En estas y muchas páginas, de varios medios, diversos colegas han discutido sobre el tipo de cambio, las tasas de interés y el empleo. Una tesis, que se mueve particularmente entre los defensores de la acción del gobierno, es que se trata de “el mercado”, este independiente de las gestiones del Banco Central… a su vez independiente de las presiones de Zapote.
Me adelanto con las dos conclusiones:
- La apreciación del colón, y todas sus consecuencias perversas, la causa el Banco Central a través de su gestión de la Tasa de Política Monetaria, TPM.
- No hay un mercado cambiario a quien echarle la culpa… y entonces volvemos al punto #1.
Mi primer desarrollo de observaciones es sobre el ingreso de los dólares… No… mejor la haré sobre ¿adónde se fueron esos dineros una vez que ingresaron? ¿Quién tiene esa riqueza? Mi segundo punto lo extenderé sobre la tesis de ¿es el mercado, de veras?
Toda la información está disponible en las páginas de estadística del propio Banco Central de Costa Rica y con gusto puedo pasar el Excel donde hice los cálculos y generé gráficas.
Observación #1. La Tasa de Política Monetaria aumentó de 0.75% en diciembre 2021, en solo siete meses, hasta junio 2022, a 5.50% (se multiplica por 7.33 en apenas 7 meses). A partir de ahí el tipo de cambio de venta de referencia del BCCR cae en los siguientes 7 meses, desde 692.30 hasta 557.40 en enero 2023.
Observación #2. Los depósitos financieros en moneda nacional venían bajando del equivalente de $22,865 millones (convierto con los tipos de cambio de referencia al cierre de cada mes) en diciembre 2021 hasta $20,720.4 millones en junio 2022 y de ahí tenemos un rebote hasta $27,571.4 millones en enero 2023 (en 7 meses, otra vez) y, de ahí, ha venido subiendo hasta los $31,222.9 millones de febrero 2024.
Observación #3. El cambio entre junio 2022 y febrero 2024 es de un crecimiento de $7,559.5 millones en Reservas Internacionales Netas (RIN) en poder del BCCR, pero de $10,502.5 millones en Depósitos financieros en colones y de $5,789.7 millones en bonos fiscales, también en colones. En el mismo periodo, los depósitos financieros en dólares crecen apenas en $1,231.9 millones y los bonos fiscales en dólares crecen en apenas $488.6 millones.
Y viene la pregunta. ¿Cómo explican los señores del BCCR los $10,453.3 millones de diferencia entre el aumento de las $7,559.5 millones en RIN y los aumentos en $10,502.5 millones en depósitos financieros en colones, $1,231.9 millones en depósitos financieros en dólares, $5,789.7 en bonos fiscales en colones y $488.6 millones en bonos fiscales en dólares?
Facilito la respuesta (algo habrá del narco… pero esa no es mi área de conocimiento): la diferencia está en el aumento de los $10,502.5 millones de depósitos financieros en colones entre junio de 2022 y febrero del 2024.
Pregunta para el reforzado aparato investigativo del Banco Central: ¿quiénes son los tenedores de esos $10,502.5 millones de depósitos financieros en colones a los que estamos enriqueciendo? ¿Quién paga esto en empleo, pobreza y pobreza extrema? Y, la más difícil, ¿con qué propósito?
Una segunda línea de discusión, que me recuerda mucho el “it’s the economy, stupid!” (referencia a debate entre Bill Clinton y George H. W. Bush, en 1992) es recordarnos una y otra vez, de parte de los defensores de la acción del Banco Central, que los cambios violentos que vivimos son el resultado de la acción de la oferta y demanda en el mercado cambiario (“yo no fui, es el mercado”, dicen). El Central sería una víctima del mercado… o, mejor aún, nuestro defensor contra el mercado. Aquí cometemos un gravísimo error conceptual: ¿entonces la oferta y la demanda de dólares son entes autónomos, independientes, inconexos, desprovistos de todo vínculo con la política fiscal, monetaria, comercial; desprovistos de toda conexión con los incentivos que perciben los agentes, sus expectativas, y, sobre todo, desconectados de quien las mueve?
