El abandono de personas mayores es un problema social complejo que puede deberse a diversas causas y factores interrelacionados. Lo vivimos en Costa Rica a diario y con causas tan diversas, así como crudas, entre ellas: dificultades socioeconómicas, cambio de en las estructuras familiares, enfermedades crónicas y discapacidades, falta de educación y conciencia social, discriminación por edad y marginación, problemas de salud mental.

Es importante mencionar que todas estas causas no justifican de ninguna manera el abandono de las personas mayores. Por esa razón, todos, gobiernos y la sociedad en general tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que las personas mayores sean valoradas, respetadas y cuidadas. No obstante, nuestro Código Penal considera el abandono de una persona adulta mayor como un delito y pueden incluir multas, prisión, o una combinación de ambas.

La privación de libertad puede parecer una respuesta natural a los actos ilegales, su efectividad y apropiación pueden depender del contexto y de la naturaleza del delito. Incluso, en nuestra sociedad actual, tendiente a prejuzgar sin mayor análisis, puede resultar una opción atractiva.

Cito textualmente el Artículo 142 bis penal.“A quien teniendo la obligación de cuidar abandone a una persona adulta mayor en estado de vulnerabilidad, se le aplicará la pena de diez a cien días multa o de uno a seis meses de prisión. La sanción será de seis meses a tres años de prisión, si a consecuencia del abandono se pone en peligro la vida, la salud física, mental o social de la persona adulta mayor, siempre que no esté más severamente penado. Si resultara grave daño en el cuerpo o en la salud de la persona adulta mayor, la pena será de tres a seis años de prisión. Si a consecuencia del abandono ocurriera la muerte de la persona adulta mayor, será sancionado con una pena de prisión de seis a diez años, siempre que no esté más severamente penado”.

El razonamiento detrás de estas penalizaciones es que las personas en estado de vulnerabilidad, como los adultos mayores o las personas con discapacidades, tienen derecho a ser protegidas. Abandonar a estas personas puede poner en peligro su salud, seguridad y bienestar, lo cual es un acto irresponsable y peligroso.

La perspectiva sobre si es correcto o incorrecto penalizar con cárcel este tipo de abandono puede variar dependiendo del punto de vista de cada persona. Aquí están algunos argumentos en ambos lados:

a)   A favor de penalizar con cárcel: Este argumento se basa en que es necesario castigar a las personas que abandonan a personas incapaces para disuadir a otros de cometer el mismo delito, así como para castigar a los infractores y asegurar la justicia para las víctimas.

b)   En contra de penalizar con cárcel: Algunas personas pueden argumentar que la cárcel no necesariamente soluciona el problema subyacente. Por ejemplo, una persona que abandona a un familiar mayor debido a dificultades económicas puede no ser ayudada por un castigo de prisión. En cambio, argumentan, sería más útil proporcionar recursos y apoyo a las familias para prevenir el abandono en primer lugar.

Aclaro, lo anterior son solo dos perspectivas. Pero, - siempre voy a añadir un pero-, vale la pena señalar que cualquier enfoque legal debe ir acompañado de políticas sociales y sanitarias que ayuden a prevenir el abandono de las personas vulnerables en primer lugar. Y por eso en lo personal, creo que la cárcel no es la solución del problema.

La prisión, en lugar de ser una solución efectiva para el problema del abandono de personas mayores, puede simplemente ser una respuesta punitiva que no aborda las causas raíz de la situación, ¿porque lo digo?, aquí algunas razones:

a)   Ineficacia de la prisión para disuadir el delito: Algunas personas sostienen que encarcelar a alguien por un delito no siempre lo disuade de volver a cometer el mismo delito una vez que es liberado. La reincidencia es un problema común en los sistemas de justicia penal de todo el mundo, lo que indica que la prisión puede no ser efectiva para cambiar el comportamiento delictivo.

b)   La prisión puede exacerbar las dificultades económicas: Para aquellos que abandonan a las personas vulnerables debido a las dificultades económicas, la prisión puede empeorar su situación financiera. Perderán cualquier ingreso que estén ganando y, cuando salgan de la cárcel, pueden tener dificultades para encontrar trabajo debido a su historial penal. Esto puede aumentar la posibilidad de que abandonen a personas dependientes de nuevo en el futuro.

c)   La falta de recursos y apoyo a menudo es la causa del abandono: En muchos casos, el abandono se produce porque los individuos o las familias no tienen los recursos o el apoyo necesarios para cuidar a una persona dependiente. Esto puede ser especialmente cierto en el caso de las personas mayores con problemas de salud a largo plazo. En lugar de castigar a estas personas con la prisión, sería más útil proporcionarles acceso a servicios de apoyo, como cuidado de la salud asequible, programas de asistencia financiera y servicios de cuidado a domicilio.

d)   Enfoque en soluciones preventivas: Los defensores de esta perspectiva argumentan que los esfuerzos deben centrarse en prevenir el abandono en lugar de simplemente castigarlo. Esto podría incluir la educación pública sobre los derechos y las necesidades de las personas mayores y discapacitadas, y la promoción de una cultura de respeto hacia estas personas. También podría incluir medidas para proporcionar apoyo a las personas que cuidan de familiares mayores o discapacitados, como la formación, el apoyo emocional y la ayuda financiera.

Termino aquí. La privación de libertad puede ser una respuesta natural a los actos ilegales, pero puede no ser la mejor respuesta para el abandono de personas adultas mayores. Las razones: encarcelar a alguien no soluciona estos problemas subyacentes; encarcelar a un familiar -cuidador - que ya está lidiando con dificultades económicas y estrés puede empeorar su situación, haciendo más difícil que puedan proporcionar cuidado en el futuro. En definitiva, podría exacerbar el problema; el encarcelamiento es costoso y puede drenar recursos que podrían utilizarse para programas de prevención, educación y apoyo que pueden ser más efectivos para prevenir el abandono; encarcelar a la persona que abandonó a un ser querido puede no ser en el mejor interés de la víctima, especialmente si esa persona era su principal cuidador. En lugar de eso, podría ser más útil proporcionar a la víctima servicios de apoyo y buscar formas de educar y ayudar al cuidador. Con esto digo que no estoy a favor de las situaciones de violencia que sufren los mayores, lo que estoy argumentando es que, en el caso del abandono de personas vulnerables, puede ser más beneficioso considerar enfoques alternativos que aborden las causas subyacentes y proporcionen apoyo tanto a las víctimas como a los cuidadores.

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