Tenemos la dicha de contar con un ciclotrón en la UCR. Según el diccionario de la Real Academia Española un ciclotrón es un “acelerador circular que imprime a partículas subatómicas cargadas un movimiento en espiral cada vez más rápido con el fin de que sirvan como proyectiles para bombardear núcleos atómicos.” La aceleración se produce por campos electromagnéticos que dotan a las partículas de altas energías.

Fue inventado en 1929-1930 por Ernest Lawrence, un joven profesor de física de la Universidad de California en Berkeley. Como graduado de esa querida universidad no puedo dejar de nombrarlo. Sin entender mayor cosa, entonces ni ahora, como estudiante admiraba a la distancia en las colinas al final del campus de Berkeley el laboratorio que el profesor Lawrence había construido, y que después de su muerte fue denominado Lawrence Berkeley National Laboratory. En 1939 el Profesor Lawrence recibió el Premio Nobel de Física por su invento del ciclotrón.

El Organismo Internacional de Energía Atómica nos indica que estos aceleradores de partículas: “… se emplean para producir radioisótopos, que a su vez se usan para fabricar un tipo de medicamento, llamado `radiofármaco`, con el que es posible diagnosticar y tratar cánceres. Existen más de 1500 centros de ciclotrones en el mundo.”

Pues bien, antes de 2022 no había ninguno en Costa Rica. Ahora contamos con una instalación que está a la vanguardia de la tecnología. En Centroamérica solo hay un ciclotrón en Panamá y la instalación que se realizó por parte de la UCR es de una calidad de la cual no hay muchos en América Latina.

El aporte de la UCR consiste en un edificio y su equipamiento en el que opera un ciclotrón, un tomógrafo por emisión de positrones (PET) y una operación de tomografía computada (CT).

Estos equipos se dedican tanto a la investigación y a la docencia propias de la UCR, como a la atención de pacientes ya que la UCR establece un servicio de venta de diagnósticos y control de tratamientos.

Conozco que se da una investigación referente a los procedimientos empleados para la construcción de esa instalación, pero esa no es materia de este artículo.

Desde mis tareas en el gobierno el tema del cáncer ha sido muy importante. Lorena se dedicó con la ayuda de un grupo de maravillosos médicos a promover la detección temprana para permitir la cura de los cánceres de mama y cervicouterinos que tanto dolor y muerte causan a las mujeres, con extraordinarios resultados internacional y localmente reconocidos.

Junto con el Ministro de Salud mi querido amigo el doctor Rogelio Pardo (q.d.D.g.) pusimos enorme empeño en el establecimiento del Instituto del Cáncer para lo cual obtuvimos colaboración de Canadá, y para su construcción dejamos terreno, planos y más de 50 millones de dólares. Desdichadamente por celos profesionales y políticos después se descarriló ese proyecto, con grave perjuicio para todas las generaciones que desde hace más de 20 años han carecido de esas instalaciones que a tantos pacientes y a sus familias habría podido atender, detectando, curando y ofreciendo cuidados paliativos para sus enfermedades.

Ya en mis últimas décadas de vida el cáncer me ha atacado en mi familia cercana. De esa enfermedad murió un hermano y una cuñada muy, muy queridos, y la sufren hoy Lorena y dos sobrinos muy queridos.

Ciertamente eso me ha dado mucha sensibilidad sobre la maravillosa actividad de médicas, enfermeros, personal de salud y auxiliares en hospitales y otras facilidades de salud que atienden a pacientes con cáncer.

Y también sobre las carencias.

Por eso me ha interesado el tema del ciclotrón.

Fue construido en 2022 e inició sus funciones. Produce radiofármacos, o sea medicamentos radioactivos. Inicialmente se enfocó en los que se elaboran a base de glucosa (azúcar) y se utilizan para diagnosticar y dar seguimiento a los tratamientos de la mayor cantidad de cánceres, un 80% de los que se pueden desarrollar en el cuerpo humano.

En este laboratorio con los radiofármacos que allí mismo se producen y que se usan como contraste, se realizan los estudios conocidos como PET/CT.  El equipo para efectuar los PET/CT instalado en la UCR se asocia con la última tecnología a nivel mundial y permite visualizar tumores desde 4 milímetros, lo que hace posible dictaminar con prontitud y precisión los casos de cáncer.

Además, con este laboratorio ciclotrón se puede dar seguimiento a los tratamientos que los oncólogos determinan, para confirmar resultados, conocer los avances y evitar continuar con tratamientos que ya no son necesarios, o buscar diferentes alternativas según los resultados que se van dando en cada paciente.

Pero para poder dar un uso en mayor cantidad de enfermedades y para mayor cantidad de pacientes a este importante avance tecnológico que ha hecho el país se requiere terminar con trámites de aprobaciones del Ministerio de Salud y con contrataciones entre la UCR y la CCSS.

Después de más de un año se logró la aprobación por parte del Ministerio de Salud del radiofármaco necesario para atender los cánceres de próstata que no responden adecuadamente al radiofármaco que hoy día produce el ciclotrón a base de glucosa. Pero todavía faltan permisos de salud para la operación del ciclotrón para ese medicamento.

Las instalaciones con un solo turno se podrían utilizar en muchos casos más de los que hoy se atienden, si se termina la contratación entre entes públicos, la UCR y la CCSS para la atención de pacientes de nuestra seguridad social. Ni que decir con dos o tres turnos.

Con una mayor utilización de este avance tecnológico los pacientes que sufren esta grave enfermedad podrían gozar de mejores diagnósticos y tratamientos.

Y no solo eso. Con un mayor uso del ciclotrón el costo de sus servicios podría disminuir, con gran ventaja para pacientes de la seguridad social y de la medicina privada.

Ciertamente es muy necesario que opere el sistema de supervisión del estado en aprobación de medicamentos y de laboratorios especializados.

Ciertamente es muy necesario que la contratación entre entes públicos que gozan de un proceso privilegiado se ajuste a las regulaciones que protegen la actividad estatal y evitan la corrupción.

Pero hacerlo en plazos cortos es también indispensable para hacer buen uso de los bienes estatales y dar mejor servicio a los ciudadanos, especialmente en un caso como este que permite atender a las personas que padecen una enfermedad cuyos tratamientos son muy caros y que solo mediante la seguridad social pueden estar al alcance de la mayor parte de las personas.

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