Cuidado, no todas las infusiones son seguras durante el embarazo. Descubra cuáles puede tomar sin riesgo y cuáles evitar.

Tres consejos para aplicar hoy mismo:

  1. Elija infusiones comerciales reconocidas, con ingredientes bien identificados.
  2. Consulte siempre con su médico antes de consumir una nueva infusión.
  3. Moderación es la clave: incluso las infusiones seguras pueden causar efectos adversos si se toman en exceso.

Durante el embarazo, muchas mujeres buscan formas naturales de aliviar síntomas como las náuseas, la hinchazón o la ansiedad.

En este contexto, las infusiones de hierbas se presentan como una opción atractiva: no contienen cafeína, ofrecen propiedades relajantes y, en algunos casos, aportan nutrientes importantes.

Sin embargo, no todo lo que es «natural» es automáticamente seguro para las embarazadas. Algunas infusiones pueden tener efectos adversos sobre el útero, alterar hormonas o incluso aumentar el riesgo de parto prematuro.

Por eso, es fundamental informarse bien antes de incorporar cualquier té o infusión a la rutina durante esta etapa tan delicada.

¿Por qué hay dudas sobre las infusiones en el embarazo?

Muchas personas creen que beber infusiones herbales es una forma segura de mejorar la salud durante el embarazo. Y aunque algunas hierbas sí pueden ofrecer beneficios, la verdad es que la evidencia científica sobre el uso seguro de muchas de ellas es limitada.

Por esta razón, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recomienda tener precaución con su consumo durante la gestación.

El mayor riesgo está en:

  • Infusiones no comerciales (preparadas en casa sin control de concentración de ingredientes)
  • Tés promocionados como “detox”, “adelgazantes”, “limpiadores” o con efectos medicinales.
  • Mezclas herbales con ingredientes que pueden afectar el útero o interferir con hormonas.

Infusiones que probablemente sean seguras durante el embarazo

Aunque cada cuerpo es diferente y lo ideal es consultar siempre con un profesional. Algunas infusiones tienen un perfil más seguro según la evidencia disponible son:

Hojas de frambuesa roja

  • Rica en hierro, fortalece el útero y puede ayudar en la producción de leche.
  • Tradicionalmente se ha usado para facilitar el trabajo de parto y reducir náuseas.
  • Precaución: Debido a sus beneficios para el trabajo de parto, su uso durante el primer trimestre es controversial. Por lo tanto, si se desea consumir antes del segundo trimestre, es importante consultar con un médico o partera.

Hojas de menta

  • Conocida por aliviar gases, acidez y náuseas (incluyendo las matutinas).
  • Es una opción segura y calmante si se consume con moderación.

Melisa (lemon balm)

  • Usada tradicionalmente para reducir la ansiedad, el insomnio y la irritabilidad.
  • Considerada segura en dosis moderadas.

Infusiones que conviene evitar

Varias infusiones pueden tener efectos secundarios en el embarazo. Algunas interfieren con el útero o tienen propiedades que podrían inducir contracciones. Otras simplemente no han sido suficientemente estudiadas.

  • Cohosh azul y negro, dong quai: Pueden afectar la salud uterina y desencadenar contracciones.
  • Regaliz (licorice root): Puede aumentar el riesgo de parto prematuro.
  • Manzanilla, alfalfa, yellow dock: Su seguridad es dudosa, y algunos estudios sugieren posibles riesgos.
  • Ortiga (nettle leaf): Aunque rica en vitaminas A, C, K, hierro y calcio, ha sido catalogada como posiblemente insegura. Se debe consultar antes de consumirla.
  • Rosa mosqueta (rose hip): Contiene vitamina C, pero no hay suficiente información sobre su seguridad en embarazadas.

¿Cuáles tés son seguros si no contienen cafeína?

Las versiones descafeinadas de tés tradicionales como el té negro o verde pueden ser seguras si se consumen con moderación. Aun así, es clave revisar si contienen otras hierbas añadidas.

La regla general es:

  • Evitar infusiones no comerciales (las caseras pueden ser muy concentradas).
  • Revisar las etiquetas de las infusiones comerciales para detectar ingredientes riesgosos.
  • Evitar las infusiones que prometen “desintoxicar”, bajar de peso o tratar trastornos hormonales.

Finalmente, recuerde que siempre vale la pena consultar con su ginecólogo, obstetra o farmacéutico de confianza.