La Iglesia sabía de los abusos desde 1982, pero encubrió el caso.

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra y de la Comunión Anglicana global, renunció el martes tras una investigación que determinó que no informó a la policía sobre abusos físicos y sexuales cometidos por un voluntario en campamentos cristianos en cuanto tuvo conocimiento de ellos.

La Asamblea de la Iglesia de Inglaterra publicó el jueves los hallazgos de la investigación, desatando críticas sobre la falta de rendición de cuentas en los niveles más altos de la institución. Welby asumió la responsabilidad en un comunicado, donde dijo que debía responder tanto personal como institucionalmente por el largo período, desde 2013 hasta 2024, en el que las víctimas continuaron esperando justicia.

"Creo que dar un paso al costado es lo mejor para la Iglesia de Inglaterra, a la que amo profundamente y a la que he tenido el honor de servir", declaró Welby.

El obispo de Newcastle, Helen-Ann Hartley, señaló el lunes que la posición de Welby era "insostenible", mientras algunos miembros de la asamblea nacional de la iglesia impulsaron una petición para que dejara el cargo por haber "perdido la confianza de su clero".

El mayor clamor vino de las víctimas de John Smyth, un abogado prominente que abusó de jóvenes en campamentos cristianos en el Reino Unido, Zimbabue y Sudáfrica durante cinco décadas. Andrew Morse, una de las víctimas, dijo a la BBC que la renuncia de Welby era una oportunidad para comenzar a reparar el daño causado por el manejo de la iglesia en casos históricos de abuso.

El abuso generalizado en la Iglesia de Inglaterra ha sido objeto de escrutinio. Un informe de 2022 del Independent Inquiry Child Sexual Abuse señaló que el respeto a la autoridad eclesiástica y una cultura de protección a los agresores contribuyeron a un entorno donde los abusos pudieron ocurrir y ocultarse.

La investigación que llevó a la renuncia de Welby se centró en Smyth, cuyos crímenes se remontan a los años 70. El Makin Review concluyó que Welby, tras enterarse del caso en agosto de 2013, no informó a las autoridades. El informe de 251 páginas reveló que la iglesia sabía de los abusos desde 1982, pero encubrió el caso.

Smyth, quien murió en 2018, continuó abusando de jóvenes tras mudarse a Zimbabue y, más tarde, a Sudáfrica. La policía de Hampshire había iniciado una investigación en 2017 y planeaba interrogar a Smyth antes de su fallecimiento.

El deán de la capilla del King's College en Cambridge, Stephen Cherry, expresó que Welby ya no podía representar a la comunidad. "Hay momentos en que alguien en un rol de liderazgo prominente pierde la confianza necesaria para desempeñar su papel", declaró a la BBC antes de la renuncia.

La oficina de Welby había defendido previamente su decisión de no renunciar, lamentando la magnitud de los abusos cometidos por Smyth.