En el corazón del sistema educativo costarricense, donde miles de personas entregan sus días a formar generaciones, late también la historia de Jupema. Desde su creación hace 67 años, la Junta de Pensiones y Jubilaciones del Magisterio Nacional ha sido refugio, respaldo y esperanza para quienes consagraron su vida al servicio público y a la educación.
Más que una fecha o un aniversario, nuestro recorrido institucional representa una convicción: cuidar, con responsabilidad y transparencia, los recursos que garantizan el bienestar de quienes educan al país. Detrás de cada pensión hay una vida de trabajo, un aula, un esfuerzo silencioso por construir una sociedad más justa a través del conocimiento. Esas historias son las que dan sentido a Jupema.
A lo largo de las décadas, hemos logrado consolidar una institución sólida, profesional y cercana. Administrar un régimen de pensiones no es solo manejar números o reglamentos; es administrar confianza. Esa confianza se renueva cada vez que una maestra, un conserje, un profesor o una funcionaria del sistema educativo deposita en Jupema sus aportes y su esperanza de, un día, tener acceso a un retiro digno.
En un país como el nuestro, que enfrenta desafíos fiscales, cambios demográficos y profundas transformaciones sociales, la sostenibilidad de los sistemas de pensiones continúa siendo un tema de discusión nacional. Pero Jupema ha demostrado que es posible equilibrar la solidez financiera con la sensibilidad social. Hemos gestionado los recursos del Magisterio con visión de largo plazo, prudencia y más que nada con compromiso ético, siempre priorizando el bienestar de las personas afiliadas y pensionadas.
Hoy reafirmamos nuestra responsabilidad con las nuevas generaciones de educadores, que enfrentan realidades laborales muy distintas a las de décadas anteriores y un entorno económico mucho más exigente. El futuro del sistema de pensiones requiere innovación, educación financiera y adaptación, sin perder de vista el principio que nos guía desde el origen: la solidaridad intergeneracional.
Hablar de pensiones es hablar de dignidad. Para muchas personas jubiladas, la pensión no es solo un ingreso mensual; es el fruto de toda una vida dedicada al país. Defender ese derecho es una responsabilidad colectiva, que trasciende coyunturas y gobiernos.
Por eso, más que conmemorar una fecha, queremos renovar nuestro compromiso: seguir siendo una institución sólida, transparente y humana, que defiende la dignidad de sus afiliados y la estabilidad de su futuro. Porque proteger las pensiones del Magisterio Nacional es, en esencia, proteger la historia viva de la educación costarricense.