Más que una simple celebración, la XXV Semana de la Lengua Italiana en el Mundo, que se llevó a cabo del 13 al 18 de octubre de 2025 en Costa Rica, sirve como termómetro para medir la vitalidad de un vínculo cultural profundo.

La edición de este año, bajo el auspicio de la Embajada de Italia, en colaboración con la Asociación Dante Alighieri, la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Nacional, ofreció una serie de actividades culturales y educativas, abiertas y gratuitas, que invitaron a las personas a explorar y disfrutar de la riqueza del patrimonio lingüístico italiano: desde el teatro hasta el cine, de la literatura a la poesía, de la música al canto.

Titulada "Italianofonía: lengua más allá de las fronteras", la Semana italiana también proporcionó una lente ideal para comprender cómo el italiano, en el corazón de América Central, no es solo un idioma extranjero, sino un puente dinámico y vivido. La iniciativa se convirtió en la ocasión para un análisis profundo del estado de salud y la difusión de la lengua italiana en el país, explorando los datos, las motivaciones y los actores que animan este fascinante fenómeno.

Los números de una pasión: quién estudia italiano y por qué

Para captar la verdadera magnitud del italiano en Costa Rica, es esencial integrar los datos cuantitativos con el análisis de las motivaciones cualitativas que animan a los estudiantes.

El cuadro numérico de 2024 ofrece una fotografía significativa: 1,471 estudiantes siguen cursos curriculares en las escuelas públicas, mientras que el mundo académico cuenta con 346, distribuidos entre UCR, UNEP y UNA. A estos se suma la benemérita Sociedad Dante Alighieri, que en 2024 registró 2,850 estudiantes, confirmando su estatus como el principal polo para el aprendizaje del italiano en el país.

La difusión del italiano va de la mano con el creciente deseo de estudiar en Italia: en 2024, alrededor de 200 estudiantes costarricenses se matricularon en universidades italianas, lo que convierte a Italia en el tercer país de la UE de destino de los estudiantes costarricenses, después de España y Alemania. 

Pero, ¿qué motiva a un costarricense a estudiar italiano? Un estudio de 2024 del Profesor Renato Ulloa Aguilar de la Universidad de Costa Rica (UCR) ilumina las motivaciones profundas detrás de estos números.

  • Factores culturales y personales: Las razones predominantes no son de naturaleza utilitaria. Surge con fuerza el "placer y amor por el idioma", el "deseo de viajar a Italia" y el "fascinación por la sonoridad" del italiano.
  • Percepción de la lengua: Más de la mitad de los encuestados define el italiano como un idioma "romántico" y lo percibe como afín al español, un factor que facilita su acercamiento. Otros lo consideran "culturalmente interesante" o de gran "relevancia histórica" en el contexto europeo.
  • Ventajas profesionales: No faltan motivaciones concretas. El conocimiento del italiano mejora las oportunidades laborales, especialmente en los numerosos centros de atención internacional y en multinacionales como Amazon, que busca personal para la redacción de contenidos.

Este fuerte impulso individual, arraigado en una mezcla de pasión cultural y pragmatismo, encuentra terreno fértil en un ecosistema educativo que, a pesar de sus desafíos, trabaja para sostenerlo.

El ecosistema del italiano: una red de instituciones públicas y privadas

La difusión del italiano en Costa Rica no es un fenómeno espontáneo, sino el resultado de un esfuerzo sinérgico entre diversas instituciones que forman un verdadero ecosistema educativo. En el sistema escolar público, el italiano es lengua curricular en 12 escuelas. Su distribución no es casual, sino que tiene raíces en la historia: la mayor concentración se encuentra en el sur del país, en el área de San Vito de Coto Brus, comunidad fundada por emigrantes italianos en los años 50. Aquí, el italiano no es solo una materia de estudio, sino un legado vivo, el corazón histórico de la cultura italo-costarricense.

A nivel universitario, la enseñanza está presente en las tres principales universidades estatales. Sin embargo, la oferta se limita a cursos de nivel básico e intermedio. La ausencia de departamentos de italianística o programas de licenciatura específicos representa un "techo académico" que, como veremos, está ligado a desafíos estructurales precisos.

En este escenario, un papel central lo desempeña la Sociedad Dante Alighieri, la mayor institución cultural italiana existente en el país. Su acción es fundamental porque realiza una excelente y capilar actividad de promoción lingüística y cultural, y es el único ente certificador para el examen de competencia lingüística en italiano (PLIDA). También es una institución reconocida oficialmente como entidad formativa por importantes organismos costarricenses como el CENDEISS y el Servicio Civil.

Desde hace unos meses, la escuela de lengua Progetto Vespucci también actúa como centro certificador para los exámenes de competencia lingüística en italiano (CILS).

Esta red de actores públicos y privados no opera de forma aislada, sino que se beneficia de la coordinación y el apoyo estratégico ofrecido por la diplomacia italiana.

El papel de la diplomacia cultural: apoyo, colaboración y desafíos futuros

La Embajada de Italia en San José actúa como un catalizador, transformando el interés general por la lengua en un sistema más estructurado y sostenible. Las acciones de apoyo son concretas y específicas.

  • Contribuciones financieras: Se otorgan apoyos directos a las cátedras de italiano. Estos fondos son de gran importancia para las escuelas que enfrentan una disminución progresiva de recursos.
  • Provisión de material didáctico: la donación de libros de texto para la enseñanza del italiano, no disponibles localmente, está disponible anualmente para las escuelas públicas costarricenses que tienen el italiano como materia curricular.
  • Diálogo institucional con el MEP, una relación de colaboración fructífera en temas de formación.

Más allá del entusiasmo: los desafíos estructurales

Este diálogo institucional ha permitido identificar con claridad los desafíos prioritarios para consolidar y mejorar la enseñanza del italiano. 

La calidad y la actualización continua de los profesores, todos de nacionalidad costarricense, es el desafío más importante para una enseñanza de calidad de la lengua y la cultura italianas. La Embajada italiana está comprometida a organizar cursos de formación específicos para atender esta necesidad: el próximo curso se llevará a cabo a finales de noviembre con docentes italianos especializados en la enseñanza del italiano para extranjeros.

Cultivar el "hambre" de lengua y cultura italiana más allá de las fronteras

El italiano en Costa Rica es un idioma sostenido por una doble fuerza: por un lado, la genuina pasión de los estudiantes y la dedicación del cuerpo docente; por otro, el compromiso de una red institucional coordinada por una visión diplomática estratégica. Creo que en Costa Rica existe una verdadera "hambre de lengua y cultura italiana", un deseo que trasciende las razones profesionales para tocar las cuerdas del enriquecimiento personal.

A pesar de las dimensiones contenidas del país, los números del estudio del italiano son importantes y testimonian un vínculo arraigado y profundo. Retomando el tema de la Semana de la Lengua, "Italianofonía: lengua más allá de las fronteras", queda claro que el futuro del italiano en Costa Rica reside en la capacidad de continuar alimentando esta pasión. Inversiones específicas, especialmente en la formación de docentes, y una colaboración institucional constante serán las claves para transformar un puente cultural en una infraestructura permanente de diálogo y conocimiento mutuo.

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