Vamos a construir rápidamente los conceptos del mercado cambiario en Costa Rica: el bien transado es el dólar, y su precio se establece en colones. Así el tipo de cambio no es más que el precio de los dólares en colones. Muy simple, yo sé, pero construyamos sobre ello.
Ahora, ¿qué es la oferta de dólares? La puesta, el ofrecimiento, en ese mercado de dólares. ¿Quién los ofrece? Empecemos por el altísimo endeudamiento externo del Gobierno. ¡El mayor deudor en dólares no generador de dólares es el Gobierno de Costa Rica! (argumentar que el Gobierno se endeuda por culpa de la Asamblea Legislativa que se lo autoriza es tan pobre como argumentar que el tarjetahabiente compra lo que no necesita porque el malvado banco le dio una tarjeta de crédito, infantil, cuando menos).
Por otro lado, tenemos a los exportadores, los que atienden el turismo (esta ha sido una tesis defendida por varios… se queda corta) y… los agentes financieros que deben buscar las mayores rentabilidades posibles (gestores de fondos, intermediarios financieros). ¿Qué motiva a los dos primeros a ofrecer más o menos dólares? Los resultados muy reales, tangibles, de sus ventas de productos y servicios. ¿Qué motiva a estos últimos, los agentes financieros? ¡La rentabilidad esperada! Veamos un ejemplo, si invertimos $1,000 millones a finales de junio 2022 cambiados a colones al tipo de cambio de 692.30 y lo mantenemos por 20 meses ganando el promedio de la TPM (en realidad sería una tasa mucho más alta, primero porque la fijamos en el pico, segundo porque estos operadores obtienen rendimientos sustancialmente superiores dado su poder monopólico, pero estoy siendo conservador) hasta marzo del 2024, en donde liquidamos esta operación y volvemos a cambiar a dólares, ahora al tipo de cambio de 506.60, obtenemos un 44% de rendimiento, es decir un 25.2% de rendimiento anual en dólares (insisto, estoy siendo conservador) sobre esos 22 meses. ¿Nada mal, verdad? La oferta de dólares la controla el BCCR, mediante la TPM que incentiva a estos operadores financieros.
¿Qué es la demanda de dólares? Sabemos, de las propias estadísticas del Banco Central y de las declaraciones de su presidente, que es la propia entidad monetaria la que adquiere todos los días arriba del 80% de los dólares vendidos en el Monex (el mercado mayorista, dirigido por el Banco Central… pero ya me pasé al siguiente punto).
La demanda de dólares la controla el BCCR, no voluntariamente sino acumulando reservas. Las reservas nos generan pérdidas: porque el Central debe “esterilizar” los colones que inyecta a la economía, pagando altas tasas de interés en colones, y recibe unos rendimientos paupérrimos en dólares, porque por supuesto debe cuidar de depositar estos recursos en instituciones de primer orden. Escribo estas líneas la semana siguiente a que el BCCR publica en sus noticias que debió declarar desierta su última oferta de Bonos de Estabilización Monetaria… nadie los quiere comprar si baja la tasa de interés... La demanda de dólares la controla el BCCR.
Bueno, pero ¿el mercado? El Monex es el mercado donde se liquidan “los excesos” entre la oferta y la demanda de dólares que logran gestionar los intermediarios financieros. Hemos mostrado en la primera parte de este artículo que los montos rondan los miles de millones de dólares… la porción que no se gestiona en el mercado minorista y que termina siendo volcada a este mercado mayorista es altísima. ¿Quién define quiénes participan en este mercado? El BCCR. ¿Quién define el horario de este mercado? El BCCR. ¿Quién define las reglas en este mercado? El BCCR. ¿Quién determina cómo se fija el precio en este mercado? El BCCR. ¿Quién comunica los resultados de la interacción en este mercado? El BCCR. ¿Es un mercado, dije, verdad?
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