La puntuación de un país en el índice está estrechamente relacionada con su capacidad para atraer capitales extranjeros.
Costa Rica se posicionó en el tercer lugar de Latinoamérica y el Caribe en el Índice de Oportunidad Global 2025, elaborado por el Milken Institute, el cual pretende proporcionar un parámetro para evaluar el potencial de 116 países de todo el mundo para atraer inversiones extranjeras.
Según señala el informe, este índice “refleja aspectos económicos, financieros e institucionales clave de cada país, los cuales determinan la predisposición de las empresas para invertir y operar en su territorio. Por lo tanto, la puntuación de un país en el índice está estrechamente relacionada con su capacidad para atraer capitales extranjeros”.
El informe explica que el índice hace un seguimiento del potencial de inversión relativo de los países, tomando en cuenta las principales políticas comerciales, jurídicas y normativas clave que afectan a las entradas de capitales extranjeros, para lo cual compara los países en cinco categorías:
- La percepción comercial mide la facilidad para hacer negocios, hacer cumplir los contratos y resolver la insolvencia.
- Las bases económicas representan el panorama macroeconómico del país, la especialización de la fuerza laboral y los factores que influyen en la capacidad de mantener un crecimiento resiliente y sostenible.
- Los servicios financieros evalúan la profundidad y la amplitud del sistema financiero y el acceso a la financiación.
- El marco institucional examina la estabilidad y la transparencia de las instituciones del país y su capacidad para garantizar los derechos de los inversionistas.
- Las normas y políticas internacionales determinan la integración de un país dentro de la comunidad internacional y el cumplimiento de los estándares normativos internacionales
El índice ubica los países en puestos que van de 1 (condiciones de inversión más atractivas) al 116 (condiciones de inversión menos atractivas), para el caso de Costa Rica, a pesar ocupar en el tercer lugar regional, en la valoración global lo coloca en el puesto 47.
Por categoría, la mejor posición para el país fue en las “bases económicas”, en la cual ocupó el puesto 18, 4 puestos menos que en el informe anterior. Al respecto el informe destaca que esta posición se dio gracias al fuerte crecimiento postpandémico y coloca al país “por encima de economías avanzadas como Canadá, Dinamarca y Finlandia”. Adicionalmente, el informe señala:
En la subcategoría de entorno de crecimiento a futuro del índice, la que mide el potencial de crecimiento resiliente y sostenible de cada país (...) Costa Rica y Uruguay llevan la delantera en la región. Ambos países se benefician de sus vastos recursos naturales y de contar con una sociedad relativamente igualitaria, como lo demuestra el alto porcentaje de puestos gubernamentales ocupados por mujeres”.
En la categoría de “marco institucional” el país ocupó la posición 40, dos puestos menos que en 2024, lo cual es calificado como un “caso atípico positivo al ubicarse significativamente por encima del promedio de las economías homólogas”, mientras que en la categoría de “normas y políticas internacionales” Costa Rica ocupa el puesto 46, 26 puestos más arriba que en la medición previa.
Finalmente, las dos categorías con las puntuaciones más bajas para el país fueron 'servicios financieros' y 'percepción comercial'. En estas, Costa Rica ocupa las posiciones 60 y 73, respectivamente. Aunque el informe no detalla las razones de estas posiciones, en ambos casos el país subió cuatro puestos en comparación con la medición del año anterior.
El informe del Índice de Oportunidad Global de 2025 se centró en las economías de América Latina y el Caribe, destacando que en los últimos tres años la región ha sido un destino prominente para el capital extranjero y tiene una sólida base de trabajadores altamente calificados y abundantes recursos naturales. Sin embargo, el informe advierte:
La región enfrenta importantes desafíos que afectarán su capacidad para sacar provecho de las condiciones favorables. La tasa de crecimiento estimada para América Latina y el Caribe en 2024 fue la más baja de todas las regiones, lo que es un reflejo de la persistente desigualdad, altos impuestos y reglamentaciones gravosas que limitan el crecimiento".
Adicionalmente, el informe concluye que "la región sigue siendo un destino atractivo para los inversionistas extranjeros que buscan un alto potencial de crecimiento", pero advierte que "a medida que la baja de las tasas de interés alivia la situación de los hogares y sienta las bases para una mayor actividad económica tanto en las economías avanzadas como en otras economías emergentes y en desarrollo, América Latina y el Caribe están en una encrucijada. Como tal, la presencia o falta de habilidad de los países de América Latina y el Caribe de fortalecer sus instituciones y reducir cargas burocráticas podría resultar determinante en su capacidad para seguir prosperando y atrayendo capital extranjero en los años que vienen".