad de construir juntos una especie de arca de Noé; pero ahora no es un arca, sino un mapa del camino hacia donde pueda dirigirse”, comentó la alta funcionaria brasileña.
La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, resaltó que en la COP30 se presenta una oportunidad histórica para “avanzar hacia el fin de los combustibles fósiles". Crédito: Gobierno de Brasil.
A favor y en contra
El presidente de la COP, André Correa do Lago, había mencionado el pasado 18 de noviembre que se necesitaba “mucho trabajo por realizar para contrarrestar las diferencias. La mayoría de los países se muestran muy favorables o lo consideran una línea roja", expresó.
El presidente de la COP, André Correa do Lago. Crédito: Alonso Martínez.
Colombia es uno de los países que lidera a las cerca de 80 naciones en la petición de que se incluya una hoja de ruta para la transición lejos de los combustibles fósiles en el acuerdo final de la cumbre. El apoyo proviene tanto de naciones desarrolladas como en desarrollo, de Europa, África, América Latina y los pequeños Estados insulares.
En medio de este contexto, este viernes 21 de noviembre, Colombia anunció la Declaración de Belém, respaldada por 25 naciones de todo el mundo, con el objetivo de dar un nuevo respaldo político para acelerar la salida global de los combustibles fósiles y presionar a que esto sea incluido en la COP30.
Irene Vélez Torres, ministra de Ambiente colombiana, indicó: “Esta COP no puede concluir sin una hoja de ruta clara, justa y equitativa para la eliminación gradual de los combustibles fósiles a nivel mundial. No pedimos un documento vacío. No pedimos un anuncio vacío. Creemos que existe un consenso creciente entre los pueblos del mundo”.
Los países firmantes reconocen que el petróleo, gas y carbón son la principal causa de la crisis climática y que su eliminación progresiva es indispensable para mantener vivo el objetivo de 1,5 °C.
La declaración pide cooperación internacional, financiamiento y tecnología para garantizar una transición justa, especialmente en países en desarrollo, e insiste en ampliar masivamente las energías renovables, proteger a trabajadores y comunidades dependientes del sector fósil y eliminar subsidios ineficientes. También respalda iniciativas como la conferencia internacional que Colombia organizará en abril de 2026, destinada a trazar una hoja de ruta global para abandonar la industria fósil.
Costa Rica, a pesar de suscribir la movida colombiana, ha estado lejos de ser vocal en el tema durante la COP30. El viceministro de Energía, Ronny Rodríguez Chaves, explicó que el país aborda con mucha cautela la posible hoja de ruta.
El costarricense señaló que el debate global sobre combustibles tiene un trasfondo complejo que trasciende al país, y que involucra tensiones entre los grandes productores y consumidores de petróleo.
El viceministro de Energía, Ronny Rodríguez Chaves, explica que Costa Rica aborda con mucha cautela la posible hoja de ruta. Crédito: Gobierno de Costa Rica.
Aclaró que, en materia eléctrica, Costa Rica está completamente de acuerdo con eliminar el uso del petróleo y sus derivados, algo que ya hizo al emplearlos únicamente como respaldo en casos excepcionales.
Por ello, enfatizó que este no es un tema conflictivo para la delegación nacional y que el país ha sido coherente con lo acordado en la COP28 en Dubái. Sin embargo, Rodríguez Chaves subraya que la propuesta del país es no limitar la discusión únicamente al “phase out” (eliminar gradualmente) o al “transition away” (transición para lejos), sino ir más allá del petróleo y sus derivados, ampliando el enfoque hacia medidas adicionales en agropaisajes, áreas marino-costeras, bioenergía, y gestión de residuos urbanos e industriales.
“Es un tema complejo, pero hablar de eliminarlos de golpe es una locura. Los ecosistemas están diseñados de una manera tal que se ocupa un proceso”, añadió.
El tema de los combustibles fósiles es un asunto políticamente delicado en la historia de las conferencias climáticas. A pesar de que, desde el Acuerdo de París, se produjo un aumento de la inversión en la transición energética, la salida de la industria fósil ha sido un pendiente. En particular, la oposición proviene principalmente de países productores de petróleo como Arabia Saudita e Irán.
Organizaciones consideran que falta ambición
El miércoles, científicos del Planetary Science Pavilion – un espacio dedicado a la difusión de la ciencia en la COP – publicaron una carta en la cual mencionan que “los bosques son vulnerables al cambio climático, lo que provoca sequías más frecuentes e intensas, incendios, olas de calor y conversión del uso del suelo”, y que “cada vez tenemos más evidencia de que los bosques están pasando de sumideros de carbono a fuentes de carbono”. Por eso, hacen un llamado a “cero absoluto de emisiones de combustibles fósiles para 2040”.
Mientras que organizaciones y expertos latinoamericanos reaccionaron con dureza a la nueva versión del texto del Mutirão presentada este viernes en la COP30, acusándolo de retroceder en ambición climática al eliminar toda referencia a los combustibles fósiles y vaciar de contenido la promesa de una transición justa.
Desde la Climate Action Network Latin America, Laura Restrepo calificó como “impactante” que el documento ignore por completo el llamado a abandonar los combustibles fósiles, pese a que la Corte Internacional de Justicia ya los reconoce como la principal causa de la crisis climática.
“Ignorar esta demanda —sostenida por la sociedad civil durante años y ahora respaldada por el tribunal más alto del mundo— no es solo una omisión política: roza el incumplimiento de obligaciones emergentes del derecho internacional”, aseveró.
En Brasil, el Observatório do Clima denunció un golpe aún mayor. Claudio Angelo afirmó que se trata del “mayor retroceso desde Dubái”, señalando que el texto borró toda mención a los combustibles fósiles en los 13 documentos del paquete de Belém. Lo calificó de “inaceptable y desequilibrado”, y advirtió que debe ser corregido si la COP30 quiere mantener credibilidad y responder verdaderamente a la emergencia climática.
Por su parte, Carolina Sánchez, vocera de la Red del Gran Caribe Libre de Fósiles, recordó que apenas hace dos años se reconoció por primera vez la necesidad de discutir seriamente la transición energética y que una verdadera hoja de ruta no saldrá de una sola cumbre, sino de un proceso que puede llevar varios años de negociaciones.
Según Sánchez, un roadmap efectivo debe incluir también indicadores, financiamiento justo y libre de deuda, así como la obligatoriedad de que los países más desarrollados, mayores responsables históricos del calentamiento, avancen más rápido y financien la transición en el Sur Global.
Este reportaje fue producido en el marco del programa de cobertura de la COP30 de Climate Tracker América Latina, con apoyo de Oxfam.




