¿Cómo eliminar la reventa?

Me imagino que le ha pasado cuando quiere o ha querido ver un espectáculo que muchos otros más también quieren ver, pero el acceso es limitado y toca la odiosa alternativa de comprar entradas de reventa. Eso es un problema de oferta y demanda, dirían los economistas. Una oferta muy restringida y una demanda muy amplia, que se ve potenciada por los pobres o permisivos sistemas de ventas de entradas y sobre todo de acceso a la actividad.

Actualmente hay soluciones sencillas pero dolorosas, opción A- No vaya, B- Pague reventa, y puede haber otras que son más casuísticas, como que alguien no pudo ir o que pueda comprarla en reventa más baja. La reventa no siempre implica precio más alto, pero en un 95% de las veces así es. En muchas actividades los revendedores acaparan todas o casi todas las entradas y las venden a cambio de mucho amor a los fanáticos del espectáculo. Pero muchas veces los revendedores se van con pocas utilidades o a veces con pérdida, ya sea porque el espectáculo no tuvo acogida, o bien, a los fanáticos se les acabó el amor y prefieren ir a ver la novela. Lo cierto del caso es que la reventa de entradas es una actividad odiosa, deficitaria para el estado, onerosa para el espectador, molesta, y podemos seguir poniendo más epítetos, pero ahí sigue casi intocable. Incluso ahora hasta hay sitios de reventa de entradas a vista y paciencia de todos.

Pasa en todo el mundo y muy pocos hacen algo sensato para disminuirlo, o erradicarlo. ¿Pero por qué? ¿No se hace nada o muy poco para bloquear esto que es tan molesto, abusivo, descarado, etc.?

Algunos casos memorables de amor y odio:

  • Super Tazón (2020): Los boletos originales costaban entre 4,000 y 6,000 dólares, pero en la reventa alcanzaron hasta 30,000 dólares.
  • Final de 2019 (Liverpool vs Tottenham): Entradas con precios originales entre 70 y 600 euros se revendieron por hasta 10,000 euros.
  • Metalica (Costa Rica) WorldWired Tour (2016): Entradas originales de 45,000 colones (aproximadamente 80 dólares) se revendieron por hasta 200,000 colones (aproximadamente 350 dólares). (Mi amor me daba para pagar, pero a mi billetera no le daba… no fui).
  • Costa Rica- Eliminatorias para el Mundial 2018: Entradas originales de 15,000 colones  (aproximadamente 25 dólares) se revendieron por hasta 100,000 colones (aproximadamente 175 dólares). (No me da el amor, creo que logré conseguir a precio regular, igual odio la reventa).

Veamos los participantes:

  1. Artista-Espectáculo.
  2. Representante.
  3. Distribuidor de entradas.
  4. Espectadores.
  5. Fiscalizador (Que pueden ser el estado o alguna entidad de autoridad competente. Usualmente ese se convierte en un espectador, pero fuera de todo el escenario, no hacen mucho).

Esto es un modelo típico, puede haber más o menos participantes, pero es el caso promedio. Los actores 1,2 y 3 se ponen de acuerdo en costo, cuánto se quieren ganar, cómo van a distribuir las entradas, localidades, fechas, etc.  Fijan sus ingresos, división de ganancias y listo, ponen a andar la maquinaria del amor y empiezan a vender las entradas. Si las entradas se venden en 40 segundos o 20 días, les da casi igual a los actores 1,2,3,5, (5, es el fiscalizado, quien usualmente no entiende de odio ni amor, ni le interesa, ya cobró permisos, impuestos, etc.)  pues ya se vendieron y solo tienen que brindar el espectáculo y dividirse el cariño cobrado.  Si hay reventa, no les afecta, solo si el precio de reventa es bajo o muy bajo, esto puede socavar la reputación del representante y del espectáculo que se presenta.

¿Hay una salida a la reventa?

Sí. Una vez más el celular sale a nuestro rescate. Este aparato se ha convertido casi en nuestra tercera mano, y lo adoramos, creo que puede ser la parte más romántica y amorosa de este relato.  Cada celular tiene una identificación única, eso se llama IMEI (International Mobile System Equipment Identity, es un código de 15 dígitos pregrabado en los teléfonos móviles y no es modificable) Es un dato muy fácil de obtener con una combinación de teclas o bien otros procesos sencillos.

Se ha intentado poner varias barreras a la compra de entradas, cantidades limitadas por comprador, códigos QR que han tenido falencias en duplicaciones, bastante aceptable este método, por cierto, ventas de entradas controladas por cédulas y demás identificaciones, pero su detección o validación en molotes de entrada puede ser lenta e imprecisa… Ciertamente es una barrera interesante, pero no muy rigurosa.  Lo otro es que las entradas digitales tienen una transferencia bastante laxa y eso promueve la reventa en sitios web o en transacciones de otra índole.

Planteamiento directo, vamos al grano

Es un sitio seguro en el que, para comprar, cada usuario, puede tener derecho a comprar varias entradas, pero cada entrada que compre tiene que estar asociada a un IMEI.

Ejemplo, yo entro a comprar y digamos que para X espectáculo puedo comprar cuatro entradas, estas entradas se asocian al IMEI de cada teléfono.  Al momento de la entrada por la misma aplicación que tiene el personal de acceso, validan el IMEI y listo, quien tiene el celular, entra.

¿Por qué no se hace con la cédula?  Tenemos actividades internacionales, a las que vienen personas de todos lados a ver el concierto o la actividad y no podemos validar la autenticidad de los documentos fácilmente y menos en el sitio. El APP debería tener el poder de validar la autenticidad del IMEI en muy pocos segundos.

Una vez ingresado el aparato, el IMEI es bloqueado para ingresar, de manera que ya no podría volver a utilizarse.

La transferencia de entradas tiene que ser engorrosa y complicada no imposible, pero sí muy desestimulante, algo odioso. Solo hay días específicos para transferencias en línea, horas, solo se pueden hacer 2 transferencias el mismo día por usuario, tienen que estar conectados todos, el que compró y el que recibe, solicitar una cita por correo, que le asigne un número de codificación, bla bla, ahí podemos copiar varias prácticas burocráticas de algunas oficinas públicas, muy eficientes en hacer brotar nuestro odio.

Se podría vender la entrada incluyendo el celular… podría ser. Complicado, caro, incómodo, tiene que ser una actividad con un precio alto que lo permita.

Obliga a ir con el celular. Ahora es casi como regla 1 a la 10, llevar siempre el celular a todo lado, pero para muchas personas, sí podría ser algo complicado. Podrían ver TV, leer un buen libro en su casa o tener una velada romántica.

Es muy probable que haya otros métodos para evitar o desestimular esta vandálica práctica de la reventa de entradas, también algunos técnicos puedan encontrar otras objeciones a mi propuesta. Lo que sí esperaría es que estos mensajes de desamor lleguen a oídos de quienes pueden frenar esta práctica y propongan algo.

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