Los países en desarrollo no están a la altura, advierte el informe sobre las inversiones en el mundo 2025 de la Unctad. La economía digital se ha convertido en un motor aún más importante del crecimiento económico mundial, pero una alta concentración de inversión corre el riesgo de dejar rezagadas a muchas economías en desarrollo, según la Organización de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).

La inversión extranjera directa (IED) global en nuevas inversiones en la economía digital casi se ha triplicado, pasando de 131.000 millones de dólares en 2020 a 360.000 millones de dólares en 2024, según el último Informe Mundial sobre las Inversiones (WIR) de la Unctad, publicado el 19 de junio. Sin embargo, la inversión digital en el mundo en desarrollo se ha concentrado en gran medida en unos pocos países, principalmente en Asia, según señala también el último WIR.

Proporción de la IED en nuevos proyectos en la economía digital entre 2020 y 2024

Fuente: elaboración propia con datos del WIR, 2025

Casi el 80% de los 531.000 millones de dólares de IED en nuevas inversiones anunciadas en la economía digital en el mundo en desarrollo se destinó a tan solo 10 países entre 2020 y 2024. Estos países fueron, en orden descendente: India, Malasia, Indonesia, Singapur, Vietnam, México, China, Brasil, Arabia Saudita y Tailandia.

El desarrollo de la economía digital es extremadamente desigual, señala el informe de la Unctad, que añade que las tecnologías digitales emergentes ofrecen importantes oportunidades para el desarrollo económico mundial. Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), persiste un déficit de inversión en infraestructura digital de al menos 1,6 billones de dólares, principalmente en los países en desarrollo.

En la nueva ola de transformación digital impulsada por la inteligencia artificial, el big data y la computación en la nube, la brecha digital no se ha reducido, sino que se ha ampliado, señala el informe de la Unctad, que añade que la IED es un componente fundamental para reducir la brecha digital mundial y la consiguiente brecha de inversión en infraestructura. En 2024, solo el 27% de la población de los países de bajos ingresos tenía acceso a internet, en comparación con el 93% de la de los países de altos ingresos, según la ITU.

Los países menos adelantados (LDC) son los más expuestos a esta creciente brecha digital, ya que la inversión se ve obstaculizada por diversas barreras, como los altos riesgos de inversión y los altos costos de capital. La mayoría de los LDC aún no se han beneficiado de las tendencias al alza de la IED en la economía digital. Las empresas tecnológicas también han cobrado mayor relevancia entre las 100 mayores multinacionales, en función de sus ventas en el extranjero, activos y empleo, lo que continúa una tendencia a largo plazo hacia una IED con pocos activos. Tan solo cinco empresas representan actualmente la mitad de las ventas totales de las 100 principales multinacionales, y la mayoría de las 20 principales empresas digitales provienen de Estados Unidos y China.

Si bien este cambio podría generar nuevas oportunidades para las economías en desarrollo, como los centros de datos, la expansión internacional de las multinacionales digitales depende no solo de la disponibilidad de infraestructura, sino también del acceso al conocimiento, las competencias digitales y los ecosistemas propicios. Esta es la razón por la que la inversión digital sigue concentrándose en unos pocos países en desarrollo.

Gran parte de la inversión internacional de las empresas multinacionales digitales también se centra cada vez más en los servicios. Si bien es esencial para la economía digital, la IED en servicios digitales y centros de datos tiene menos potencial de crear empleo e impacto directo en el desarrollo que la IED tradicional en sectores industriales. Sin inversión en competencias y gobernanza digital, muchos países corren el riesgo de quedar al margen de la economía digital. Para atraer IED a la economía digital, la Unctad sugiere que los países en desarrollo fortalezcan la infraestructura, la conectividad y las competencias digitales, y establezcan un marco político sólido. Se debe intensificar la labor para eliminar los obstáculos a la inversión extranjera y aprovechar mejor la IED digital.

Las tensiones comerciales y la incertidumbre política también han afectado la confianza de los inversionistas, lo que ha llevado a la Unctad a presentar una perspectiva negativa para la inversión internacional en 2025. Si bien los aranceles han dado lugar a algunos anuncios de proyectos de inversión destinados a reestructurar las cadenas de suministro en los sectores manufactureros, su principal efecto ha sido un drástico aumento de la incertidumbre de los inversionistas, se lee en el informe de la Unctad.

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