¿Pesado? Desde que era ministro.
¿Bebedor? Dicen que disfruta mucho del vino tinto.
¿Enfermazo? Algunas lo han acusado.
Ese para muchos es el personaje público de Chaves. Ahora, para otro gran número de costarricenses, don Rodrigo es otra cosa. ¡Y es que el presidente Chaves tiene muchos seguidores!
¿Entonces, cuál es la razón del carisma de un personaje que, de entrada, no parece atractivo?
La primera impresión es que el señor Chaves entiende la “chota” y el papel que el humor y la risa juegan en nuestro discurso cotidiano para evadir la realidad.
Solo así uno puede entender los recientes comentarios sobre el olor a Cofal, que puede estar dejando de otro miembro de los Supremos Poderes. Porque la primera reacción que tuvimos muchos al oír ese comentario fue la de reír, sea eso lo correcto o no.
Las personas conforme envejecemos ganamos y perdemos olores, eso no parece ser un tema nuevo. Pero esta verdad como todas, no deja de ser incómoda, y por lo tanto, se evita.
El presidente lo sabe, y aunque él también está cerca de poder viajar gratis en bus, explota los olores de la edad adulta para su beneficio. Algunos se ofenden, muchos se ríen, pero todos vuelven a ver.
Así entre risas, los ticos vamos olvidando lo realmente importante de la semana, evitando la realidad. Chaves Robles entiende que en un mundo de distracciones, cada segundo cuenta, y lo que la gente recuerda al final de su día, no siempre es lo importante.
Entre los que se ofenden, muchos dicen que un presidente no debería actuar así. Puede tengan razón, pero el señor Chaves lo está haciendo y además de servirle como distractor, lo ayuda electoralmente al ponerlo en la vista de sus seguidores.
Esto molesta a muchos de sus rivales políticos, quienes en lugar de enfrentar al presidente usando sus términos, parecen creer que si cierran sus ojos y lo desean con mucha fuerza; podrán hacer que la política vuelva a ser como antes, y los seguidores de Chaves lo rechacen en masa. De momento, esta política basada en pensamiento mágico, no parece estar dando mucho resultado. ¡Pero eso no es culpa del presidente!
Su forma de hacer política podrá molestarle a sus críticos, pero Rodrigo Chaves Robles entiende bien que un político, igual que quien se dedica a la comedia, solo se debe a su público.
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