Cada 8 de marzo, a nivel internacional, desde 1997 se conmemoran las manifestaciones y luchas que desde el siglo XX hemos venido ejerciendo las mujeres para conseguir derechos como el voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos.
Este 8 de marzo, haré una pausa para continuar con esta lucha y para alzar la voz. Vivimos en un mundo en donde seguimos sin ostentar los mismos derechos que los hombres en el ámbito laboral e inclusive social. Donde se nos castiga habernos convertido en madres y por ser madres y querer surgir en el mundo empresarial. Se nos castiga tener que atender citas medicas durante el embarazo y a lo largo de la vida de nuestros hijos.
El propio Estado castiga a la madre trabajadora independiente al reconocerle únicamente un porcentaje de lo cotizado y no el 100% como se aplica en el caso de madres asalariadas.
Pese a la reforma del articulo 12 de la Ley General de la Salud, mismo que hace referencia al plan de parto que toda mujer sin excepción tiene derecho a presentarle a su médico al momento del alumbramiento, lo cierto es que las experiencias en la CCSS son cada vez mas terroríficas.
Lo mismo sucede con la atención medica durante el embarazo que, salvo en los casos de alto riesgo, se limitan a un medico general que durante la cita únicamente mide el tamaño y crecimiento del vientre y escucha el latido del corazón del bebe, ordena exámenes de sangre y orina y listo. Este es el control que lleva una madre promedio en la CCSS.
Estas son solo algunas de las luchas que aun se mantienen. Lo cierto del caso es que, pese a que esta sea la realidad, es necesario que como mujeres nos empoderemos y seamos firmes y conocedoras de nuestros derechos con e fin de que poco a poco, lucha con lucha, sean menos las mujeres que tengan que pasar por situaciones como las que se mencionan líneas atrás.
Se vale levantar la voz y que un “jefe” escuche porque yo soy merecedora de un ascenso en vez de mis compañeros, se vale levantar la voz y hacer ver que, independientemente de que tenga hijos o no, el profesionalismo se mide por el desempeño y capacidades, y no por el miedo de tener personas capaces y comprometidas en altos mandos.
Se vale recordar que todos pagamos un seguro médico para recibir atención especializada y profesional. Que no es un tema de que “estamos hechas” para parir, o sobrevivir los 9 meses de embarazo. Se trata de una atención digna y oportuna.
Se vale hacernos escuchar, por nosotras, nuestras hijas y todas las mujeres a nivel mundial.
Si has pasado por situaciones como las indicadas y quieres alzar la voz, juntas haremos que cada lucha valga la pena.
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