El editorial de La Nación del 18 de mayo destaca que el modelo de zonas francas –muy asociado a la inversión extranjera directa– ha traído importantes beneficios al país: mejores técnicas de producción, acceso a conocimientos, nuevas tecnologías y, claro, más empleos y buenos salarios. Todo esto ha sido posible gracias a la construcción de una plataforma de apoyo basada en incentivos, una robusta propuesta de valor, atención institucional dedicada y servicios de clase mundial.
En contraste, el resto del sector productivo –o régimen definitivo– no cuenta con las mismas capacidades de crecimiento, en gran medida porque no dispone de una atención similar por parte de las autoridades. Así, contamos hoy con una economía dual: un sector altamente dinámico y otro rezagado. El reto es incentivar a las empresas del régimen definitivo –un 85% del PIB– para que sean más productivas con el fin de generar más buenos empleos y oportunidades de progreso para las familias costarricenses.
Mejorar el clima de negocios para las empresas del régimen definitivo debe ser una prioridad del próximo gobierno. El desafío consiste en nivelar la cancha mediante la eliminación de sesgos, la superación de barreras y el ofrecimiento de esta plataforma de negocios para que todas las empresas, sin importar el régimen, origen y región donde operan, puedan competir eficazmente.
Nuestra visión es ambiciosa, pero realista. No apostamos por fórmulas mágicas, sino por una visión de primer mundo y un conjunto de políticas que liberará el potencial productivo del país.
1. Un país menos caro
Para empezar, el país debe ser menos caro para producir. Acogeremos la recomendación de la OCDE de eliminar las cargas sociales que no financian la CCSS ni el ROP. De la carga patronal actual (26,67%), se eliminará el 7,25% que corresponde a recaudación para otras instituciones del Estado, las cuales se financiarán a través de la recaudación tributaria ordinaria. Esta medida busca promover la creación de empleo y reducir el costo de la formalización laboral. Además, impulsaremos la apertura del mercado eléctrico con el fin de fortalecer la seguridad energética y reducir el costo al consumidor final.
2. Un país donde sea más fácil producir
Ejecutaremos plenamente la Ventanilla Única de Inversión para que cubra todos los trámites, instituciones y servicios que ofrece el gobierno en todos sus niveles. Y digitalizaremos todos los servicios públicos para el sector productivo. Adoptaremos el principio de "silencio positivo" para un conjunto definido de procedimientos administrativos relevantes para la inversión, estableciendo plazos máximos de respuesta. Promoveremos la armonización regulatoria con socios comerciales estratégicos, facilitando el reconocimiento mutuo de estándares, certificaciones y procesos de evaluación de conformidad, especialmente en agroquímicos, medicinas e insumos. También combatiremos prácticas anticompetitivas y avanzaremos en un plan agresivo de eliminación de regulaciones que atentan contra la facilidad de hacer negocios.
3. Un país con oportunidades para todos
Fortaleceremos la articulación entre la educación técnica, el desarrollo de habilidades en ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas y las necesidades del sector productivo. Con recursos del INA y apoyo del sector privado, implementaremos un ambicioso programa nacional de certificaciones para jóvenes en áreas de tecnología, como vía rápida de empleabilidad y sofisticación del capital humano. También promoveremos la transformación de colegios diversificados en colegios técnicos, según la demanda del sector privado de su zona. Atraeremos talento global con políticas para científicos, nómadas digitales y capital humano calificado.
4. Un país conectado
Impulsaremos modelos de alianza pública-privada para cerrar brechas de infraestructura clave, incluyendo habilitar un nuevo puerto en el Pacífico. Profesionalizaremos la gestión de concesión de obra pública mediante una Agencia Nacional de Infraestructura que pueda presentar proyectos atractivos para su financiamiento, especialmente a operadoras de pensiones. Fomentaremos la creación de más parques industriales fuera del GAM bajo modelos mixtos público-privados. Además, desplegaremos completamente la red 5G de telecomunicaciones.
5. Un país con alfombra roja para quien produce
A partir del modelo exitoso de PROCOMER, crearemos una plataforma de apoyo empresarial a todas las empresas del país. Escalaremos el programa Descubre de PROCOMER como pilar fundamental para la diversificación y sofisticación de las exportaciones, particularmente en la agricultura y agroindustria. Y desarrollaremos un programa de apoyo a nuevos emprendimientos asociados a actividades productivas que operan en zonas francas, como las ciencias de la vida y servicios empresariales, favoreciendo así la creación de ecosistemas productivos mixtos (empresas extranjeras y nacionales), tal y como han hecho con éxito naciones como Irlanda. Para ello, estableceremos el Fondo Impulso Global (FIG) con un capital inicial de $40 millones –financiado por el fideicomiso de PROCOMER más aportes del SBD, INA e INDER– que será igualado por contribuciones del sector privado mediante un esquema de coinversión, para financiar startups de base tecnológica con potencial exportador.
Una Costa Rica próspera para todos
La propuesta que delineamos representa un compromiso con el futuro económico de Costa Rica. Es una visión integral que reconoce nuestras fortalezas históricas y enfrenta con determinación los desafíos del siglo XXI. El modelo de desarrollo adoptado en las últimas décadas ha generado importantes beneficios, especialmente en ciertos sectores y regiones. Llegó la hora de expandir las oportunidades para que lleguen a todos los rincones del país y a todos los sectores productivos.
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